14 - La puerta secreta
CAPÍTULO 14
LA PUERTA SECRETA
Sailor Mercury y Mars quedan estáticas al ver la gran explosión, llenándose de angustia y temiendo lo peor: ¿Le habrá sucedido algo a las demás?
La nube de polvo empieza a disiparse, ellas están cada vez más nerviosas mientras Astianacte se muestra muy complaciente. Minuto a minuto aumenta la tensión y las expectativas, y entonces logran divisar un cúmulo de masas oscuras y pegajosas regadas por toda el área pero… No hay señal de las Scouts.
Una risa malévola puede escucharse alrededor, lágrimas brotan de los ojos de las guerreras, no pueden concebir la idea de que sus compañeras se hayan ido.
Astianacte sigue riéndose, hablando en tono burlón: – Esas mocosas han sido derrotadas… ¡Y ahora les toca a ustedes!
– ¡NO TAN RÁPIDO! – Todos miran en dirección a la voz, la cual viene de la terraza del edificio del frente: Se tratan de Sailor Moon, Venus y Jupiter, quienes lograron salvarse de la explosión, lo cual llena de furia a su rival, y de alivio a sus compañeras.
Él simplemente se encuentra en shock: – ¡Esto no es posible!
– ¡Claro que sí! – Al decir esto, las chicas saltan hacia el área, parándose entre sus compañeras y el villano. La líder scout sigue hablando: – ¿Creíste que nos derrotarías tan fácilmente?
– Insolentes… Son rivales mucho más fuertes de lo que creí – Pensó Astianacte, mientras observa como sus oponentes se colocan en pose de batalla. Sin embargo, él trata de ocultar su ira a través de una sonrisa burlona. – Vaya vaya… las subestimé, así que tendremos un encuentro muy interesante…
– ¿Entonces qué esperamos? – Exclama Sailor Jupiter, lista para ejecutar su técnica. – ¡Es hora de luchar!
– Me encantaría, pero por ahora las dejaré vivir un poco más… ¡Adiós! – Enseguida, él desaparece en una nube de humo.
La senshi de la energía eléctrica se enfurece, da un par de pasos hacia donde estaba Astianacte, y levanta su puño en señal de protesta. – ¡No huyas, cobarde!
***
Hermócrates ingresa a la habitación donde se encuentra PJ, notando que ella está sentada sobre la cama, pensativa, sosteniendo las sábanas entre sus manos. Esto llena de curiosidad al sátiro, quien se acerca a ella. – ¿Le ocurre algo, jovencita? – No hay respuestas, la adolescente sólo se limita a quedarse callada, confundiendo aún más a la criatura. – ¿Jovencita?
– Yo… – Ella cierra sus ojos, temblando un poco, entonces puede escucharse un muy típico sonido desde su estómago. – ¡TENGO HAMBRE! – En esto, el sátiro cae de espaldas (muy al estilo animé).
Él se reincorpora, sonriendo con pena. – Jeje… En ese caso, le traeré un bocadillo.
***
Las Scouts han vuelto a su estado normal y caminan a lo largo de la avenida, la cual por alguna extraña razón está muy desolada. Sin embargo, ellas no se percatan de esa situación, ya que les preocupa más su oponente. – Astianacte sí que es fuerte. – Comenta Mina, pensando en todo lo ocurrido esa noche. – Esta vez estuvimos muy cerca.
– Es cierto Mina – Acota Amy. – Y también demostró ser astuto.
– ¡Demonios! – Exclama Lita, mientras golpea una pared. – ¡Ese sujeto tiene a nuestra amiga! Me siento tan… ¡Impotente!
– Igual yo. – Concluye Raye, claramente decepcionada.
Mientras tanto, Serena camina hacia la nada, como un zombi, puesto que no logra concebir todo lo que está ocurriendo, hasta que mira a un lado, hacia una tienda de televisores, notando allí que transmiten las noticias. Ella se acerca a la vitrina, entonces muestra un rostro lleno de horror. – ¡CHICAS!
***
El sátiro Hermócrates está estático y sorprendido, viendo como una muy hambrienta PJ devora los platos de comida a una velocidad impresionante. – Usted sí que tiene hambre.
