28 - Persefone y Hades

02.03.2013 21:01

CAPÍTULO 28

PERSÉFONE Y HADES

 

     Sailor Moon y Earth se mantienen estáticas al lado del semiconsciente Hermócrates, mientras Lord Inferno mira con horror al anciano que acaba de aparecer. Este último sólo sonríe con malicia. – ¿Por qué tan callado, Inferno?

– Seguro que le comió la lengua el ratón – Dice Criseida, caminando al lado de su mentor, con su característica mirada llena de maldad.

 

     Agamenón mira a su pupila, de forma más seria. – No respondas cuando no se te dirija la palabra, querida alumna mía.

– Mil perdones, maestro. – respondió la peliverde, esta vez con la cabeza un poco agachada.

 

     Entretanto, Sailor Earth se acerca al regente oscuro, llena de curiosidad. – ¿Entonces es él tu maestro?

– Lo era, hasta hace poco.

– Él no luce tan… peligroso.

– Te recomiendo que no te dejes llevar por su apariencia flácida y senil: Su poder es indescriptible.

– ¿Tanto así?

– Sólo basta con decir que él es al único a quien realmente temo… – Esas palabras dejan a la adolescente en shock, ya que Lord Inferno es alguien con una fuerza y destreza extraordinarias, además de ser temerario, y si él dice que le teme a Agamenón, es porque definitivamente se trata de alguien sumamente poderoso.

 

     Sailor Moon sigue al lado del sátiro, con el fin de protegerlo. Él, entre sollozos y con una voz muy quebradiza, trata de hablar con la Scout: – Huyan… huyan mientras puedan…

– Por favor Hermócrates, no hables. Necesitas recuperarte.

– Es que no entiendes… ¡Él los matará!

 

     El anciano mira nuevamente a Inferno, sonriendo con malicia, hablando de forma pausada. – ¿Y bien, Inferno? ¿Nada que decir a tu antiguo maestro? – Luego él enfoca su vista en la nueva senshi. – O sólo piensas charlar con tu amiguita ¿Sailor Earth me supongo? – Tampoco recibe respuesta, así que él mira a la líder scout. – ¡Ah! Una invitada especial: La famosa Sailor Moon.

 

     La jovencita se levanta al oír su nombre, colocándose en pose de batalla, al igual que los demás. El viejo hombre no se inmuta ante tal acción, más bien sigue manteniendo la compostura y su relativa serenidad. – ¿Nadie habla? ¿Qué modales aprenden los jóvenes de hoy en día? – Acto seguido, él repentinamente desaparece, apareciendo fugazmente frente a Sailor Moon, sonriendo de manera burlona, arrojando una esferilla de energía justo frente a ella, la cual crea una explosión tan grande que expulsa a todos los presentes, golpeándolos contra el muro.

 

     Criseida usa su técnica de desplazamiento para aparecerse justo al lado de su maestro. Éste la observa nuevamente con seriedad. – ¿Lo ves, querida alumna? Es así cómo se hacen las cosas, con paciencia y buen cálculo, no con jueguitos.

– Maestro, yo…

– Inferno estaba muy débil, vulnerable, fácil para ti. Incluso podrías haberlo derrotado junto a la chica. Pero en vez de eso, empezaste a jugar con ellos. ¿Creíste que un grupúsculo de demonios negros los detendría?

– Perdone, maestro. – Responde la mujer, claramente arrepentida – No volverá a ocurrir.

– Claro que no volverá a ocurrir… – Él la observa con sumo desprecio, así que Criseida empieza a ponerse nerviosa. – Te elegí a ti para tomar el lugar de Inferno, ya que creí que él era débil… y ciertamente lo es, pero tú, mi estudiante, lo eres aún más.

 

     Dicho esto, el anciano hace un movimiento con su mano derecha justo frente al rostro de la peliverde, y ésta queda petrificada, sus ojos enfocando a la nada absoluta, su rostro empieza a envejecer, al igual que su cuerpo, hasta que ella expulsa un aura grisácea que es absorbida por Agamenón, mientras Criseida cae de bruces al suelo, totalmente envejecida e inerte: Ha muerto.

 

     Sailor Earth mira con horror esa escena, tapándose la boca en señal de asco. – ¿Qué le ha hecho?

– Él ha absorbido la energía vital de Criseida – Responde Inferno, de quien es evidente su nerviosismo. – De esa forma puede vivir más tiempo.

– ¿Qué cosa? ¿Y qué edad tiene él?

– Francamente no lo sé. Sólo sé que él es del Siglo XV.

