09 - El nuevo plan de los Guardianes de Hela

26.09.2013 19:51

CAPÍTULO 9

EL NUEVO PLAN DE LOS GUARDIANES DE HELA

 

     Han pasado 2 horas desde el ataque en el edificio en construcción.

 

     Hay muchas personas ingresando al interior de un importante museo en Londres. Algunos empiezan a comentar sobre la aparición de la nueva Sailor Scout, otros conversan sobre los monumentos y esculturas exhibidas en el lugar, y entre todas esas personas se encuentra un hombre caminando lentamente, vestido con una larga gabardina color café, cuyos oscuros cabellos se esconden bajo un sombrero negro.

 

     Él mira por todas partes, como buscando algo en particular, hasta que llega a un amplio salón lleno de guardias y muchos curiosos alrededor, todos ubicados tras una barrera especial. El hombre se abre paso hasta llegar al límite impuesto por el museo, viendo en el centro de la sala una pequeña caja cuadrada de vidrio antibalas, en cuyo interior se encuentra un cristal con tonalidades lilas y azuladas, con forma de estrella de muchas puntas.

 

     A su lado un niño pregunta a su madre. – ¿Mamá, que es eso?

– Eso, hijo mío, es la Estrella de Asgard. – Al oír esas palabras, el hombre esboza una maquiavélica sonrisa.

 

***

 

     PJ, Chris y Aurora se encuentran reunidos en la plazoleta del vecindario donde vive la pelicastaña, admirando el poniente sol de otoño, cuya iluminación rojiza indica que ya la noche está por caer. Ellos han estado allí conversando sobre las responsabilidades de ser una Sailor Scout, sobre las aventuras de Sailor Earth en Japón, y sobre lo poco que saben de su vida pasada.

 

     La nueva integrante ha escuchado todo con atención, muy entusiasmada. – Esto de ser Scout parece ser muy interesante.

– Ya te he dicho que no tomes esto a la ligera. – Se queja la joven Tatópolous –Ten en cuenta que tu vida ya no será la misma.

– Lo sé, y lo entiendo. Aun así… – La chica de ojos azules mira hacia el firmamento, colocando ambas manos sobre su pecho – el tener la oportunidad de ayudar a los demás, y de poder defender a la gente de las fuerzas del mal… Eso es algo que realmente vale la pena, sin importar el precio que he de pagar por ello.

– Aurora… – Es lo único que PJ logra decir…

 

     Pasan los minutos, el sol se pone y el lugar empieza a oscurecerse. Aurora se levanta rápidamente. – Bueno, ya se hace de noche. Debería volver al internado.

– ¿Por qué no te quedas en casa? – Se adelanta su compañera. – Así podemos hablar más sobre tu rol como Scout, incluso podrás preguntarnos cosas a mí y a Gaia.

– ¿Gaia?

– Es mi lechuza. Por cierto… – ella mira por todas partes – ¿dónde se habrá metido? No la he visto desde el ataque.

– Tal vez fue a comer algo.

– No lo creo, pero conociéndola debe estar tratando algún asunto pendiente. Seguro vuelve para la noche. ¿Pero qué me dices, Aurora? ¿Te quedas conmigo?

– Claro, no es mala idea.

– Entonces, vayamos. – Ambas chicas sonríen y, escoltadas por el joven, ellas se dirigen a casa de la griega.

 

***

 

     Gaia se encuentra en la terraza de un edificio, justo al frente del ya clausurado Hotel Bifrost. Ella observa atentamente a los oficiales que entran y salen del edificio. Hay algo muy extraño en este lugar. Tengo un mal presentimiento… – pensó.

 

     De repente ella siente que algo se aproxima, mira hacia atrás y rápidamente empieza a volar, ya que una ráfaga helada se aproximaba hacia ella. La lechuza entonces, aún en el aire, mira en dirección a su atacante: Es Niflheim, quien prepara otra ráfaga, así que el ave vuela a toda velocidad.

 

     Entretanto, Múspell se acerca tras de su hermana y coloca una mano sobre su helado hombro. – Detente ya, Niflheim.

– No seas aguafiestas hermano, sólo me divertía un poco. – Ella mira entonces a la distancia, en dirección hacia donde vuela Gaia. – Hubieses visto su cara, estaba tan asustada.

