21 - Los recuerdos de un gobernante sombrío
CAPÍTULO 21
LOS RECUERDOS DE UN GOBERNANTE SOMBRÍO
El cielo matutino está despejado, pudiéndose ver una lechuza blanca contrastando con el profundo azul del firmamento: Gaia observa a su alrededor hasta que enfoca su vista en la zona residencial, descendiendo justo frente a la ventana de la griega. – ¡Joven PJ!
– ¡Gaia! – La joven se asoma, mostrando mucha alegría ya que su guardiana había vuelto luego de 1 día de ausencia, así que la recibe dentro de su dormitorio – ¿Qué tal estuvo tu descanso?
– Muy bien, bastante reparador… me siento como nueva.
– Me alegro mucho.
– ¿Y qué tal el evento? ¿Ganó la amiga de Serena?
– Fue cancelado.
– ¿Por qué motivo?
– Un ataque enemigo… Por cierto, hablando de eso, me gustaría preguntarte una cosa.
– Claro, lo que sea.
– ¿Hay más scouts como yo?
***
Astianacte se encuentra en su sala privada, meditando, mientras Kyoko se queda de rodillas, llena de vergüenza. – Dos intentos fallidos… Esto es tan… vergonzoso…
– No te desesperes, Kyoko. Hay que… mirarle el lado bueno a esto…
– ¿Qué tiene de bueno ser humillada por esas scouts?
– ¿Aún no te das cuenta? Que distraída eres. – El villano se acerca a su subordinada, casi susurrándole. – Esa niña, Kyoko, ha despertado un poder extraordinario… ¡Ella debe ser la portadora de la Esencia Pura!
– Sí… es cierto… no hay otra explicación…
– ¿Lo ves? Ahora podremos enfocarnos en sólo un blanco… Y ya tengo el plan perfecto.
– Soy toda oídos… – Ella escucha atenta al plan ideado por su superior, y luego ambos muestran aires de triunfo y grandeza: Esta vez no se escaparían.
***
– ¿Más scouts como tú? ¿A qué te refieres?
– Me refiero a scouts de mi época. Serena y las demás pertenecen al Millennium de Plata, y yo a la Era de Atlántida… ¿Qué tal si yo no era la única sailor?
– La verdad, no lo recuerdo, pero existe la posibilidad. ¿Por qué lo preguntas?
– Pues, verás… – Entonces la pelicastaña le cuenta a su lechuza todo lo ocurrido durante el evento del día anterior, en especial sobre la explosión del extraño poder en June. – … Por eso tengo sospechas sobre esa chica.
– Joven PJ, eso tiene lógica pero… – En esto, Gaia muestra mucha preocupación a través de sus ojos dorados. – ¿No te has puesto a pensar que quizás ese sea el poder de la Esencia Pura?
– Ahora que lo mencionas… podrías tener razón. – Ella se levanta, alarmada, pues de ser cierto lo que dice Gaia, la hermana de la modelo estaría en grave peligro. – ¡Tengo que ir a buscarla! – Al decir esto, ella toma su mochila y se marcha corriendo.
***
Hermócrates se acerca al trono en sombras, notando que su líder se encuentra postrado allí, pensativo, callado, rozando los dedos sobre el torso de la otra mano, recordando aquel momento en el que PJ tuvo que partir, y quien tiernamente le dio un beso, justo en esa mano, ya que era el único trozo de piel accesible.
El sátiro entonces decide interrumpir el momento. – ¿Mi señor?
– ¿Qué quieres?
– Sólo quisiera saber si ya se encuentra mejor. – No hay respuestas, sólo la fría mirada plateada enfocando a la nada.
Entonces el regente oscuro se levanta, aún callado, abriendo un portal justo frente a él, luego mira atrás a su subordinado. – Acompáñame.
– Sí, amo. – En esto, tanto el Sátiro como su líder ingresan a ese portal, cerrándose al instante.
Segundos después Criseida se acerca al trono, mirando por todas partes. – ¿A dónde se habrá ido Inferno?
