25 - La lucha de los aprendices

01.03.2013 19:13

CAPÍTULO 25

LA LUCHA DE LOS APRENDICES

 

     Lord Inferno se encuentra en medio de la pequeña habitación, encarando a Criseida, quien se encuentra justo en la entrada. – ¿Cómo llegaste aquí?

– Oh, por favor, Inferno. – Responde la peliverde, en forma de burla. – ¿Dónde están tus modales? Podrías decir un “hola, bienvenida a este… patético y maloliente lugar en medio de un sitio que nunca antes habías conocido”

– Déjate de juegos, Criseida. – Se queja el joven regente oscuro, mientras se coloca su casco. – ¿Qué quieres?

– Nada, sólo que no te veía desde ayer.

– Qué considerada… – dice Inferno con tono irónico, para luego posicionarse entre la mujer y la fuente de roca, ya que si ésta es destruida perderá el contacto con el Oráculo de Delfos, y quedarían muchas dudas sin resolverse.

 

     Ella empieza a caminar lentamente hacia su compañero, viendo cómo éste último desenvaina su espada. – ¿Por qué tanto interés en proteger a esa cosa insignificante?

– Eso no te interesa. ¡Ahora vete!

– ¡Huy, qué pesado! – Exclama Criseida, sonriendo con picardía, acercándose cada vez más a él. Este último sigue en posición amenazante, mostrando esa filosa espada, ella simplemente alza ambas manos a la altura de su pecho. – Creo que las condiciones no son iguales… mírame, sin armas. – Entonces, la mujer se para frente a él, diciendo entre susurros. – Excepto mi poder… – Dicho esto, ella arroja una esfera de energía justo hacia la fuente, destruyéndola en mil pedazos ante la mirada atónita de Inferno.

 

     Esa acción enfurece al guerrero oscuro, quien sostiene a Criseida pos sus ropas, acercándola a su rostro, mirándola con mucha furia. – ¡¿QUÉ DEMONIOS HAS HECHO?!

– ¿Por qué te molestas, Inferno? – Replica la peliverde, sin perder su sonrisa irónica – Esa cosa no tiene importancia… Además…

– ¿Además que?

– Jeje… eso fue sólo una práctica. Mi verdadero poder será probado en… otro objetivo.

– No me vengas con tus idioteces.

– ¿Idioteces dices? Ya veo, creo que no te interesa saber cuáles son mis planes… ¿o sí?

– Hmm… – Él suelta a la mujer, dándole posteriormente la espalda. – La verdad, no.

– Entonces eso significa que puedo probar mi máximo poder sobre… Sailor Earth – Lord Inferno palidece ante esa declaración, sin embargo intenta fingir que eso no le importa, permaneciendo callado.

 

     Criseida se le acerca, intentando provocarle. – ¿Por qué tan callado? ¿Acaso te molestó lo que te dije? ¿Acaso te importa esa maldita Scout? – Ella trata de mirarle a los ojos, pero él huye su mirada, viendo hacia otra dirección, así que la chica sonríe nuevamente, caminando hacia la entrada. – Así que, después de todo, el infeliz de Astianacte tenía razón.

– ¿Sobre qué? – Pregunta el regente oscuro, encarando nuevamente a su interlocutora. Ella sólo se limita a reír, enojándolo mucho más. – ¡CONTESTA!

 

     No hay palabras, sólo una macabra risa…

 

***

 

     Las amigas se encuentran reunidas en casa de Serena, tratando de apoyarla en todo lo que pueden. Esta última revisa su correo electrónico, llena de frustración. – ¡Mi Darien no me ha respondido el mensaje! ¡Ya se olvidó de mí!

– Ya cálmate, Serena tonta. – Reclama Raye, con su típica mirada de reojo. – Él partió a América hace apenas 1 hora. Aún sigue en el avión, por todos los cielos.

– ¿Pero cuánto tiempo debo esperar?

– Bueno – responde Amy – el vuelo dura alrededor de 8 o 9 horas, dependiendo del clima. Quizás llegue un poco antes.

– Además… – Acota Mina – Él debe llegar a su residencia, desempacar… hacer muchas cosas. Yo siendo tú, esperaría por su respuesta mañana.

– Ahora mismo debe estar sobre el Océano Pacífico. – Agrega Lita – debe ser una gran vista.

– En realidad – Interrumpe la peliazul – este tipo de vuelos pasa justo sobre el polo norte.

– ¿El Polo Norte? ¡Entonces mi Darien tendrá frío! – Exclama Serena, empezando a llorar, ante la mirada de pena ajena de las demás.

 

     Entretanto, la joven Tatopolous se acerca a la ventana, pensativa y nerviosa, y Luna lo nota. – Definitivamente algo te sucede, PJ.

– Lo sé, Luna… siento… algo muy extraño.

– ¿De qué se trata?

