15 - El espejo y la mariposa
CAPÍTULO 15
EL ESPEJO Y LA MARIPOSA
PJ sale por una entrada oculta entre un verde follaje, y luego de apartar algunas ramas, ella se encuentra en una cámara muy espaciosa, parecida a la habitación que había visto con anterioridad. La diferencia es que ahora no sólo hay árboles y un suave y verde césped, sino que a la distancia puede verse una especie de templo antiguo, aún en pie.
La pelicastaña queda sumamente sorprendida, pues esa visión era algo que no se esperaba y, vencida por la curiosidad, ella se acerca a ese lugar, viendo con detalle las altas columnas, las cuales sostienen el agrietado pero aún firme techo. Ella sube por los escalones, caminando lentamente mientras aún percibe la azulada luz de los cristales luminosos, ya que en ese momento simulan la luz de la luna menguante.
A medida que avanza, el lugar se hace cada vez más oscuro, así que la joven empieza a tantear, ver hasta dónde puede llegar, y cuando casi hay oscuridad absoluta se encuentra con un obstáculo. Ella recorre sus delicadas manos sobre el objeto, parece de piedra, pero no es una roca cualquiera, tampoco puede percibir la forma de columna grecorromana, es una superficie un poco más lisa y suave. PJ sigue tanteando y puede percibir la forma de un pie, luego otro: Definitivamente se trata de una estatua.
Proserpina se aleja, tratando de aprovechar la poca luz para detallar la silueta, pero sin éxito, el lugar está demasiado oscuro, así que decide abandonar ese templo y volver por la mañana pues, de todos modos, ya ha descubierto la manera de llegar allí y, al parecer, nadie sabe sobre tal descubrimiento…
¿O tal vez se ha equivocado?
***
Es la 1:30pm del día siguiente. Gaia, Phobos y Deimos vuelan por los alrededores de Tokio en busca de la joven Tatopolous, mientras Darien, Luna y Artemis recorren por tierra. Entretanto las Sailor Scouts, quienes acababan de salir de clases, se encuentran reunidas en el templo Hikawa.
Serena pregunta: – ¿Y bien? ¿Cuál es el próximo plan?
– Para serte franca… – Responde Mina, un tanto cabizbaja – Se nos agotan las opciones.
– Pero es que… – entonces, la minúscula líder de las Scouts mira hacia la ventana, justo a la rama del árbol donde suele estar posada la lechuza. – Le prometí a Gaia que la encontraríamos.
– No nos estamos rindiendo, Serena. – Acota Mina, colocando una mano sobre el hombro de su compañera. – Sólo digo que nos estamos quedando sin ideas.
– Es lo mismo… – En ello, Serena se levanta y empieza a caminar hacia la ventana, pensativa y con rasgos de depresión reflejados en sus ojos azules. – Nosotras estamos aquí descartando ideas, mientras PJ sigue atrapada en ese lugar… *suspiro* No quiero ni imaginarme en todo por lo que ella debe estar pasando…
– Entendemos eso Serena. – Dice Lita, acercándose a su amiga. – La encontraremos, no te preocupes.
– Serena tiene razón. – Interrumpe Amy. – No podemos perder el tiempo chicas. Tenemos que hacer todo lo humanamente posible.
– ¿Algún plan en mente?
– Nada en concreto, Mina, sólo me gustaría investigar un poco más. – En esto, la peliazul se levanta y empieza a caminar hacia la entrada del templo, luego se detiene y da la vuelta, mirando a sus compañeras. – ¿Vienen conmigo?
– ¡Claro! – Todas responden al unísono y juntas se disponen a seguir a su amiga.
***
Las verdes ramas de un arbusto se agitan y se apartan, emergiendo PJ desde allí puesto que en ese lugar se encuentra una entrada secreta. La joven está dispuesta a investigar ese misterioso templo que encontró la noche anterior y, ahora que es de día (por lo tanto los cristales brillan con un tono azul celeste), puede ver con detalle la forma exacta del mismo: Tiene un total de 6 columnas al frente, 3 a cada lado de la entrada principal, todas de una altura aproximada de 10 metros. El techo tiene forma triangular, pudiéndose ver muchas figuras en su fachada, todas en relieve. La estructura es de roca tallada, de color grisáceo pero, seguramente, en los tiempos antiguos eran de color marfil.
Ella ingresa a su interior, caminando por el largo pasillo iluminado por una luz muy tenue, llegando al lugar donde se encontró con el obstáculo de la vez pasada: Tal como lo había sospechado, era una estatua… de hecho mirando detalladamente el lugar, puede ver la silueta de 2 estatuas más. Al rato, sus verdes ojos se adaptan a la poca luz, permitiendo a la joven Tatopolous detallar las esculturas: Todas tienen forma humana, de hombres en túnicas que parecen tener mucha edad y sabiduría. ¿Quiénes serán ellos?
De repente, PJ nota la presencia de alguien. Ella da la vuelta, vendo una especie de sombra que se oculta rápidamente tras una de las estatuas. Se acerca sigilosamente, y al mirar allí… no hay nada. – ¿Quién es? – Preguntó, entonces percibe de nuevo esa sombra, esta vez mucho más alejada de ella, la cual parece dirigirse hacia otro pasillo. – ¿Eres tú, Hermócrates? – No hay respuestas, así que la adolescente se acerca al lugar hacia donde supuestamente se ha dirigido esa cosa: Nada. – ¿Lord Inferno? – Sin respuesta, solo un silencio reinante.
PJ sigue caminando, encontrándose parada frente a un pasillo mucho más oscuro, aunque percibe de repente algo de luz al final del mismo, así que decide caminar allí e investigar, llegando así a una habitación mucho más grande e iluminada y, por alguna extraña razón, ese lugar le parece muy familiar. Entonces…
– ¡No puede ser!
***
El grupo de amigas se encuentra en las proximidades del Puente Arcoíris, justo en el lugar donde desapareció su compañera. Amy realiza lecturas de datos a través de sus visores, introduciendo la información recopilada en su mini computadora, y al cabo de un rato ella baja la cabeza, en señal de decepción. – No he hallado nada.
– ¡Demonios! – Se queja Lita, quien se sienta en la acera, llena de ira e impotencia. A su lado se sienta Raye, claramente decepcionada.
En ese entonces, Gaia y los cuervos se acercan al lugar. – Chicas: ¡Problemas!
***
PJ queda estupefacta ante lo que acaba de encontrar: Se trata de un antiguo espejo… El mismo de sus sueños. – Estos es más extraño de lo que imaginé – pensó, acercándose al objeto, observando su reflejo, hasta que de repente nota una silueta tras unas columnas, la cual le parece familiar pues ya había visto algo similar en uno de sus más recientes sueños. Ella da la vuelta y, luego de enfocar mejor su vista, descubre que se trata del mismo Lord Inferno. – Conque eres tú.
– Vaya… – Comenta el regente de las tinieblas, cruzando sus brazos. – Ahora resulta que también eres muy escurridiza. Sigue curioseando y terminarás en algún lugar para nada agradable. – En esto, ella muestra una expresión de sorpresa, para luego taparse la boca ya que ríe para sí misma, algo que molesta a Inferno – ¿Te parece que bromeo?
– No… para nada. – Responde la pelicastaña – Sólo que… me dio la impresión de que estabas muy preocupado por mí, pues temes que me pierda.
– ¿Preocupado yo? Tonterías. – Al decir esto él se acerca a la adolescente, parándose a escasos metros de ella, notando que su delicado rostro muestra un mejor semblante, con menos amargura y tristeza. – Veo que está de mejor humor.
– La verdad… me he puesto a pensar en todo esto y… por mucho que llore y que me queje, igual no vas a dejarme ir hasta que consigas esa respuesta que tanto buscas, así que… ¿para qué amargarse? – En esto, PJ da la vuelta y empieza a caminar, admirando las altas columnas, quedando fascinada con lo que ve. – Este lugar es fantástico… – Luego ella se detiene y mira hacia su captor. – ¿Es este otro de tus tesoros?
