24 - Darien se marcha a America
CAPÍTULO 24
DARIEN SE MARCHA A AMÉRICA
Es el día siguiente a la batalla en el aeropuerto. Las chicas se encuentran reunidas en el templo Hikawa, a excepción de Serena, lo que causa molestia a Raye. – Me pregunto con qué excusa nos vendrá ahora para su retraso…
– Oh, vamos Raye – comenta Mina, en defensa de su amiga – Seguro tuvo muchos deberes.
– Mina, estamos hablando de Serena.
– Sí, ya lo sé… – Una gota aparece tras la cabeza de la rubia, luego al mirar a la distancia puede observar a Serena, quien camina lentamente. – ¡Mira! ¡Allí está!
– Pues ya era hora. – Se queja la doncella del templo, esperando a que se acerque su amiga, cruzando sus brazos. – ¿Y ahora por qué llegas tarde, Serena tonta? – No hay respuesta, ella pasa justo a su lado, con tristeza brotando de sus ojos azules, algo que inquieta a la adolescente. – ¿Serena?
– Lo siento Raye… – Responde la joven Tsukino, cabizbaja y algo deprimida, sentándose al lado de Amy – No volverá a ocurrir.
– ¿Te sucede algo? – Pregunta la peliazul. – Te noto un poco triste.
– Pues… Darien me pidió que fuese a la cafetería, entonces…
*** FLASHBACK ***
Serena ingresa a la cafetería para encontrarse con Darien, quien en ese momento es atendido por una conocida mesera. – ¡Hola Unazuki!
– Hola Serena. – Responde la pelirroja – Justo estaba tomando la orden de Darien. Ahora vuelvo con su pedido.
– Claro. – Ella sonríe a su interlocutora, para luego sentarse frente a su novio. – Hola Darien. ¿Querías verme?
– Sí Serena. Te llamé porque debo… decirte algo muy importante.
– ¿De qué se trata? – Pregunta la jovencita, un tanto extrañada por la mirada apagada en los ojos azules del hombre que ama – ¿Darien? ¿Ocurre algo?
– Aquí tienen – Interrumpe la mesera, entregándole una taza de café al chico, y un enorme helado de 3 sabores y sirope de chocolate a su amiga. – Que lo disfruten.
– ¡Gracias! – Responden al unísono. Y mientras él toma un sorbo de su café, Serena empieza a comer su helado, aún curiosa por la actitud de su novio. – ¿Y bien?
– Pues, verás, Serena… es sobre mi viaje a América.
– ¿Qué hay con eso?
– Sabes que lo he estado postergando debido al nuevo enemigo.
– Sí, y la verdad me alegra mucho tenerte más tiempo a mi lado.
– Lo sé… pero…
– ¿Pero? – Esto angustia a la rubia, en especial por la tristeza presente en el rostro de su pareja. – Darien, me estás asustando.
– Pero he recibido muchas quejas. Ya no puedo retrasar más el viaje.
– Entiendo… – Ella se deprime un poco. – El viernes pasado cambiaste el viaje para dentro de 6 semanas… eso… es tan poco tiempo…
– Aún no oyes la peor parte Serena…
– ¿A qué te refieres?
– Ayer en el aeropuerto tuve que cambiar nuevamente mi itinerario. Mi vuelo sale… pasado mañana.
– ¡¿QUÉ?! ¿Pasado mañana? – Los ojos de Serena se cristalizan… en 2 días se marchará el hombre que tanto ama, y será cuestión de meses, de hecho 1 año, para volverlo a ver.
Él se levanta, para sentarse junto a su pareja, abrazándola mientras ella llora en silencio sobre su pecho. – Entiendo la situación por la que estamos pasando, y quizás sea un poco egoísta al irme sin poder acabar con esta batalla. Perdóname, Serena.
– No *sniff* no hay nada qué perdonar *sniff* es tu futuro *sniff* tu carrera *sniff* y tienes que ir…
– Sólo será por un año Serena, e intentaré venir mucho antes de ser necesario… No llores…
*** FIN DEL FLASHBACK ***
Serena empieza a llorar en silencio, así que Amy la abraza, dejando que la rubia cabeza se apoye sobre su hombro. Las demás quedan en silencio, sorprendidas: ¡Darien se irá en 2 días!
Entonces, a Mina se le ocurre una gran idea. – Chicas: ¿Qué tal si mañana le hacemos una fiesta de despedida?
