13 - El vortice del terror
CAPÍTULO 13
EL VÓRTICE DEL TERROR - LA CONFUSIÓN DE PJ
Los 5 minutos han acabado, así que PJ debe terminar la llamada a casa de sus padres. Ha sido un tiempo muy corto, pero también muy valioso, ya que de esa forma ha evitado que su familia se preocupase por ella. Entonces le entrega el artículo a Hermócrates, mostrando a la vez una muy bella sonrisa. – Ahora estoy más tranquila. Muchas gracias, Hermócrates, por tu ayuda.
– No tiene por qué agradecérmelo, jovencita. – Responde el sátiro, con mucha calma, luego le hace entrega de una caja blanca, grande y cuadrada. – Esto es para usted.
– ¿Para mí? – Ella abre su regalo, un poco ansiosa, para descubrir en su interior un hermoso vestido negro. – ¿Y esto?
– El amo desea que lo use durante la cena.
– ¿Has dicho… cena? – Él asiente, así que la joven queda más perpleja, y no es para menos: ¿Una cena con Lord Inferno?
***
Sailor Moon y las demás scouts se dirigen al lugar donde hubo una gran explosión. Cuando llegan se encuentran frente a un viejo edificio de apartamentos, cubierto en llamas. Pueden escucharse algunas sirenas a la distancia, pues se trata de los bomberos y un par de ambulancias. Entonces, Sailor Venus empieza a hablar. – Oigan: ¿No notan nada extraño?
– ¿A qué te refieres, Sailor Venus?
– Esto… no parece ser obra del enemigo. – Responde la senshi del amor, encarando a su compañera Sailor Jupiter. – Parece más un caso aislado.
Su conversación se interrumpe al escuchar los gritos desesperados de una mujer, quien trata de acercarse al edificio en llamas. Ella clama a viva voz que su bebé se encuentra aún atrapado adentro, en el cuarto piso. Sailor Mercury decide entrar en acción:
– Burbujas congelantes de Mercurio: ¡ESTALLEN!
En esto, las burbujas salen disparadas hacia el edificio, creando un estrecho túnel helado para que la senshi pudiese pasar. Mientras ella sigue en esa faena llegan los bomberos, conectan las mangueras a los hidrantes y empiezan a arrojar litros de agua para aminorar las llamas.
El resto de las scouts espera con ansias, hasta que la peliazul emerge del edificio en llamas, sujetando a un pequeño bebé entre sus brazos, quien está cubierto con una gruesa frazada. Ella le entrega el niño a su madre y se reúne con las demás. – No he visto ninguna señal del enemigo allí dentro. – Comentó la senshi. – Definitivamente se trata de un incidente aislado.
– Algo no está bien aquí. – Interrumpe Raye, pensativa. – