15 - Mientras tanto en Tokio

08.09.2015 20:57

CAPÍTULO 15

MIENTRAS TANTO EN TOKIO...

 

     Son las 5:23pm.

 

     El grupo de jóvenes guerreros se encuentra reunido en la residencia Tatópolous, concretamente en el cuarto de PJ. Allí tienen una amena reunión sobre asuntos Scouts, explicándole a Jade, la nueva integrante, muchas cosas como cuando ellos descubrieron sus poderes, su experiencia en Tokio, sus vidas pasadas… – Entonces… – comenta la morena, analizando lo que le explicaron sus compañeros. – Todos nosotros somos reencarnaciones de personas que han vivido hace alrededor de 3 mil años, y la isla perdida de Atlántida realmente existió, al igual que los llamados dioses… y si hubo dioses griegos, no se descarta la posibilidad de que aquellos en otras culturas también existiesen, incluso podrían ser los mismos… Eso explicaría muchos mitos y leyendas.

– Así es. – Añade Gaia. – Las tierras al este de Atlántida contaban con esas personas, y no dioses, dotadas de un poder especial. Y usted formaba parte de ellos.

– ¿Al este? ¿Se refiere a…?

– El Antiguo Egipto.

– ¿Entonces yo no era de Atlántida, sino que quizás estaba relacionada a algún Faraón?

– Quizás. No sabría precisar si realmente su pasado la une a un Faraón o alguno de sus Sacerdotes… pero sí, es una probabilidad muy grande.

– ¡Estos es fascinante! – Esta vez se iluminan los ojos a Jade. – Pensar en todo lo que pude haber visto allí, su cultura, su idioma, su gente… todo. Es maravilloso… *suspiro* Cómo quisiera poder recordar más sobre mi pasado. – Ahora se escucha un sonido. – ¿Qué es eso?

– Viene de mi computadora. – Responde PJ, dirigiéndose a su escritorio. – Debí dejar el chat abierto. Veamos de qué se trata… – Ella se sienta frente a su ordenador, revisa el mensaje, y una sonrisa se esboza en sus labios. – ¡Es Serena! Acaba de conectarse.

– Un momento… – Interrumpe Aurora, contando con sus dedos. – ¿Que no es de madrugada en Japón?

– Alrededor de la 1:30am, para ser más exactas – Aclara la pelicastaña. – Seguramente ella se conectó para charlar con su novio, quien ahora está por los Estados Unidos. Creo que le daré las buenas nuevas. – Dicho esto, ella abre una sesión de chat con su amiga:

 

P.J.T.: ¡Hola Serena!

Tsukino<(^_^)>: ¡PJ! ¿Qué tal? Hace mucho que no charlamos. ¿Ya te olvidaste de nosotras? =(

P.J.T.: Claro que no, tontita. Es que difícilmente coincidimos por los horarios.

Tsukino<(^_^)>: Sí, supongo. Aunque estoy un poco triste.

P.J.T.: ¿Por qué?

Tsukino<(^_^)>: Me conecté para charlar con mi Darien, pero él dice que tiene muchas cosas por hacer y no puede hablar conmigo T-T

P.J.T.: Seguramente anda muy atareado. Descuida, ya verás que cuando esté libre hablará contigo por horas.

Tsukino<(^_^)>: Lo sé. Pero lo extraño mucho :’(

P.J.T.: Oye, te tengo una noticia que seguro te alegrará. ¿Te animas a video llamada?

Tsukino<(^_^)>: ¡Claro! Ahora pondré la cámara…

 

     En esto, se inicia una video llamada y en la pantalla del monitor puede apreciarse el alegre rostro de una chica de 17 años, ojos azules, cabello dorado atado con muchos lazos de color rosa, quien viste un pijama rosa con motivo de conejos: Ella es Serena Tsukino, la mejor amiga de PJ, conocida también como Sailor Moon. – ¡Serena!