– Yo pensaba exactamente lo mismo. – Acota Lita. – Tengo en mente un par de platillos que podría preparar para la ocasión. ¿Me darías una mano, Amy?
– Por supuesto que sí, Lita.
– Podemos hacerla aquí mismo en el templo – Añade Raye – Hoy mismo empezaré a decorar uno de los salones. ¿Cuento contigo, PJ? – Ella nota que la pelicastaña está algo distraída, mirando hacia el cielo. – ¿PJ?
– ¿Eh? Ah, claro, Raye, lo que digas.
– Oh, chicas, muchas gracias. – Concluye Serena, un poco más animada. – No sé qué sería sin ustedes…
***
Han pasado algunas horas. Las chicas han hecho un esfuerzo maratónico para prepararle una bonita sorpresa a su amigo, entre la compra de materiales para la comida y decoración, los obsequios, y alguno que otro detalle de último momento.
Raye y PJ elaboran algunos adornos, Mina selecciona sus mejores músicas y llama a algunos amigos de Darien, mientras Lita y Amy preparan un pastel y algunos bocadillos.
Entretanto, Serena se encuentra en su habitación, buscando algo en un cajón, hasta que lo encuentra: Un pequeño cojín con algunos detalles, a medio acabar. – Creo que ya es hora de terminar esto…
***
Es el día siguiente a media tarde. Las scouts, la familia de Serena, Andrew y su hermana, y algunos amigos de Darien se encuentran reunidos en un gran salón del templo Hikawa, adornado de manera tradicional con lámparas de bambú y algunas cintas coloridas, un par de mesas con manteles blancos, llenas de comida o regalos, animados por una canción muy de moda.
Todos bailan, ríen, hacen juegos, comen bocadillos y bebidas, continuando así hasta que, un par de horas más tarde, todo se interrumpe para la entrega de regalos, siendo Amy la primera en dar su presente, en este caso un libro grueso. – Ten Darien. Es una guía actualizada sobre Norteamérica. Te será muy útil.
– Gracias, Amy. – Responde el joven, agradecido por su obsequio. – No debiste molestarte.
– Claro que sí, te lo mereces.
– ¡Mi turno! – Interrumpe Mina, entregándole un par de CD’s. – Esto es para que no olvides nuestra música.
– Esto es más que todo para tu vuelo – Añade Lita, entregándole una bolsa llena de bocadillos caseros y un pequeño recetario. – Así no olvidarás nuestra comida.
– Esta es una escultura del templo. – Dice Raye, entregándole a Darien una escultura pequeña, pero bien trabajada. – De esta forma recordarás nuestro arte.
– Esto te recordará los hermosos paisajes y la fauna de Japón – Manifiesta PJ, un tanto nerviosa debido a la cantidad de gente, pero lo hace por su amigo Darien, con quien comparte su deber como protectora de la Tierra. Ella le entrega un almanaque con fotografías paisajistas.
Serena se acerca a su novio, dándole lo más especial que ella haya hecho: Es un cojín ya concluido, de color azul celeste, con un conejito de fieltro blanco cosido en su frente. – Esto lo hice especialmente para ti. Espero que te guste.
– Serena. – Interrumpe Raye. – No es eso algo un poco… ¿infantil para él?
– Descuida Raye – Responde el joven de cabellos negros – Este obsequio ha sido creado por sus propias manos, lo que le da más valor, y me encanta.
– Oh Darien… – Acto seguido, Serena abraza al hombre que ama, deprimida, ya que al día siguiente se marcharía lejos, por mucho tiempo…
Acto seguido, el agasajado agradece todos los obsequios recibidos, pican el pastel, vuelven a bailar y divertirse durante un par de horas más.
***
Lord Inferno se encuentra sentado en medio de ese salón en sombras, pensativo y confuso, meditando sobre lo ocurrido días atrás, algo que lleva haciendo desde que llegó. Apenas pudo dormir, con múltiples ideas rondando por su cabeza…
Él se despoja de su casco, dejando caer su rubia cabeza sobre ambas manos, expirando en señal de intriga y desesperación por saber qué ocurre, por resolver esos conflictos internos. – Demonios… ¿qué es lo que me pasa? – Entonces él se levanta, toma su casco, abre un portal y desaparece.