– Han sido… *mastica* 3 o 4 días sin comer, *mastica* es obvio que tengo *mastica* mucha hambre… – Ella toma rápidamente un vaso de jugo, sin respirar, luego coloca el vaso sobre la bandeja, expirando en señal de satisfacción. – Uff… Ahora me siento mejor.
– Me alegra oír eso. – Responde el sátiro, recogiendo la bandeja. – ¿Se le ofrece algo más?
– No. – Ella queda callada, luego decide hacer otra pregunta: – Oye Hermócrates.
– ¿Sí?
– ¿Alguna vez ha visto a Lord Inferno sin su armadura?
– Por supuesto, desde hace ya algunos años.
– ¿Y puedes decirme cómo es él?
– ¿Por qué desea saberlo?
– Es sólo… curiosidad. – PJ se levanta, caminando alrededor de la habitación, pensativa y hasta un tanto nerviosa. – Sólo me gustaría conocer la identidad de mi captor. Es todo.
– ¿Segura?
– Sí… – Ella se detiene frente a una pared, apoyando su brazo sobre el muro, mirando hacia el suelo. – Juraría que he escuchado su voz en algún lado, pues me suena tan familiar… Y sus ojos, es lo único que he podido ver de él… Y jamás había visto unos ojos tan… – En esto, puede percibirse una ligera sonrisa dibujada en sus labios.
Hermócrates se percata de tal acción, mostrando una mirada insinuadora. – Mejor la dejo sola con sus pensamientos.
– ¿Heh? – Pregunta PJ mientras da la vuelta para encarar a la criatura. – ¿A qué te refieres?
– No, nada. No me haga usted caso. Me retiro. – En esto, la criatura abandona la habitación.
Entretanto, PJ se sienta sobre la cama, cabizbaja, pensativa: Su situación es muy confusa y complicada, pues se encuentra sola en un lugar desconocido, posiblemente rodeada de tantos enemigos, pero también ha encontrado a Hermócrates, un amigo en quien confiar, y sin olvidar a Lord Inferno, ese ser tan misterioso cuya profunda mirada siempre la lleva presente en sus pensamientos, alguien cuya personalidad cambiante la llena de intriga, siendo muchas veces un ser rígido, pero en otras ocasiones resulta ser alguien tan dulce y atento...
Ella rodea con sus brazos su frágil cuerpo, pensando en esa mirada, recordando su profunda respiración muy cerca de su rostro, y sus grandes dedos rozando delicadamente su suave piel… Todo esto despierta en la adolescente una nueva sensación que jamás había experimentado con anterioridad, una mezcla entre emoción y nervios, tristeza, ira, dicha y nostalgia… muchas emociones enfrentadas que la hace sentir muy confundida y, de alguna manera, cada vez que se encuentra a su captor, cada vez que mira esos ojos tan profundos y penetrantes siente como su corazón late con mucha fuerza.
De repente ella reacciona, mostrando mucha confusión y temor a través de sus ojos color esmeralda: – Pero… ¿Qué me ocurre? ¿Por qué me siento así?
***
Raye y las demás se acercan a la vitrina de la tienda, viendo en los televisores un reportaje especial sobre los acontecimientos ocurridos durante esa tarde: De forma misteriosa, un grupo de personas que se encontraba en la estación del subterráneo ha caído inconsciente y nadie puede explicar el por qué, así que ellas deciden ir a investigar al respecto.
Ellas corren y corren, siendo luego alcanzadas por Luna y Artemis, quienes también se enteraron de la situación. Siguen corriendo, sin descansar, recorriendo varias cuadras, hasta que al fin llegan a la estación donde ocurrió el incidente. Una vez allí, ellas notan que la entrada a la misma está totalmente bloqueada por un grupo de policías, paramédicos y bomberos. Lita comenta: – No creo que nos dejen entrar.
– No. – Responde Serena, mostrando su henshin de transformación – A menos que nos transformemos – Todas asienten y, dado que están a una distancia segura y todos están atentos a lo que ocurre en la estación, dicen sus frases y se convierten en las Sailor Scouts.