– ¡Hola PJ! – Responde la rubia, muy sonriente. – ¿Qué tal?

– Muy bien. Y bastante sorprendida.

– ¿Por qué?

– Pues noté que tu ortografía ha mejorado mucho. Se ve que has estudiado mucho.

– ¿Eso crees? – Dice una voz femenina y, en seguida, al lado de Serena se sienta una gata de pelaje oscuro, ojos color almendra y una media luna sobre su frente, pues se trata de su guardiana. – En realidad Samy le instaló a Serena un corrector ortográfico.

– ¡Luna! – Reclama la joven Tsukino, claramente molesta.

 

     La felina sólo sonríe con malicia, ignorando a su acompañante, conversando con la pelicastaña. – ¿Cómo has estado, PJ? Se te echa mucho de menos por aquí. – Ahora ella se dirige a los demás. – Chris, Gaia. ¿Qué tal todo?

– Las cosas están un tanto intensas. – Responde el joven de cabellos dorados, mirando fijamente a la pantalla pues hacía mucho que no veía a sus amigas. – Pero hasta ahora todo está bajo control.

– Me alegra oír eso. – Añade Luna, mirando a las otras chicas. – Y supongo que ellas son las nuevas Sailors.

– Así es. – Responde la griega, presentando formalmente a sus compañeras. – Ellas son Aurora, Sailor Twister, y mi prima Marina, Sailor Ocean.

– Mucho gusto. – Responden las chicas al unísono.

 

     Serena mira a las chicas, pues su amiga le había hablado antes de ellas, para luego enfocarse en la morena. – ¿Y quién es ella?

 

     La joven Tatópolous sólo se limita a sonreír. – Ella es la razón de la buena noticia de la que te hablaba: Su nombre es Jade, y hace un par de horas ella despertó sus poderes como Sailor Stone.

– ¿Otra más? ¡Genial!

– ¿Otra Sailor Scout? – Interrumpe la gata. – Éstas son maravillosas noticias. PJ tu grupo crece cada vez más. Y todas de tu misma época. – Ella entonces mira el reloj local. – ¡Ups! Ya es muy tarde. Serena, deberías dormir, recuerda que saldrás con las demás. – La rubia está de acuerdo, así que charlan por un par de minutos más y luego se marchan a dormir.

 

***

 

     Domingo, 9:18am… En Tokio.

 

     Mientras PJ y sus scouts duermen, en el otro lado del mundo ya es de mañana. Serena y su gata Luna se dirigen de forma muy apresurada hacia un recinto ubicado en la cima de una pequeña colina: Es el Templo Hikawa. Allí dentro puede apreciarse un grupo de chicas: Una tiene apariencia intelectual, de cabello azul naval, otra tiene largos cabellos dorados atados con un lazo naranja, hay otra que destaca por su estatura, con cabello marrón atado en forma de cola de caballo, y la última es la sacerdotisa del templo, una chica de gran belleza con largos cabellos negros. Esta última al ver a Serena muestra una mirada de reojo. – Llegas tarde, como siempre.

– No seas dura conmigo Raye. – Se defiende la pequeña rubia. – Tenía algo muy importante qué hacer.

– ¿Ah sí? – Esta vez la joven muestra una mirada de reojo. – Tiene que ver esto con helados o golosinas. ¿No?

– Te sorprenderá saber que no. – Aclara Luna, sorprendiendo a Raye, para luego mirar a su protegida. – Bueno, ¿qué esperas? ¡Muéstrales!

 

     Acto seguido, Serena muestra a sus compañeras una sorpresa que les tenía preparada: Se trata de una captura de la llamada con PJ, donde salen ella y los demás posando alegremente para la cámara, impresa en papel fotográfico, enmarcada en un bonito portarretrato. Esto llena de alegría y nostalgia a las chicas, observando a esa amiga a quien tanto extrañan, al igual que a Chris y Gaia. Luego notan la presencia de las demás, siendo la peliazul quien rompe el silencio. – PJ luce maravillosa, y parece muy feliz. Espero que ella, Chris y Gaia estén bien. Y he de suponer que las demás chicas son las nuevas scouts de las que nos hablaste, Serena.