***
Es la habitación misteriosa, aquella que tiene un hermoso paisaje oculto. En medio de la nada aparece el portal, emergiendo Inferno y Hermócrates de allí. Este último queda estupefacto ante tal visión. – Amo… este lugar… nunca lo había visto
– Nadie sabe sobre su existencia – responde el joven misterioso. – Ni siquiera Criseida. Es por esto que te traje aquí.
– ¿Qué tiene que ver la Sra. Criseida en todo esto?
– Al parecer fue enviada para vigilarme… No debo mostrar debilidad ni flaqueza ante ella, no debo decir nada que comprometa mi status como regente de este reino. Por eso insisto en que no tratemos este tema, no mientras ella esté husmeando.
– ¿Tanto le teme?
– ¿A ella? Ni siquiera me importa lo que piense… quien me preocupa es mi mentor…
– ¿Entonces las órdenes que recibe son de…?
– Sí, de él mismo. – Esta respuesta provoca en el sátiro una expresión de shock, ya que sabe muy bien cuán poderoso es el mentor de su amo y cómo reacciona cuando se siente traicionado.
Hermócrates sigue observando el lugar, admirando la grandiosidad del sitio, llenándose de admiración y mucha curiosidad. – Amo, ¿me permite hacerle una pregunta?
– Adelante.
– ¿Cómo encontró este lugar?
– Para serte franco, yo aún no me explico cómo llegué aquí. Fue hace ya algunos años, y encontré este lugar por pura casualidad. Desde entonces ha sido mi refugio, pues como dije antes, nadie sabía sobre su existencia… Hasta ahora.
– Supongo que fue hallado por esa chica. ¿Cierto?
– Precisamente. – Al decir esto, la mirada de Lord Inferno se vuelve distante y nostálgica, recordando aquellos hermosos ojos de color esmeralda, los cuales de alguna forma lo han cautivado. Luego abre un portal pequeño, justo frente a su sirviente. – Hermócrates.
– ¿Sí, amo?
– ¿Podrías retirarte? Necesito estar solo…
– Como ordene.
– Y no divulgues nada de esto. ¿Entendido?
– Sí, amo. Puede confiar en mí. – Dicho esto, el sátiro hace una reverencia e ingresa al portal, dejando a su líder solo, en ese lugar maravilloso pero a la vez muy solitario…
***
PJ llega al hotel 5 estrellas, dirigiéndose a la recepción, tomando un poco de aire puesto que ella estuvo corriendo. – Disculpe señor.
– ¿En qué puedo servirla, jovencita?
– ¿Puede decirme si se encuentran aquí las hermanas Delacroix?
– Ellas ya no se hospedan aquí. Hace menos de media hora han salido rumbo al aeropuerto, pues hoy vuelven a París.
– ¡¿Qué?! – La pelicastaña queda en shock: ¡Tiene que advertir a ambas hermanas que corren peligro! ¡Debe actuar! – Muchas gracias, señor. – Entonces, ella vuelve a salir corriendo.
***
El lugar es silencioso.
La fuente misteriosa se encuentra en medio de esa habitación casi oscura, lúgubre y solitaria, hasta que momentos más tarde aparece una silueta tras la entrada: Lord Inferno hace acto de presencia, caminando lentamente, decidido a dar respuesta a todas y cada una de sus interrogantes.
– Sabía que volverías – Dice la dulce voz femenina, entonces el Oráculo de Delfos aparece mágicamente, justo frente a los ojos del regente oscuro. – Llegas en el momento preciso.
– Que te quede clara una cosa. – Dice Inferno, con voz fría y calculadora. – Sólo vine a aclarar ciertas dudas. Luego adiós.
– Lo sé. – En esto, un hilillo de agua cristalina brota de la fuente, llenando la tina en instantes. – Acércate por favor…
Esta vez el gobernante de las tinieblas decide aceptar la invitación, acercándose lentamente a la fuente, observando su grisáceo casco reflejado en el agua, la cual de repente empieza a generar ondas como si hubiese caído una roca en su interior, reemplazando luego ese reflejo por una imagen muy diferente: Se trata de una vista en primera persona de algún salón, viéndose rodeado por algunos reporteros. – ¿Qué es esto?