***
En medio de la oscuridad, una luz muy tenue aparece súbitamente en medio de la nada, tomando lentamente una forma cuadrangular: PJ, quien luego de comer se siente con mucha más fuerza, decide abandonar la alcoba y explorar tan misterioso lugar. Claro está, sólo hay tinieblas y más tinieblas a su alrededor, pero sabe que en algún momento encontrará la entrada a otras habitaciones, aunque existe el riesgo de encontrarse a alguien como Cliptenestra.
Ella anda con cuidado, tanteando para no tropezar, mentalizándose la ruta tomada para no perderse (algo que le resulta sumamente difícil). Sin embargo, y por una extraña razón, a medida que camina intuye la presencia de ciertos recodos, desviaciones y obstáculos, acertando casi al 100%. Luego, la adolescente se acerca a un muro y empieza a tantear en un área específica, hasta que encuentra una piedra floja, la hunde y, de repente, se abre una puerta secreta.
La adolescente jamás había estado en ese lugar, pero sabía sobre la existencia de la entrada oculta… ¿Cómo es esto posible?
***
Las senshies se dirigen al sitio, siendo recibidas por un policía quien les permite el paso, ya que, como sailors, podrían ayudar a investigar sobre tan extraño caso.
Una vez adentro, ellas observan que, efectivamente, muchas personas yacen sobre el piso de la estación, vivas, pero inconscientes. Sailor Mercury se acerca a una joven mujer para inspeccionarla, colocándose sus visores y usando su Súper Computadora, con la esperanza de encontrar la causa del desmayo masivo.
De repente, un grupo de policías y paramédicos se dirige apresuradamente a las taquillas, algo que despierta la curiosidad de las sailors, así que ellas acuden al sitio mientras Mercury sigue investigando a la mujer. Entonces…
– Hola Amy…
Ella da la vuelta para notar que se acerca un muchacho de su misma edad y estatura, piel clara, cabellos y ojos oscuros: – ¿Richard?
Richard es muy amigo de Amy y las demás, de hecho está enamorado de ella, y sigue esperando a que la joven esté lista para iniciar una relación. Él es uno de los pocos que conocen su identidad secreta ya que, como ellas, el muchacho posee una habilidad especial: Es capaz de tener premoniciones sobre eventos que están por ocurrir, incluso identificar identidades secretas, debido a que, en realidad, él es la reencarnación de uno de los 7 demonios del Negaverso.
El adolescente se para frente a Mercury, sonriendo tímidamente. Ella deja de teclear en su mini computadora, mostrando una ligera sonrisa. – Hace tiempo que no te veía.
– Lo sé. Y te he extrañado mucho, Amy.
– También yo. ¿Y qué te trajo por aquí?
– Pues algo me dijo que volviese al Distrito Nº 10 – Respondió Richard. – Que debía usar precisamente esta línea. Y bueno, cuando llegué…
– ¿Viste lo que ha ocurrido?
– Sí. Un espectro enviado por el Imperio de las Sombras se ha apoderado de las esencias de todos los que estaban en este subterráneo. Yo pude ocultarme a tiempo, logrando salvarme.
– Sabía que esto es obra de ellos. Y dime: ¿Sabes si alguna de estas personas tiene…?
– ¿La Esencia Pura? No. Pero podrían hallarla pronto.
– Entonces tenemos que darnos prisa.
– Eso mismo estaba por decirte, Amy. En fin, debo marcharme, la policía podría notar mi presencia y la verdad no quiero estar sometido a interrogatorios. – Él da la vuelta y empieza a caminar, luego se detiene, mira a Sailor Mercury y le sonríe. – Pronto nos volveremos a ver.
– Eso espero… – Ella queda un poco cabizbaja, puesto que una vez que se marcha difícilmente podrían volver a verse. Entonces recuerda algo: – ¡Richard!
– ¿Sí, Amy?
– Tú puedes intuir cosas… ¿Podrías decirme dónde podremos encontrar a Sailor Earth?