– Así es, Amy.

– Un momento. – Interrumpe la otra rubia. – ¿Qué no eran 2 nuevas scouts?

– Ahora son tres nuevas, Mina. – Responde Serena, muy alegre, señalando a cada chica en la fotografía. – Ellas son Sailor Twister, Ocean y Stone.

– Conque una nueva sailor… – Acota la más alta, pensativa. – ¿Creen que serán sólo ellas cuatro o habrán más?

– Aún no se sabe, Lita. – Dice Luna. – Gaia nos comentó que aún no recuerda todo sobre su pasado, pero con el despertar de cada Sailor sus recuerdos se hacen mucho más presentes. Aunque sí han mencionado que tienen sospechas sobre alguien en particular.

– ¿De quién? – De repente, Mina nota cómo Raye se queda estática, con su mirada enfocada a la nada y colocando sus manos sobre su pecho. – ¿Qué sucede, Raye?

– No… no lo sé… – Responde la joven de cabellos oscuros, bastante exaltada y con cierto temor y angustia brotando de sus ojos color violeta. – Es como si fuese una esencia maligna. Debo… aclarar mis dudas. – Dicho esto, ella empieza a correr.

 

            Las demás chicas se quedan sin palabras, hasta que Lita logra articular la siguiente frase: – ¿Qué le ocurre?

 

***

 

     Raye llega a una habitación solitaria, acercándose lentamente a una hoguera que está justo en el centro, se coloca de rodillas con sus ojos enfocados en el fuego, y empieza a mover sus manos mientras realiza una especie de cántico en japonés, pudiendo ver en las llamas a un hombre de mediana edad, quien está al lado de una mujer que parece ser su esposa, y rodeado de muchas personas. El hombre en cuestión parece ser una persona normal, con bondad y mucha serenidad en su rostro, algo que la deja confundida. – No lo entiendo… ¿Qué tendrá que ver este sujeto con mi mal presentimiento?

 

***

 

     Las chicas esperan pacientemente en la habitación. – La reacción de Raye es muy preocupante. ¿No lo creen, chicas?

– Estoy de acuerdo contigo, Mina. – Responde Amy, pensativa. – ¿Creen que sea un nuevo enemigo?

– Esperemos que no. Hacía mucho que no teníamos días tan pacíficos. – Se queja Lita, para luego notar cómo la pequeña rubia se levanta, muy callada. – ¿Qué te sucede, Serena?

– Raye se está tardando mucho. – Exclama Serena, claramente aburrida. Cuando está por llegar a la puerta, la sacerdotisa del templo hace acto de presencia. – ¡Raye! ¿Descubriste algo?

– No lo sé, Serena. – Responde Raye, mirando ahora a las demás. – Pude ver algo pero no logro entender nada.

– Debes estar cansada. – Dice Mina, acercándose a su compañera. – ¿Por qué no vamos a la fuente de soda? Te hará bien.

– Tal vez tengas razón. – Dicho esto, todas las amigas toman sus cosas y se disponen a marcharse.

 

***

 

     De camino a la fuente de soda, las chicas notan ese tranquilo paisaje de la mañana, un calmado Distrito Nº 10 que no había estado así desde hacía meses… sin embargo ellas siempre mantienen un poco la alerta, pues un enemigo es impredecible y puede aparecer sin previo aviso.

 

     Ellas caminan frente a una tienda de electrónica, mirando los últimos modelos de computadoras, consolas de videojuegos y equipos de sonido, hasta que Raye se queda estática, mirando la pantalla de un televisor que está en exposición. – ¡ES ÉL!