Justo tras una columna se asoma Criseida, pensativa y llena de curiosidad: – Me pregunto hacia dónde conducirá ese portal…
***
Es de noche. Mientras Serena y Darien salen a una romántica cena, el resto de las amigas se queda en el templo Hikawa para ayudar a Raye a limpiar. Mina empieza a comentar. – Qué gran fiesta, chicas.
– Darien se lo merece. – Responde Amy. – Ha sido una gran persona, siempre atento con nosotras y ayudándonos en la lucha contra el mal. Por eso el irse debe resultarle muy difícil, tomando en cuenta la situación que vivimos.
– Lo sé, y esto debería animarlo un poco. – La rubia entonces dirige una mirada a la más alta del grupo. – Esta vez te luciste Lita: Los bocadillos quedaron deliciosos.
– Gracias Mina, pero no lo habría logrado sin la ayuda de Amy. Es una gran asistente.
– Oh, vamos Lita. – Añade la peliazul, sonrojada. – Sólo seguí las recetas. Es todo.
– Realmente extrañaré a Darien. – Acota Raye, pensativa. – Las cosas no serán lo mismo sin él.
– Es cierto. – Las chicas quedan un poco cabizbajas, pero tratan de animarse. Sin embargo, ellas notan como la nueva integrante del grupo se encuentra algo aislada, mirando hacia el paisaje nocturno, a los árboles y arbustos iluminados con una luz azulada.
Lita decide romper con el silencio: – ¿Qué sucede, PJ?
– Pues… *suspiro* esta despedida a Darien me recordó lo corta que será mi estancia aquí en Japón… En un par de meses tendré que volver a Atenas. – Esas palabras dejaron a las demás en silencio: Es verdad, no falta mucho tiempo para que ellas se separen, y no hay garantías de que haya un nuevo retorno. Sus ojos muestran algo de tristeza ante tal posibilidad, pero luego las chicas deciden disimular para no hacer sentir a su amiga peor de lo que seguramente ya se siente.
Entonces, Amy se acerca a la pelicastaña, apoyando su mano sobre los hombros de su amiga. – PJ, pase lo que pase, siempre seremos amigas.
– Es verdad. – Añade Lita. – Aun cuando nos separe una gran distancia, nuestra amistad será duradera.
– ¿De verdad lo creen?
– Claro que sí. – Responde Mina. – ¿Por qué habríamos de mentirte?
– Durante el tiempo que nos conocemos – Añade Raye – hemos vivido muchas cosas juntas, y eso es algo inolvidable.
– Amigas, de verdad, gracias… – Dicho esto, la joven abraza con fuerza a sus compañeras, tratando de ocultar ese dolor interno ante la posibilidad de nunca volverlas a ver…
***
En la mañana siguiente, el grupo de amigas se encuentra frente a la residencia de los Tsukino, siendo recibidas por el miembro más joven de esa familia: – ¡Hola Samy!
– Hola, chicas – Contesta el niño de cabello rubio oscuro – Si buscan a Serena está en su habitación. Pero algo raro le pasa: No ha bajado a desayunar.
Esa respuesta deja a las chicas boquiabiertas: Serena suele comer cada vez que tiene oportunidad, y si no ha querido tomar el desayuno es porque debe ocurrir algo muy serio, así que ellas se apresuran a subir, entran en su habitación y la encuentran llorando sobre la cama.
Luna se acerca al grupo. – Qué bueno que llegaron chicas, Serena está así desde hace más de media hora. He intentado de todo pero no sé cómo animarla.
– Esta Serena tonta. – Se queja Raye, parándose al lado de su amiga, mirándola de reojo, molesta por su actitud. – ¿Y ahora qué te sucede?
– Es que… *sniff* es que… – Ella mira a la joven de cabello oscuro con sus ojos azules llenos de lágrimas, un poco rojos de tanto llorar. – No soportaré *sniff* ver partir a mi Darien.
– ¿Y piensas dejarlo plantado en el aeropuerto?
– Serena – interrumpe Mina – hoy será la última vez que verás a Darien en mucho tiempo. Deberías ir allí a despedirte. Hazlo por él.
– ¡NO QUIERO QUE ÉL SE VAYA! – Enseguida ella suelta sendos lagrimones, ocultando su rostro en la ya humedecida almohada.
Mientras las chicas intentan convencer a Serena, Proserpina mira en dirección a la ventana, pensativa y nostálgica, algo que nota Luna. – ¿Qué ocurre, PJ?