– No debes perder tus energías en una insignificante criatura. Guárdala para los humanos.

– ¿Cómo ellos? – Pregunta la villana, señalando hacia los oficiales. – Deberíamos atacarlos…

– No te precipites – interrumpe su hermano, tratando de guardar la calma – Recuerda que el amo Managarm nos ordenó evitar los ataques justo en este lugar. No querrás que esas Sailor Scouts descubran nuestro escondite, ¿o sí?

– No entiendo por qué hay que temerle a unas mocosas. – Se queja la mujer. – Si las tuviese frente a mí acabaría con ellas en este instante.

– Todo a su tiempo. – Los gemelos miran hacia atrás, descubriendo que se trata de Managarm. Este último parece muy complacido y sigue hablando. – Pronto contaremos con un arma muy poderosa, y entonces, Niflheim, podrás acabar con esas Sailor Scouts.

– Espero con ansias, mi señor.

– Parece de buen humor. – Acota Múspell. – Lo que significa que lo encontró. ¿Cierto?

– Así es, mis leales asistentes. Iremos a por él esta misma noche…

 

***

 

     El trío de jóvenes ingresa a la sala de la residencia. – Mamá, ya llegué. – Dice la pelicastaña quien, al pasar por el comedor, observa allí a sus hermanos estudiando junto a una pequeña niña de 1,45m (4,10”) de estatura, piel clara, ojos de color violeta, cabello marrón oscuro y algo ondulado, un poco más abajo de los hombros, atado en dos colas detrás de sus orejas con cintas de color verde brillante, cuyo flequillo consiste en dos mechones de cabello que caen a la altura de sus cejas, así que la adolescente saluda. – Hola chicos.

– ¡PJ! ¡Al fin llegaste! – Dice Aquiles. – Nuestros padres salieron.

– ¿Salieron? ¿A dónde?

– Fueron a visitar al tío George. – Responde Héctor, acomodándose las gafas. – Pero no tardarán en venir. Por cierto… – ahora él señala a la niña – ella es Electra Cooper, nuestra compañera de clases.

– Mucho gusto, Electra.

– El placer es mío.

– Ya llegamos, chicos. – Todos miran hacia la voz, entonces los padres de Proserpina hacen acto de presencia, y la progenitora sigue hablando. – Ah, ya estás aquí PJ. Hola Chris.

– Buenas tardes, Sra. Tatópolous.

– ¿Y quién es tu amiga, PJ?

– Permíteme presentártela – dice la adolescente, señalando a su compañera. – Ella es Aurora, y la invité a pasar la noche aquí. ¿No hay problema?

– Bueno, hija, los chicos tienen mucha tarea y pensaba alojar a la pequeña Electra en tu dormitorio. Pero podremos hacer lugar para ella.

– Descuide, Sra. Tatópolous. – Interrumpe la niña. – Papá saldrá temprano del trabajo y vendrá a por mí.

– Bien en ese caso no hay ningún problema. – Concluye Johanne, sonriendo.

 

***

 

     Unas horas más tardes el grupo familiar se encuentra reunido en la mesa, incluyendo a Chris, Aurora y Electra como invitados. Fue una buena velada, llena de charlas y anécdotas, luego el Sr. Cooper busca a su hija y, minutos después, Chris decide volver a su apartamento, no sin antes despedirse de su amada con un cálido beso de amor.

 

***

 

     10:30pm.

 

     PJ se encuentra en la habitación, vistiendo su pijama y mirando la tele, hasta que ella nota la presencia de alguien por la ventana. – ¡Gaia! ¿Dónde te habías metido?

– Disculpe la tardanza, joven PJ. – Dice la lechuza, ingresando al recinto. – Sólo realizaba mis investigaciones.

– ¿Y qué averiguaste?

– Por ahora nada. Pero sigo teniendo sospechas del hotel Bifrost.

– He estado encerrada allí dentro, y no he visto nada fuera de lo común.

– Aun así tengo mis dudas.

– Ya estoy, PJ. – Dice Aurora, quien sale del baño vistiendo uno de los pijamas de su compañera. Ella mira con atención al ave. – Ah, entonces tú eres Gaia.