– No lo sé… es como angustia o algo por el estilo. Tengo un mal presentimiento…

 

***

 

     Criseida sonríe maléficamente, mirando atentamente al regente oscuro con sus ojos llenos de malicia, descaro y traición. – Eres como un libro abierto, Inferno. La respuesta es tan obvia…

– Imbécil… – Exclama el joven, dirigiéndose a la entrada, pasando justo a su lado aunque sin dirigirle la mirada. – No pienso perder el tiempo contigo.

– Está bien, no te molesto. Aunque me pregunto cómo se pondrá nuestro maestro cuando le diga que…

– ¿Cuándo le digas qué?

– ¡Cuando le diga que estás enamorado de Sailor Earth!

– ¡MIENTES! – Esto lo dijo Inferno con mucha furia, desenvainando su espada para atacar a su interlocutora, quien a su vez utiliza un escudo de energía para protegerse.

 

     El choque entre la filosa espada y el escudo energético ha sido tan fuerte que se ha creado una pequeña onda expansiva que afecta a la habitación, provocando un ligero temblor. Sin embargo esto no lo detiene, más bien él continúa con su ataque, en especial porque Criseida solamente se limita a reír con ironía, mostrando una mirada maliciosa y llena de complacencia. – La verdad duele… ¿No es así?

– ¡CALLATE! ­– Es lo único que alcanza a decir Lord Inferno, blandiendo su espada frenéticamente y, muy en el fondo, lleno de dolor, porque sabe que Criseida tiene la razón…

 

     Sí, él la ama, desde la noche en que se enfrentaron bajo la luna llena, desde el momento que vio esos dulces ojos color esmeralda, esa pureza e inocencia en su rostro. Para ese entonces no sabía qué era esa sensación, pero a medida que pasaba el tiempo se fue dando cuenta que lo que sentía por ella no era curiosidad ni interés… un sentimiento que se fortaleció cuando la tuvo cautiva, cuando pudo interactuar con ella, cuando la tenía cerca, cuando la miraba mientras dormía, cuando escuchaba atento su bella voz mientras conversaba con Hermócrates. De alguna manera siempre supo lo que sentía, mas no quería admitirlo por miedo, por orgullo, por ser un regente oscuro, porque sabe que siendo enemigos nunca podrían estar juntos…

 

     “Sabes que la amas” fueron las palabras que le había susurrado el Oráculo de Delfos antes de partir. ¿Por qué? ¿Por qué debía sentir algo así? ¿Por qué tenía que ser ella, su rival? Esas palabras le hicieron entender la situación, comprender el por qué tuvo que revivir su pasado: Él, a pesar de todo, sigue siendo humano, muy en el fondo sigue siendo un hombre llamado Christopher Walker, nacido en Los Ángeles, un hombre con capacidad de amar, así como amó a su familia, así como sufrió con la muerte de los suyos… así como ama con locura a la joven Scout.

 

     Lord Inferno quiso negarse ante ese sentimiento, quiso crear esa coraza que lo separaba de ella, quiso convencer al Imperio de las Sombras, en especial a su mentor y a Criseida, de que Sailor Earth no tendría importancia… pero él fue demasiado evidente: Cliptenestra empezaba a sospechar, Astianacte se dio cuenta, Criseida pudo descubrirlo… y sin dudas su mentor, el ser a quien más teme… tal vez ya lo sabe.

 

     La lucha continúa, y las ondas de choque entre la espada y el escudo siguen debilitando esa habitación, haciendo temblar las columnas rocosas. Al principio, Criseida no le dio tanta importancia, pero al ver que la batalla se extendía ella se percató de que en cualquier momento el lugar iba a derrumbarse, lo que le dio algo de pánico, distrayéndola lo suficiente para que Inferno golpeara otra vez el escudo, con una fuerza tal que ella sale repelida hacia la pared opuesta, y no golpea la roca porque, justo en ese instante, el joven crea un portal y ella entra allí, creando posteriormente un segundo portal detrás suyo, ingresando rápidamente y justo a tiempo, porque en ese instante todo el lugar colapsa.

 

***

 

     PJ se coloca las manos sobre su pecho, llena de angustia, mirando a través de la ventana hacia el azul firmamento. Sus ojos muestran mucha tristeza y preocupación, así que Luna se dirige a las demás, quienes aún tratan de razonar con Serena, ya que sigue llorando por el viaje de Darien. – Serena, por favor, ¡ya deja de llorar!

– ¡ES QUE QUIERO A MI DARIEN!

– Ya lo sé, Serena. Pero por ahora no hay tiempo para lamentarse: Algo raro le ocurre a PJ, y de verdad me preocupa.

– Ella está así desde ayer – responde Lita – porque recordó que pronto debe volver a Grecia, y eso la tiene triste.

– No lo sé, Lita. Ella me dijo que sentía mucha angustia. ¿Por qué no tratan de hablarle mientras yo busco a Gaia?