– Para serte franco… ignoraba la existencia de este templo.
– ¿Ah sí?
– Sí… Lo más raro es que… siento que ya he estado aquí, antes.
– Qué curioso… – La joven está pensativa, mirando el lugar, luego dirige su mirada hacia Lord Inferno. – Yo… también siento lo mismo.
Ambos quedan estáticos y pensativos, preguntándose el porqué de todo esto, por qué ellos tienen la misma sensación, reacciones similares, y la aparente conexión existente entre ambos. De repente, Inferno mira hacia una columna y ve algo inusual. – ¿Qué diablos es eso?
– ¿Qué cosa? – PJ mira en la misma dirección, y lo que descubre la deja perpleja pues lo que observa no es más que la misma mariposa dorada que ella ha visto en sus recurrentes sueños. Entonces el insecto empieza a moverse en círculos, para luego alejarse lentamente de allí. – ¡Debo seguirla! – Dicho esto, ella empieza a correr, así que al misterioso hombre no le queda otra cosa sino seguir a su cautiva.
***
Las Sailor Scouts recorren la calle, con mucha prisa, dirigiéndose a un lugar específico: Ellas van directo al zoológico, ya que allí el enemigo ha vuelto a atacar. Al llegar al sitio pueden ver horrorizadas como algunas personas, incluyendo niños, yacen inconscientes en el suelo, para luego escuchar un grito y, al girar, ellas ven a un hombre que está siendo atacado por una especie de espectro.
Sailor Moon intenta lanzar un ataque para proteger a ese hombre, pero ya es tarde, pues miran como esa persona se desmaya, aun así ella arroja su Tiara Lunar hacia el espectro, pero éste desaparece a toda velocidad, eludiendo así el ataque. – No puede ser: ¡Lo esquivó!
– ¡Ajajajajajajajajaja! – Las chicas miran alrededor, reconociendo esa malévola risa: Se trata de Astianacte, quien está sobre el techo de una tienda de recuerdos. – Ustedes son tan predecibles…
– ¡Basta ya, Astianacte! – Responde la líder Scout. – Haz lastimado muchos inocentes y eso no lo vamos a permitir: Soy una Sailor Scout que lucha por el amor y la justicia… ¡Soy Sailor Moon! ¡Y te castigaré en el nombre de la luna!
– ¡Tontas! – Exclama el villano, mostrando mucha satisfacción y burla. – Sus inútiles ataques no podrán lastimar a Kyoko… ¡Ella es un fantasma!
– ¿Fa… Fantasma? – La minúscula Scout reacciona con mucho temor. – ¿Has dicho… fantasma?
– ¡Sailor Moon! – Interrumpe Mars, algo molesta por la reacción de su líder. – ¡No dejes que eso te asuste!
– Pero Mars… ¡Odio los fantasmas! – Esta vez la sailor del fuego y la pasión muestra una mirada de reojo y desaprobación, pues a pesar de haberse enfrentado a tantos peligros, aún su amiga actúa como una niña tonta y cobarde.
De repente todo se vuelve oscuro, como si un enorme manto cubriese el área, a la vez que una densa neblina envuelve a las senshies. Todas quedan estáticas, a excepción de Sailor Mercury, quien se coloca sus visores y usa su supercomputadora. Entonces: – No tengo lectura chicas.
– ¿Qué dices? – Pregunta Sailor Jupiter. – ¿No hay nada que puedas hacer?
– Hago lo que puedo, pero algo bloquea la señal.
– ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaah! – Las scouts miran alrededor, tratando de divisar lo que sea a través de la niebla, y luego la misma se hace cada vez más tenue, hasta que… – ¡SAILOR VENUS! – El grupo nota horrorizado como su compañera está elevada por el aire, rodeada por el espectro misterioso, casi inconsciente.