– Así es, joven Aurora. – dice el ave, sonriendo ante tan inocente comentario. – Me parece oportuna su presencia, así podré orientarla como la Sailor Scout que es usted.

– Bueno, ya PJ me adelantó algunas cosas, aunque igual tengo una duda.

– En ese caso pregunte, quizás pueda ayudarla.

– Pues me gustaría saber: ¿Quién fui en mi vida pasada?

– Para serle franca, no sabría decirle exactamente quién ha sido en su pasado… pero puedo afirmarle y sin ninguna duda, que usted ha vivido en las Islas Flotantes del Sur.

– ¿Cómo lo sabes?

– Por su apariencia, su porte y su capacidad de controlar el viento: Solo los habitantes de esas islas podían hacerlo.

– Gaia. – Interrumpe PJ, pensativa. – ¿Cómo es que nunca mencionaste algo así antes?

– Porque no lo recordaba. Empecé a recobrar la memoria luego de que la joven Aurora descubriera su legado como Sailor Scout. Sin embargo, aún son recuerdos muy difusos. Quisiera serles de más ayuda.

– Descuida, Gaia. – Dice la chica de cabellos blancos, abrazando al ave. – Eso por ahora es más que suficiente. Pronto hallaremos más información sobre nuestras vidas pasadas.

– Espero que así sea. – Dice la lechuza, sonriendo.

 

***

 

     7:47am.

 

     El jeep de Scott se estaciona frente al colegio, descendiendo de allí PJ y Aurora. La primera se dirige a su primo. – Gracias por traernos, Scott.

– No hay cuidado, PJ. Ahora iré a trabajar. Hasta luego. – Acto seguido, el joven se retira.

 

     Enseguida Phoebe hace acto de presencia, con un rostro que muestra algo de decepción. – ¡Rayos! Ya se fue Scott.

– Ya, Phoebe, no te obsesiones con mi hermano. – Dice Marina, quien se acerca al grupo con mucha calma. – Vaya chicas, veo que tuvieron una pijamada. Por cierto, Londres amaneció hoy con 2 noticias impactantes.

– ¿Cuáles noticias?

– Ay prima, ¿en serio vives en las nubes? ¡Pues una de ellas es que hay una nueva Sailor Scout!

– Vaya… – Dice Aurora, mirando a la pelicastaña mientras trata de disimular una pícara sonrisa. – Eso es muy interesante.

– Has dicho que son dos noticias. – Interrumpe la joven Tatópolous. – ¿Cuál es la otra?

– Pues ésta. – Entonces, Marina le entrega a su prima un periódico. – En la 1ª página.

– Veamos… – PJ empieza a leer: – “¡ASALTO EN EL MUSEO DE LONDRES! La Estrella de Asgard, una rara gema hallada en el norte de Inglaterra, ha desaparecido en la madrugada de hoy. Aún no se tiene ningún sospechoso al respecto”

– Extraño, ¿no lo crees? – Comenta Phoebe. – ¿Quién haría algo así?

 

***

 

     Managarm observa con atención la enorme gema que tiene sobre su mano derecha, sonriente. – Hermoso cristal. ¿No les parece?

– Es extraordinario. – Dice Niflheim, maravillada por la belleza del cristal. – Entonces, ¿dice usted que con esto podremos conseguir más energía?

– Así es. Como sabes, la energía vital de los humanos es muy fuerte, pero a la vez muy inestable y sólo llega a su máximo punto durante los equinoccios. Tuvimos nuestra oportunidad, pero…

– La perdimos por culpa de esa maldita Sailor Scout.

– Exacto, Niflheim. Pero… hay algunos seres humanos cuya energía es tan grande que permanece prácticamente inalterable con el tiempo. Esto es debido a que en su interior poseen una gema muy especial: Una runa.

– Entonces, la energía de la Runa se hace más fuerte ante la presencia del cristal.

– Es posible, Múspell. Hay un total de 10 runas, y si las juntamos todas, tendremos una fuente de energía tan poderosa, que nuestra ama y señora podrá volver a la Tierra y…

– Podremos acabar con esas Sailor Scouts. – Concluye la villana, entonces todos sueltan una gran y siniestra carcajada.