– De acuerdo. – Todas las chicas acceden, incluso Serena, quien seca sus lágrimas, y todas se acercan a su amiga mientras la gata se aleja de allí. – ¿PJ, te ocurre algo? – Pregunta Mina, parándose al lado de su amiga. De repente la pelicastaña se queda estática, empieza a temblar y respirar rápidamente, hasta que se desmaya ante la mirada atónita de las demás adolescentes. – ¡PJ!

 

***

 

     Dos portales aparecen repentinamente, emergiendo de ellos Criseida y Lord Inferno. La mujer cae de espaldas contra el césped, notando que ella se encuentra justo en medio de un paisaje oculto, el mismo al que había llegado PJ del que se decía que era solo un sueño.

 

     La peliverde se levanta, mirando esta vez a su contrincante con desprecio y decepción. – Miserable… ¿qué es lo que ella te ha hecho? – No hay respuestas, sólo la fría mirada del regente de las sombras. – Antes eras tan leal a nuestro amo, tan recio y poderoso… eras digno de mi admiración, sentía celos por el hecho de que eras el favorito del maestro… incluso… – una pequeña lágrima brota de sus ojos color rubí – incluso llegaste a gustarme. Pero ahora eres tan patético, tan débil… ¡Y todo por esa maldita Sailor Scout! – Al decir eso, ella lanza un par de esferas energéticas, las cuales son hábilmente repelidas por Inferno, quien contraataca con su espada, aunque ella logra eludirlo.

 

     Y así continúan con su batalla: Él con su espada, ella con su magia, ambos demostrando la misma destreza y poder porque fueron entrenados por un mismo maestro, lo cual hace que la batalla se extienda y extienda, sin un claro ganador.

 

***

 

     Proserpina abre sus ojos lentamente, observando la preocupada mirada de sus compañeras, luego ella nota que está en una sala de hospital. En ese momento, Serena la abraza con fuerza. – ¡PJ! ¿Me alegra que estés bien!

– ¿Qué… me pasó? ¿Dónde estoy?

– Te desmayaste – Se adelanta Lita. – y llamamos a urgencias.

– Te encuentras en el mismo hospital donde trabaja mi madre – Añade Amy – Ella nos dijo que sufriste un colapso nervioso.

– ¿En el hospital?

– Así es. Pero descuida, según dice mi madre, te darán de alta hoy mismo.

– La Dra. Mizuno también nos dijo que debes descansar – Acota Mina – y tomar unas píldoras. Ya Raye fue a la farmacia a comprarlas.

– ¿Qué fue lo que pasó, PJ? – Pregunta la joven Tsukino – ¿Por qué te desmayaste?

– No lo sé… me sentí muy rara y… no recuerdo nada más. Aunque desde ayer siento una angustia sin razón aparente… aún la siento… esto me tiene mal, muy nerviosa… es como si algo malo estuviese por pasar.

– No digas eso. – Interrumpe la peliazul – Ya verás que todo estará bien. Ahora descansa, vendremos más tarde por ti.

– Está bien… Nos vemos. – Dicho esto, las chicas se despiden y abandonan la habitación, mientras tanto PJ se queda estática, pensativa, sosteniendo la sábana entre sus manos, con una lágrima brotando de sus dulces ojos color esmeralda. – Dios mío… ¿Qué me sucede? ¿Por qué siento esta angustia?

 

***

 

     Inferno blande fervientemente su espada contra Criseida, mientras ella ataca con sus esferas de energía. Ambos están claramente agotados, pero no se rinden, no sin antes luchar con todas sus fuerzas. – No peleas nada mal, Inferno.

– Debo admitir que el amo te enseñó muy bien.

– Sí… demasiado bien… – Dijo la peliverde, a la vez que de su pierna derecha brota una especie de larva rojiza, la cual desciende hasta desaparecer en el césped. – De hecho… me enseñó algunos trucos… – En ese instante, la larva brota nuevamente, esta vez bajo los pies del joven, y de ella emergen un sinnúmero de tentáculos rojizos que cubren sus brazos, piernas, cintura y cuello, generando luego una fuerte descarga que inmoviliza a la víctima, dejándolo un poco débil, pero lleno de furia. – ¿Qué te pareció?

– Maldita…tú nunca podrás… ¡AAAAAAARG!

– Jejejeje – Ríe Criseida, viendo cómo es torturado su oponente. – ¿nunca podré derrotarte? ¡Pero si ya lo hice! Mi pequeña mascota es capaz de absorber la energía de su víctima hasta incluso matarla. – Entonces el regente oscuro cae inconsciente, de bruces contra el césped, y ella se le acerca, muy complacida. – Pero no te dejaré morir… no mientras el amo aún te quiera con vida. – Finalmente se escucha una diabólica risa.

 

***

 

     PJ despierta repentinamente de su siesta. Se coloca la mano derecha sobre su pecho, sintiendo los latidos de su corazón, empezando a tener sudoración fría, respirando con dificultad, llena de nervios y mucho temor… – Lord Inferno

 

 

Sailor Earth & related © Ghosthead-Nebula

Sailor Moon & related © Naoko Takeushi & Toei Animation