– ¡¿Qué has dicho?! ¿Siglo XV? – Ella simplemente está en shock, pues de tener medio milenio de edad significaría que ha hecho mucho daño durante todo ese tiempo, asesinando jóvenes para obtener su energía vital y conservar su longevidad, aprendiendo nuevas técnicas, perfeccionando las que ya domina, creando estragos entre las personas… ¿Cuántas vidas se habrán perdido por culpa de ese ser tan perverso? ¿Hasta dónde llegará su poder?

 

     Entretanto, Sailor Moon se reincorpora, colocando su mano izquierda sobre el hombro derecho para calmar su dolor, mientras con la otra mano apenas puede sostener su báculo. Ella está claramente lastimada, pues fue quien recibió el mayor impacto del ataque. Luego las demás Sailor Scouts hacen acto de presencia, mirando con horror el estado en el que se encuentra su líder: – ¡SAILOR MOON!

– Tengan cuidado chicas. – Dice la rubia, apenas manteniéndose de pie – ese sujeto es muy fuerte.

– ¿Más invitadas? – Se pregunta el anciano, con su macabra sonrisa. – Muy bien… Esto será breve… – Dicho esto, Agamenón desaparece, reapareciendo delante de las adolescentes, arrojando otra repentina esfera de energía maligna que expulsa a las senshies, golpeándolas contra los muros y el suelo.

 

     Sin embargo, a pesar de sus heridas y golpes, las Sailor Scouts arrojan sus propias técnicas para defenderse: – ¡FLECHA ARDIENTE DE MARTE!

– ¡BESO DE AMOR Y JUSTICIA DE VENUS!

– ¡RAPSODIA ACUÁTICA DE MERCURIO!

– ¡ATAQUE DE HOJAS DE ROBLE DE JÚPITER!

 

     Todos los ataques dan en el blanco, o eso aparenta, ya que levantan tanto polvo que no se ve nada, pero al disiparse notan que el anciano está rodeado por un escudo energético. Entonces, Sailor Moon arroja su Poder del Cristal de la luna Plateada, y Earth su Hiedra Venenosa, pero él atrapa las lianas mágicas con su mano, halándolas con fuerza provocando que la scout de la naturaleza salga literalmente disparada hacia su compañera lunar, chocando una con otra.

 

     Lord Inferno contraataca, blandiendo su pesada espada hacia su antiguo tutor, este último lo esquiva fácilmente ya que conoce muy bien sus movimientos. – Eres muy débil, Inferno – alcanza a decir el viejo hombre, arrojando una esferilla de energía justo hacia el abdomen de su pupilo, lanzándolo hacia el muro rocoso.

 

     Y así continúa la batalla, todos utilizando sus técnicas especiales contra ese ser que al parecer tiene mucho poder, ya que ni siquiera se inmuta ante el ataque de sus enemigos, manteniendo la calma y contraatacando sin piedad pero con mucha precisión.

 

     Súbitamente, Agamenón se detiene momentáneamente, gimiendo de dolor, ya que fue sorpresivamente atacado por Hermócrates, quien aún herido logra acercarse al agresor, clavándole en la parte baja de su espalda un pequeño puñal que el sátiro lleva siempre consigo. Esta acción enfurece al anciano, así que él rodea con su mano el cuello de la pequeña criatura, levantándola hasta la altura de sus ojos, mirándole con desprecio y tal vez un poco de decepción. – Insolente… – Dicho esto él arroja una gran esfera energética ante la mirada horrorizada de los combatientes, en especial Sailor Earth y Lord Inferno.

 

     El grupo observa cómo el pequeño sátiro es lanzado a varios metros de distancia, cayendo muy cerca del guerrero misterioso. Entretanto, Sailor Earth corre hacia donde está su amigo caído, a la vez que presiona un botón situado en el soporte de sus visores, y éste desaparece para revelar sus dulces ojos color esmeralda. Una vez a su lado, tanto ella como Inferno miran con mucha preocupación a tan valiente sátiro. Este último apenas mueve su cabeza, mirando a su maestro y su amiga, con lágrimas en sus ojos. – P… perdóname… amo… – en ese instante él expira, cerrando sus ojos por última vez.

 

     Todos quedan afectados ante la trágica muerte de Hermócrates y las lágrimas se hacen presentes en el lugar. Sailor Earth mira hacia un lado, agachando su cabeza, llorando en silencio, mientras Inferno sólo se queda callado, con sus ojos vidriosos, respirando con fuerza y rapidez en señal de dolor e impotencia, para luego convertirse en enojo, quitándose rápidamente el casco pues le hacía sentir bastante incómodo. Entonces la jovencita mira al regente oscuro, pudiendo finalmente ver su rostro, y… queda en shock:Yo… creo haber visto a Lord Inferno desde antes… ¿pero dónde? pensó.