 

***

 

     Se terminan las clases del día y el grupo de estudiantes empieza a abandonar el recinto, algunos subiéndose a los autobuses, otros con sus familiares o amigos. PJ se dirige a la parada, siendo ella acompañada por Phoebe y Marina, pues la primera guarda las esperanzas de que un día Scott las busque en el colegio y pueda así volverlo a ver (y finalmente concretar una cita con él), y la segunda debe volverse a quedar en el internado para ayudar a su amiga en literatura.

 

     Ella está a punto de subir en el bus, cuando de repente aparece un BMW negro estacionándose cerca de ellas. Todos miran con curiosidad, observan que se abre la puerta del chofer, descendiendo de allí un joven muy atractivo quien causa sensación entre las adolescentes. Phoebe no es la excepción, cuyos ojos parecen corazones, colocando sus manos sobre su pecho y suspirando. – Cielos… ¡qué chico tan guapo!

– ¿Ya te olvidaste de mi hermano? – Pregunta Marina, con mirada insinuadora, luego mira en dirección al joven y le saluda, muy alegre. – ¡Hola Chris!

 

     La pelirroja palidece ante tal acción, mirando a su compañera. – ¿Cómo le llamaste? ¿Acaso se conocen?

– Claro que sí. – Dice la joven de ojos aguamarina, a la vez que PJ se dirige hacia el auto, abrazando al hombre que ama, para luego darle un pequeño beso en los labios. – Él es el novio de mi prima PJ.

– Entonces… ¿es él? – La adolescente queda boquiabierta, luego cruza sus brazos y mira a la pareja con ojos llenos de insinuación. – ¿Quién lo diría?

 

     Mientras tanto, la pelicastaña habla con su pareja, un poco sonrojada. – Chris, todas las chicas nos están observando.

– ¿Ah sí? No lo había notado.

– Por cierto: ¿Y este auto?

– Era de mi padre. Lo encargó unos meses antes del accidente y estuvo en stock durante todos estos años. Y como ahora soy mayor de edad pude reclamar el pedido.

– Entiendo. ¿Y supiste lo del robo en el museo?

– Sí. Por eso vine a buscarte: Gaia sugirió ir a investigar al respecto.

– Muy bien, le avisaré a Aurora…

 

***

 

     Más tarde, el trío de jóvenes se dirige al Museo de Londres. Una vez allí ellos ingresan a su interior, mirando las exhibiciones, evaluando el lugar, hasta llegar a las afueras del salón donde se exhibía la rara gema, el cual ahora se encuentra enmarcado con el cinto amarillo.

 

     Entonces, uno de los vigilantes se les acerca. – Jovencitos, no pueden estar aquí. Esta área está clausurada.

– Yo me haré cargo. – Todos miran en dirección de la voz: Es la oficial Katherine, acercándose a ellos. – Les escoltaré a la salida. Por favor, acompáñenme. – Los chicos asienten, y todos empiezan a caminar hacia la salida, aprovechando la agente ese momento para conversar con ellos. – Aparentemente el robo ocurrió entre las 2 y 4 de la mañana, y al parecer hubo un testigo.

– ¿De quién se trata?

– Uno de los vigilantes, Sr. Walker. Pero no pudimos tomar su testimonio para confirmar esta información.

– ¿Por qué no?

– Algo o alguien le atacó. Cuando llegamos estaba inconsciente, y parecía no tener mucha energía. ¿Eso les dice algo?

– Es Managarnm, sin duda alguna. – Comenta la pelicastaña. – ¿Pero por qué?

– Eso es justo lo que quisiera que averiguasen. – Concluye la mujer. – Nosotros seguiremos trabajando aquí y cualquier información se las haremos saber. Estamos en contacto.

– De acuerdo. Hasta luego. – Ellos se despiden, suben al auto y se disponen a volver a casa, comentando sobre lo ocurrido en el museo, preguntándose el por qué Managarm se robaría esa gema, para qué le serviría… Pero para ello, primero tienen que averiguar qué es exactamente ese cristal y cuáles serían sus propiedades, entonces a PJ se le ocurre que la mejor fuente de información es alguien que trabaja en ese medio, así que todos deciden ir al Museo de Arte Egipcio y hablar con la única persona que podría ayudarles: Jade.

 

 

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