– ¿Quién? – Todas miran a la pantalla, pudiendo ver a ese mismo hombre que la sacerdotisa vio en el templo. Él está siendo reseñado en las noticias locales, y Amy decide romper el silencio. – Pero si es el Dr. Shikawa.

– ¿Lo conoces?

– Lo he visto en un par de ocasiones, Serena, ya que él es muy amigo de mi madre. Él ha dedicado su vida a investigar sobre enfermedades muy raras. – Ella entonces lee los títulos que aparecen en la noticia. – Esta noche hará una conferencia sobre una grave pandemia que está ocurriendo en África. Al parecer ha realizado un descubrimiento muy importante.

– Esto me deja más confundida, Amy. – Interrumpe Raye, cabizbaja. – Sé que algo malo ocurrirá… y ese sujeto tiene algo que ver. No sé cómo, pero eso es lo que vi…

– Si quieres podríamos ir a investigar. Sé en donde vive. – La peliazul se dirige al resto de sus compañeras. – ¿Están de acuerdo?

– ¡De acuerdo! – Responden todas al unísono, así que ni cortas ni perezosas se disponen a iniciar su investigación.

 

***

 

     El grupo de chicas se encuentra en una residencia apartada del centro, rodeada de frondosos árboles, muy cerca de una laguna. Ellas son atendidas por el Dr. Shikawa y su esposa, una mujer que parece de procedencia extranjera. – Muchas gracias por recibirnos, Dr. Shikawa.

– El placer es mío, Amy. – Responde el hombre, sonriente. – Tú y tu madre son amigas muy preciadas para mí, y su visita me llena de gusto.

– Le vimos en las noticias. Su más reciente descubrimiento seguramente cambiará muchas vidas.

– Han sido 15 años de investigación, pero al final el resultado vale la pena, sobre todo si es para salvar vidas. Como siempre, estás invitada a asistir. Tus amigas pueden ir también, si gustan.

– Muchas gracias. – Responden las demás, a excepción de Serena, quien tiene la boca llena de bocadillos. – Hmm… ¡Esto está delicioso!

– Gracias, jovencita. – Responde la mujer. – Los preparé yo misma.

– Usted no es de Japón, ¿cierto?

– No. Soy de Liverpool, Inglaterra. Me mudé cuando me casé con Takato. – En esto, ella se dirige al resto del grupo. – Ahora si me disculpan, debo retirarme.

– ¿Te sucede algo, Vivianne?

– No es nada, querido. Es sólo un ligero dolor de cabeza. Tomaré una píldora y descansaré un poco. – Dicho esto, la mujer se retira.

 

     El doctor se dirige a las chicas, un poco apenado. – Disculpen a mi esposa. Ella no suele retirarse así. De verdad debe sentirse muy mal.

– Discúlpennos a nosotras. – Se adelanta Raye. – Hemos venido en un mal momento y no quisiéramos importunarles. Creo que deberíamos retirarnos.

– ¿Estás segura, Raye?

– Completamente, Amy. Podremos venir después.

– Bueno, en ese caso… – Todas se levantan, haciendo una reverencia a su anfitrión. – Les agradecemos mucho el habernos recibido.

– Fue un placer, Amy. Vengan cuando gusten, siempre serán bienvenidas. – En esto, el señor se dispone a acompañar a sus invitadas a la puerta, hasta que súbitamente se escucha un grito, algo que le llena de terror. – ¡Es Vivianne! – Todos empiezan a correr hacia la planta alta, llegando a una amplia habitación en la que encuentran a la mujer de rodillas, cubriéndose sus ojos, gimiendo de dolor. Él se le acerca. – Vivianne, cariño, ¿qué tienes? ¿Qué te ha sucedido?

– Me duele… me duele mucho…

– Tranquila, cariño. Ya estoy aquí. – Ahora mira a Amy. – Por favor, llama a tu madre, Debemos llevarla al hospital. – No terminó de decir estas palabras cuando nota que un aura azulada rodea a su esposa, dejándolo boquiabierto.