 

     El inerte cuerpo de Hermócrates empieza a emitir un brillo dorado. Ambos jóvenes lo observan, incrédulos, preguntándose qué está sucediendo. En esto, el cuerpo se desintegra en partículas luminosas que se comprimen, formando una esferilla pequeña pero muy brillante, emitiendo rayitos dorados en todas las direcciones. Sailor Earth rompe el silencio. – ¿Eso es…?

– ¡Es la Esencia Pura! – Responde el líder de las tinieblas, aún sorprendido. – ¿Cómo es posible? ¿Cómo nunca pude darme cuenta de que eso… siempre estuvo tan cerca?

– Entonces… – Comenta la Scout de la naturaleza – Hermócrates era su portador. Siempre lo fue. – De repente, de la esferilla brotan dos rayitos dorados, apuntando justo en las frentes de Inferno y Sailor Earth, para luego todo distorsionarse y desaparecer…

 

***

 

     Lord Inferno y Sailor Earth están de pie en medio de un lugar completamente vacío, con luz blanco-azulada, sus heridas sanaron y no sienten más dolor. De repente, ambos pueden ver en frente a ellos una imagen ya conocida: Es la Isla de Atlántida.

 

*** FLASHBACK ***

 

     Una bella mujer con largo y lacio cabello azul celeste, expresivos ojos color café, usando un hermoso vestido color verde esmeralda, se acerca rápidamente hacia una cueva, en cuyo interior puede apreciarse una enorme puerta de mármol negro. De allí sale un hombre mayor, con cabello canoso, traje negro al estilo grecorromano, quien hace una reverencia a la recién llegada. – Reina Deméter.

– Gran Hades. – Responde la mujer, inclinando su cabeza. – He venido aquí porque necesito de su ayuda.

– ¿Y cómo puedo ayudarla?

– Mi hija, Hades. Ella se encuentra en un grave peligro y necesito de su protección…

 

***

 

     Alguien ingresa a la caverna, llegando a orillas de un caudaloso río subterráneo, pudiendo ver un sujeto encapuchado montado en un bote: Se trata de la adolescente, usando ese extraño vestido con tonalidades verdes. Ella se pone muy nerviosa al ver al encapuchado, dando tímidos pasos hacia atrás, hasta que una voz la detiene. – No tengas miedo, jovencita.

– ¿Quién es? – Dice la muchacha, mirando por todas partes hasta que ve que se trata de Hades. – ¿Es usted el rey Hades, gobernante del Inframundo?

– Así es, princesa. – Dice el señor, señalando al bote. – Ven, sube por favor.

 

***

 

     Ambos han recorrido el área, primero navegando ese caudaloso río, luego caminando a través de ese templo subterráneo que está tenuemente iluminado con antorchas de llamas azuladas, pudiendo ver en un gran salón un sinnúmero de espíritus flotando a su alrededor. Esto asusta a la joven princesa, quien se aferra al brazo de su anfitrión y este último le sonríe. – No te asustes. No te harán daño.

– Yo… es que… nunca había visto algo como esto.

– Y no es de extrañar. No todos tienen el privilegio de venir aquí, al menos no con vida.

– ¿Y por qué hay tantas almas reunidas aquí?

– Ellas esperan conocer a los 3 Jueces. Pero ya sabrás sobre todo eso en su momento, por ahora continuemos. – Ella asiente y ambos siguen caminando.

 

***

 

     El largo viaje culmina frente a un gran palacio, con paredes de mármol gris y negro adornadas con piedras de ónix. A pesar de ser un sitio lúgubre, el palacio tiene una gran belleza que deja maravillada a la jovencita. – ¡Este lugar es impresionante!

– Me halaga con ese comentario. – Hades entonces mira hacia un lado, pudiendo percibir una silueta masculina que se acerca a ellos: Es el misterioso regente oscuro, pero en esta ocasión su uniforme es muy elaborado, aunque con tonos algo similares al actual, tampoco usa casco y su cabello está suelto. – Permíteme presentarle a… mi hijo.

– Bienvenida al Inframundo, princesa. – Dice el joven, inclinándose. – Mi nombre es Hades DarkNight.

– Hola. – Responde la adolescente. – Soy Perséfone Téllus…

 

***

 

     Ha pasado un par de meses. La princesa Perséfone está sentada en un rincón, suspirando, un poco deprimida, y a la distancia es observada por el joven Hades. Al rato, su padre se le acerca. – La noto muy triste, hijo mío.

– Lo sé, padre. Creo que extraña su hogar.

– ¿Y qué me dices de ti? ¿Desde cuándo sientes algo por ella?