– Nada Luna, no te preocupes…
***
Criseida camina por un largo pasillo, tanteando la pared, tratando de confirmar un rumor que había oído de algunos sirvientes, además de buscar a Inferno, quien desapareció del reino oscuro desde la noche anterior.
Ella tantea el área, atenta a todo a su alrededor, dando pasos lentos, uno tras otro, caminando con cuidado por entre los obstáculos, hasta que nota que una piedra se encuentra algo floja y sobresaliente del resto de la pared, así que ejerce presión para empujarlo, abriendo la misma puerta secreta que una vez había descubierto PJ durante su cautiverio.
La mujer peliverde sonríe, llena de malicia, astucia e ironía. – Vaya vaya, Inferno, tienes muchos más secretos de lo que pensé… – Acto seguido, ella entra al pasillo oculto.
***
Ha sido una despedida larga y dolorosa, en especial para Darien Chiba, quien abraza con fuerza a todos sus seres queridos: Sus amigos, sus ex compañeros de la universidad, a los padres y hermano de su novia, para luego culminar con un largo abrazo y un profundo beso a la joven que ama.
Él ingresa a la sala de abordaje a esperar su vuelo. El resto sube al balcón, esperando por la llegada del avión que alejaría a Darien de sus vidas, algo que ocurre casi 40 minutos después. Salen los pasajeros, el joven destacándose entre ellos por su elevada estatura. Los ojos de Serena se llenan de lágrimas, al igual que el de todas sus amigas.
Una vez en las escaleras, el joven mira a sus seres queridos por última vez, en mucho tiempo, escuchando mensajes como “buen viaje” “que te vaya bien” “te extrañaré”. Ingresa al avión, se cierran las puertas, las azafatas hacen su rutina de abordaje, se encienden los motores, y en medio de un sonido estruendoso la aeronave se eleva, alejándose cada vez más, hasta perderse en el horizonte…
***
Lord Inferno ingresa a la pequeña habitación, encontrando al oráculo justo al lado de la fuente, dándole la espalda al visitante. Esta acción no le inmuta, y decide romper el silencio. – Oráculo, he venido a aclarar algunas dudas.
– Es lamentable… – Responde la dama – tengo que marcharme justo cuando estás muy dispuesto a oír mis palabras. – Ella da la vuelta para encarar al joven. – Algo que sabía que ocurriría.
– No… no la entiendo.
– Mi conexión a este mundo es precisamente esta fuente mágica. Una vez destruida ya no podré tener forma física en esta dimensión.
– ¿Acaso piensa que yo…?
– Claro que no, pero alguien más lo hará. No queda mucho tiempo, por eso por favor escucha lo que tengo que decirte: Tú mismo sabes cuál es la respuesta a tu mayor inquietud, solo temes reconocerlo por orgullo. Es por esto que necesitas reflexionar sobre tu pasado, aceptar quién eres en realidad, vivir el presente y pensar en tu futuro… Y una vez resuelta esa interrogante, las demás dudas se resolverán por sí solas.
– Esto… me está volviendo loco…
– Sólo déjalo salir…
– Yo… – Por primera vez, el regente oscuro muestra una clara señal de preocupación, confusión e intriga, pensando en todo lo relacionado con su pasado, sus padres, su hermano… no puede evitar pensar en todo eso, no puede evitar pensar en unos dulces ojos color esmeralda, presentes en todo momento dentro de sí… y una diminuta lágrima brota de esos seductores ojos plateados, recorriendo rápidamente su mejilla.
El espíritu de la fuente sonríe, acercándose hasta susurrarle al oído unas palabras que le dejarían en shock. Acto seguido, la dama vuelve a alejarse, mostrando esta vez un poco de tristeza y melancolía. – Ya es tiempo de marcharme. Pero ten la seguridad de que pronto nos volvernos a ver, en circunstancias muy diferentes, de una manera distinta, pero así está escrito… Hasta siempre. – Finalmente, la dama desaparece.
El regente oscuro está quieto, sin palabras, con sus ojos enfocados en la nada, pensando en las palabras que le susurró el Oráculo de Delfos, hasta que súbitamente una risa malvada interrumpe sus pensamientos, así que Inferno da la vuelta, para notar la presencia de la que, en ese momento, es la persona más indeseable y menos oportuna para él: – Criseida…
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