– ¿No lo recuerdas? – Ella nota como su invitado muestra mucha incredulidad a través de esos ojos color de plata, así que decide responder. – A los 12 años has obtenido cierta fama por haber culminado la preparatoria a corta edad. Muchos te catalogaban “El Niño Genio de Los Ángeles”
– ¿Los Ángeles?
– Sí, solías vivir en California.
– ¿Pero esto qué tiene que ver con…?
– Pues… debes aceptar quién eres, para poder aceptar quién has sido en tu vida anterior.
– Nada de esto tiene sentido… – Él sigue observando, mirando cómo su vida transcurre en cuestión de segundos, hasta que logra ver una escena muy familiar: Se encuentra en el asiento trasero de su vehículo, junto a un niño de unos 4 años, cabellos de color rubio oscuro y ojos azules; al frente ve a una bella mujer de cabellos rojos y ojos tan azules como los de aquel niño, y a un hombre de espaldas, con cabello castaño claro, quien conducía el vehículo.
Una mirada de sorpresa y nostalgia puede verse reflejada en sus plateados ojos, cristalizándose un poco, en especial al ver esa mirada llena de ternura transmitida por esa mujer. Él sólo alcanza a decir entre susurros: – Madre…
***
PJ recorre a toda prisa las calles, sin siquiera pararse a descansar, hasta que antes de cruzar una calle el semáforo peatonal muestra la luz roja, así que ella se ve obligada a detenerse, aprovechando para tomar un respiro. – Dios, estoy agotada.
– ¿Por qué tanta prisa? – Ella mira en dirección a la voz, descubriendo que se trata de Darien, quien monta una motocicleta, esperando por el cambio de luces. – ¿Quieres un aventón?
– Te lo agradecería mucho.
– Sube: Yo te llevo. – No ha terminado de decir esas palabras cuando la pelicastaña estaba subiéndose a la moto y colocándose el casco: Ha sido una gran suerte conseguir transporte cuando más lo necesitaba.
***
Las hermanas Delacroix se encuentran en una sala de espera privada, cuando de repente uno de los trabajadores de allí se dirige a la modelo. – Srta. Delacroix: Disculpe que la moleste, pero…
– ¿Qué sucede? Hemos esperado casi una hora por nuestro jet privado.
– Lo sé, y perdone usted, pero nos han confirmado que su vuelo ha sufrido un retraso.
– ¡Oh! ¡Sacré Bleu! ¿Más tiempo de retraso? ¡Esto no puede ser!
– Pero madame m’oiselle, si usted lo desea podríamos hospedarla por una noche más y…
– ¿E irnos mañana? ¡Imposible! Tengo un evento mañana temprano. Debo irme hoy mismo.
– Haremos todo lo posible. – Dicho esto, el hombre se retira, lleno de pena.
Entretanto, la joven June se encuentra mirando a través de la ventana, viendo cómo los aviones despegan y aterrizan constantemente, entonces ella observa una extraña sombra cerca de una de las rampas. – ¿Qué será eso? – Pensó.
Súbitamente, se escucha un fuerte ruido, seguido de un ligero temblor: Hubo una explosión.
***
Inferno queda estático, observando esa visión, a esa mujer que ha sido su madre, por lo tanto los demás debieron haber sido su padre y hermano. Eso lo llena de tristeza, pues ha recordado a aquellos seres que tanto amaba en su juventud.
Entretanto, el Oráculo continúa hablando. – ¿Recuerdas a tu familia?
– ¿Por qué me muestras esto?
– Porque necesitas recordar… – Apenas dijo esto, la escena en el agua cambia por una más trágica: Justo en ese momento él puede observar cómo ellos sufren un terrible accidente, cómo luego puede ver los cuerpos inertes de sus padres sobre el pavimento, y su hermano yace mucho más allá, cerca de unos árboles.
Esta visión hace que el hombre aparte su vista, dándole la espalda a la fuente, cerrando sus ojos y apretando sus puños en señal de impotencia. – Esto… no era necesario.