– ¡Padre! – Exclama el joven, claramente sonrojado, así que suspira, mirando nuevamente a la invitada. – Veo que no pude engañarte. La verdad, desde siempre ha sido así… desde la primera vez que la vi, mucho antes de venir aquí: La observaba mirando su reflejo en el agua del lago, cantándole a los animales, admirando la naturaleza… Y ahora está tan afligida, y no sé cómo animarla.

– Creo… que tengo la solución…

 

***

 

     Los jóvenes llegan a un lugar especial, él quita sus manos de los dulces ojos esmeraldas, los cuales están cerrados. – Ya llegamos. Ábrelos.

– Bien. – Ella abre sus ojos, encontrándose en medio de un hermoso lugar, con un suave césped, muchos árboles, incluso un lago, todo iluminado con cristales de luz. – Esto… no es el exterior… ¿cierto?

– No lo es. Estamos en los Campos Elíseos, la última morada de los grandes héroes.

– ¿Hay fantasmas aquí?

– Sí, pero no te preocupes, ellos no suelen frecuentar esta zona. – Él responde, quedando hechizado por tan tierna joven. – Entonces… ¿te gustó la sorpresa?

– Me encantó… – Al decir esas palabras, Perséfone abraza con fuerza al joven Hades, apoyando su castaña cabeza sobre su musculoso pecho. – Muchas gracias…

 

     A partir de ese momento, ellos empiezan a tener encuentros frecuentes en los Campos Elíseos, permitiendo que una bonita amistad se fortaleciera, convirtiéndose en amor.

 

***

 

     Tiempo después, ambos jóvenes se encuentran en el exterior, en lo que parece una ciudad en ruinas. Tiembla mucho, pudiéndose ver enormes oleadas a la distancia. Hades se encuentra junto a su amada, sosteniendo sus delicadas manos mientras mira fijamente sus ojos color esperanza. – Hades, tengo mucho miedo.

– No temas, Perséfone. Sé que la situación es muy difícil, pero aún hay esperanzas. – Dicho esto, se acerca un conocido sátiro: Hermócrates, quien sostiene una esferilla dorada entre sus manos. – Ese cristal es conocido como Esencia Pura. Encerraré mi esencia allí dentro para que la conserves, ysaré el poder que me queda para enviarte a un lugar seguro.

– ¿Y qué pasará contigo? ¿No vendrás?

– No puedo, sólo puedo con 1 persona, y quiero que te salves tú. Pero con esa esencia podré renacer y estar a tu lado.

– Pero no será lo mismo… así como lo planteas te volveré a ver como un bebé… quiero estar contigo, así tal y como eres... ¡Renazcamos juntos!

– ¿Estás segura que quieres eso?

– Completamente…

– Muy bien… – El joven suspira, pero al final termina cediendo a la petición de su amada, así que ambos toman la esferilla y son rodeados por un aura dorada, la cual se comprime alrededor del objeto, encerrando así sus recuerdos. Luego él entrega el objeto a su sirviente, mirándolo con determinación. – Por favor, cuídalo muy bien Hermócrates… de ello depende nuestro retorno…

 

     Hades usa su limitado poder, elevando al sátiro algunos metros, encerrándolo en una extraña burbuja azulada, la cual se encoge hasta desaparecer completamente. Luego él mira a la adolescente, abrazándola con fuerza, con sus ojos vidriosos a punto de llorar. – Pase lo que pase, nos volveremos a reencontrar, y podremos estar finalmente juntos. Te amo.

– Y yo a ti… – Ellos acercan sus rostros, con lágrimas brotando de sus ojos, para darse un beso largo y apasionado… Y finalmente aparecen varias escenas difusas de lugares cubiertos por un enorme tsunami: Ese día se hundió la Isla de Atlántida.

 

*** FIN DEL FLASHBACK ***

 

     Los rayos dorados desaparecen. Sailor Earth y Lord Inferno se miran a los ojos, levantándose lentamente, tomándose de las manos, con sus ojos humedecidos, llenos de emoción, siendo la scout la primera en hablar. – Ha pasado… tanto tiempo…

– Pero al fin nos hemos reencontrado. – Ellos sonríen tiernamente, abrazándose, para luego acercar sus rostros hasta culminar en un dulce beso en los labios.

 

     La Esencia Pura se ilumina con fuerza, encegueciendo a los presentes, ocultando a ambos jóvenes de la vista, y cuando cesa el brillo todos pueden ver con sorpresa a Sailor Earth y Lord Inferno convertidos en Perséfone y Hades.

 

     Agamenón muestra señales de pánico… ¿Por qué?

 

 

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