– La verdad, es que a medida que pasa el tiempo, pierdo mi poder. Ahora hay ciertas cosas que no puedo ver, sobre todo aquellas que están fuera de mi alcance. Pero en lo que respecta a Sailor Earth, ella se encuentra rodeada de tinieblas, lo que supongo es el Imperio de las Sombras. Sin embargo… es allí donde se encuentra más segura.
– ¿Pero no tienes ninguna pista sobre cómo hallar su paradero?
– Temo decirte que no. Pero sí puedo decirte que tú y las demás deben tener cuidado: Hay un enemigo mucho más poderoso esperando el momento justo para atacar… Ahora marcho Amy… Nos vemos. – Él empieza a caminar lentamente hacia la salida.
Al cabo de unos minutos se acercan las demás Scouts, luego de corroborar que lo ocurrido en las taquillas no era más que una falsa alarma. Sailor Moon es la primera en hablar. – ¿Has encontrado algo? – No hay respuestas, Mercury sólo queda estática, pensativa y algo nostálgica. – ¿Sailor Mercury?
– ¡Oh! – La peliazul reacciona, encarando a sus compañeras. – Lo siento chicas. Oigan: Hay algo que debo contarles…
***
La joven Tatopolous queda estática ante la entrada secreta que acaba de descubrir. Ella puede notar que hay un pasillo en su interior, tenuemente iluminado por ciertos objetos que les son muy familiares: Son cristales de luz, los mismos que vio en esa hermosa habitación en la que estuvo con anterioridad… – ¡Sabía que no era un sueño! – pensó.
Ella sonríe, ya que quizás ese pasillo la lleve a ese maravilloso lugar, entonces decide seguir avanzando, a pasos cada vez más rápidos, sintiendo una repentina y ligera brisa: ¡Va por buen camino!
Pasan los minutos… El lugar está cada vez más iluminado, algo que la llena de esperanzas. Sigue caminando, sintiendo que el pasillo se hace cada vez más largo: ¿Cuándo acabará?
***
– ¿Qué dices? – Pregunta Sailor Moon. – ¿Qué Richard estuvo aquí?
– Sí. Me ha confirmado que todo esto es obra de ellos.
– ¿Y qué hay de PJ? – Interrumpe Venus. – ¿Sabrá algo de ella?
– Le pregunté, pero no lo sabe. Sólo me dijo que estaba protegida.
– ¡Pero ella fue capturada por el enemigo! – Exclama Sailor Mars. – ¿Cómo diablos puede estar protegida?
– Para mí tampoco tiene lógica tal afirmación, Mars. Pero yo confío en el poder de Richard, y si él dice que PJ está bien, entonces debe ser así. Además, él nos advirtió sobre un enemigo muy poderoso.
– Más enemigos… – Suspira la líder scout, quien se sienta en el suelo, un tanto deprimida por toda esta situación. – ¿Cuándo acabará? ¿Acaso nunca tendremos paz? Yo… creí que luego de derrotar a Sailor Galaxia todo volvería a la normalidad pero… me equivoqué. ¿Por qué todo esto?
– No te desanimes Serena. – Luna se acerca a su protegida, sentándose a su lado, tratando de consolarla. – Es en estos momentos cuando debes mostrar mucha fortaleza. – Ella mira un reloj en la pared: Son las 9:25 pm. – Ya es tarde, y hoy ha sido un día muy agotador para todas ustedes. ¿Por qué no se toman un descanso?
– Luna tiene razón. – Acota Artemis. – En ese estado no podrían hacer mucho.
– ¿Pero y PJ?
– Ya oíste a Sailor Mercury. – Responde Sailor Jupiter, colocando una mano sobre el hombro de su amiga. – Ella al parecer se encuentra bien y, la verdad, ya estamos muy débiles. Vayamos a casa y reunámonos mañana luego de clases. ¿Sí? – La rubia mueve su cabeza afirmativamente, luego se levanta y todas juntas se disponen a marcharse.
***
PJ sigue avanzando en una caminata que parece no tener fin, sintiendo que la brisa se hace cada vez más fuerte, entonces ella empieza a correr hasta que ve una luz: ¡Debe ser la salida! Así que se acerca, y al asomarse descubre algo inesperado. – Pero… ¿qué es esto?
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