– Sí que lo es. Como dije, es necesario que aceptes quién eres, todo lo acontecido durante tu vida, incluso aquellos momentos llenos de dolor… – Ella se le acerca, parándose frente a él, hablándole en un tono de voz mucho más dulce. – Aún te duele esa gran pérdida, y has reprimido ese sentimiento, te ha hecho negar la realidad, dejando a un lado a tú verdadero ser.
– ¡Esto no ayuda en nada!
– Lo hará si tú mismo lo permites. Si necesitas llorar, hazlo, si necesitas gritar, hazlo… Tan sólo déjalo salir…
– ¡TONTERÍAS! – Lord Inferno vuelve a darle la espalda a la misteriosa musa, encarando nuevamente a la fuente, pudiendo observar otra escena: Esta vez se trata de una secuencia de imágenes, sobre todos sus encuentros con PJ, algo que lo llena a él de sorpresa. – ¿Qué tiene que ver ella en esto?
– Tú mismo eres capaz de responder a esta pregunta, más simplemente no quieres hacerlo.
– ¡YA BASTA! – Finalmente Inferno, muy enfadado, abre un portal y se marcha…
***
PJ y Darien llegan al aeropuerto, y justo a tiempo, pues pueden ver a una multitud corriendo despavorida. Ambos se miran a la cara, moviendo su cabeza afirmativamente, así que van a buscar algún lugar dónde transformarse.
Mientras tanto, justo en la sala privada, un sujeto largo y delgado (parecido a una marioneta gigante) ataca sin piedad a los presentes, enfocándose en la pequeña June, quien se encuentra asustada en un rincón, abrazando a su hermana mayor. – Conque allí estás.
– ¿Qué es lo que quiere? – Pregunta la modelo, parándose valientemente entre su hermana y el oponente. – ¡No te atrevas a hacerle daño!
– No estorbes. – En esto, gruesos hilos negros emergen del techo, sujetando fuertemente a la mujer por sus extremidades, halándola hacia arriba y dejándola atada, indefensa.
La chica se asusta mucho más, viendo con horror el estado en que quedó su hermana mayor. – ¡CHRISTINE!
– ¡JUNE! ¡HUYE!
– ¡No pienso dejarte allí sola!
– Aww… qué hermanita tan devota… – Al decir estas palabras, otro grupo de hilillos emergen del techo, atando a la adolescente, pero esta vez a la altura del suelo. – Ahora, entrégame esa Esencia Pura… – Pero justo cuando estaba por lanzar otro hechizo, una rosa golpea sobre su mano y, al dar la vuelta, puede ver a Sailor Earth y Tuxedo Mask.
En ese instante inicia una lucha entre los senshies y la marioneta gigante, esta última generando hilos para atrapar a sus oponentes. Por suerte ellos logran eludirlos rápidamente.
De repente el lugar está rodeado por una muy familiar nube oscura, algo que mantiene a la Scout de la Naturaleza en alerta. Se escucha luego una risa malvada, revelándose a Kyoko entre el humo y el polvo, así que la joven apunta a su rival con su báculo, lista para atacar. – ¿Qué acaso no piensas rendirte?
– ¿Rendirme cuando estoy a punto de triunfar? No soy tan idiota, niña.
– Te hemos derrotado, no una, sino dos veces. Vete de aquí si no quieres recibir más daño.
– Dicen que la tercera es la vencida… – En esto, ella revela algo tras el polvo: A la pequeña rubia, atada con los hilos negros de la marioneta, semiconsciente. – ¿Y ahora qué dices?
– ¡LIBÉRALA!
– ¿Por qué habría de hacerlo? Ella es la clave de nuestro éxito.
– ¡NO TE ATREVAS!
– Claro que lo haré… – Dicho esto ella invoca una especie de conjuro, el cual hace que la chica se rodee de un aura multicolor que empieza a cambiar de tonalidad, hasta obtener un hermoso color rosa y, sobre su cabeza, se forma una especie de cristal diminuto el cual brilla a esa misma tonalidad.
Sailor Earth no sale de su asombro: ¿Será ese cristal la Esencia Pura?
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