Sailor Moon prepara su tiara lunar, pero Mercury la detiene. – ¡No lo hagas! ¡La lastimarás!
– ¿No ves cómo ella está sufriendo?
– Lo sé, pero a ese fantasma no le afectan nuestras técnicas. Todo lo que le arrojemos lo recibirá Sailor Venus. ¿Lo entiendes?
– Pero… – Serena queda callada, pues sabe que Mercury tiene razón: ¡Deben hallar la manera de salvar a su compañera!
***
La mariposa dorada sigue volando por doquier, siendo seguida por PJ y, mucho más atrás, Lord Inferno la sigue a pasos rápidos. Ésta vuela en zigzag, internándose dentro de un pasillo estrecho y oscuro.
Proserpina se detiene ante la entrada a ese pasillo, colocando ambas manos sobre su corazón en señal de nerviosismo, y al rato su captor se para justo tras ella. Luego…
– ¿Tienes miedo?
Esta inusual pregunta deja sorprendida a la jovencita, quien mira al regente oscuro con ojos llenos de curiosidad y asombro, luego mira de nuevo en dirección al pasillo, bajando la cabeza, casi murmurando: – Pues… un poco…
– Es sólo un pasillo.
– No le temo al pasillo en sí… sino a lo que hay al final. ¿Qué crees que haya allí? – Ella mira nuevamente a su captor, esta vez mostrando algo de preocupación a través de sus ojos color esmeralda. – ¿Tendrá algo que ver con mi pasado? – No hubo tiempo para recibir respuesta, ya que la mariposa dorada vuelve a emerger de las tinieblas, como insistiendo en que la sigan, así que PJ se arma de valor e ingresa al pasillo. Sin embargo, el insecto se detiene, dirigiéndose hacia Lord Inferno y volando alrededor de él. La joven se da cuenta de lo que ocurre. – Creo que ella quiere que la sigas.
– ¿Yo? Paso… – Él cruza sus brazos en señal de negación, viendo cómo el insecto se torna cada vez más insistente, hasta que al final decide ceder. – Hmm… Admito que esto me da un poco de curiosidad… – Finalmente, ambos ingresan al interior de ese largo y oscuro pasillo.
¿A dónde llegarán?
***
Las senshies se encuentran horrorizadas, viendo como su compañera está indefensa y en manos del enemigo. La líder Scout se deprime: – Tenemos que hacer algo…
– ¿Pero qué? – Acota Jupiter, apretando sus puños como muestra de enojo. – Nuestras técnicas no funcionarán. – En esto, el espectro se contrae, apretando a Venus, quien grita de dolor ante la mirada de sus amigas. – ¡OH NO!
– ¡YA NO LO SOPORTO MÁS! – Al decir estas palabras, Sailor Moon empieza a correr con lágrimas brotando de sus ojos, sin saber qué hacer pero dispuesta a hacer lo que sea para salvar a su amiga.
Entonces el espectro desaparece, dejando caer a la senshi. La líder Scout deja de correr, algo nerviosa, caminando a pasos lentos, viendo como su compañera se levanta muy lentamente, quien de hecho da la espalda al grupo. – ¿Sailor Venus? – No hay respuesta, solo un profundo y macabro silencio…
De manera súbita, las Cadenas de Amor de Venus salen de la nada, disparadas directamente hacia la líder de las senshies, atrapándola, puesto que dicho ataque ha sido totalmente inesperado, dejándola de esa manera indefensa ante cualquier ataque enemigo, ante la mirada atónita de las otras Scouts. – ¡SAILOR MOON!
– ¿Pero qué haces, Sailor Venus? – Pregunta la guardiana de la luna, sorprendida, nerviosa y llena de terror, a la vez que Venus da lentamente la vuelta, pudiéndose ver en ella un notorio cambio en su rostro: Sus ojos no son de color azul celeste, sino rojizos, rodeados de un aura de la misma tonalidad, y también tiene una macabra sonrisa, llena de maldad, pudiéndose oír una maligna risa…
– ¡AJAJAJAJAJAJAJAJA!
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