 

     Raye siente una punzada en la cabeza, sintiendo esa sensación de antes, recordando que en la imagen aparecida en el fuego sagrado no sólo estaba el Dr. Shikawa, sino su esposa. Ahora lo entiendo… esto no tiene nada que ver con él… ¡sino con ella! Puede ver luego que sobre la frente de la mujer, a la altura de sus ojos, aparece una esferilla que, enseguida, se convierte en una runa, mientras la mujer queda estática, sin el brillo característico de sus ojos.

 

     Acto seguido aparecen frente a ellas los gemelos Múspell y Nifhleim. El hombre mira a las chicas de forma insinuadora. – Miren que tenemos aquí: Unas cuantas bellezas orientales.

– ¡¿Qué le han hecho a mi esposa?!

– No te metas, anciano. – Dicho esto, el villano arroja una esferilla cenizosa que lastima al Dr. Shikawa, dejándolo inconsciente ante la mirada de terror de las chicas. – Mucho mejor.

– ¡Eres un miserable! – Se queja Lita, notando que los nuevos villanos toman posesión de la runa. – ¡Oigan! ¡Eso no les pertenece!

– ¿Y qué harás al respecto, mocosa? – Pregunta Nifhleim, mostrando una sonrisa complaciente, para luego mirar hacia una dirección. – Encárgate de ellas, Jitsu. – Acto seguido, ambos hermanos desaparecen, haciendo acto de presencia una criatura fornida vestida con traje samurái.

 

     Es allí cuando las chicas deciden transformarse, colocando sus ítems sobre su cabeza y gritando su respectiva frase, esto para convertirse en las Sailor Scouts. Una vez cambiadas, Sailor Moon, la líder del grupo, dice su característica frase: – ¿Cómo te atreves a perturbar una paz que no habíamos tenido desde hacía meses? Esto es algo imperdonable. Soy una Sailor Scout que lucha por el amor y la justicia… ¡Soy Sailor Moon! Y te castigaré en el nombre de la luna.

 

     El monstruo no emite palabra alguna, sólo se limita a arrojar una serie de katanas a sus oponentes, iniciando así una larga batalla, con intercambio de técnicas basadas en una variedad de elementos. Sin embargo, las chicas intentan no aplicar tanta intensidad a sus ataques, pues se encuentran dentro de la residencia, así que deciden salir por la ventana para que su oponente las siga, y una vez afuera todas luchan a máxima potencia.

 

     El villano está tan enfocado en atacar a las inner scouts que no se da cuenta cuando Sailor Moon se separa del grupo y, guardando una distancia prudencial, ella arroja su Poder del Cristal de la Luna Plateada, deteniendo a Jitsu en el acto.

 

***

 

     Minutos después de acabar con la batalla, el Dr. Shikawa despierta, pudiendo ver los preocupados ojos de Amy. – ¿Qué?... ¿Qué ocurrió?

– Fuimos atacados por unos monstruos, pero las Sailor Scouts vinieron al rescate.

– ¿Cómo está Vivianne?

– Pues… – Ahora la mirada de la joven muestra mucha tristeza, mirando en una dirección. Él gira su cabeza, viendo cómo su amada esposa yace inconsciente, como zombie, sobre su cama, rodeada por las adolescentes.

 

     Una lágrima brota de sus ojos color café. – Vivianne…

 

***

 

     Es de mañana en Londres.

 

     Una castaña cabeza se aprecia entre un edredón y un par de grandes almohadas. Al lado, en la mesita de noche, puede verse un teléfono móvil que, enseguida, empieza a repicar. PJ abre sus ojos, toma el aparato con mucha pereza, algo molesta al ser despertada tan temprano en un día domingo, observando el número que aparece en pantalla, dándose cuenta de que tiene código internacional. Ella decide atender. – ¿Hola?... ¿Amy?

 

 

 

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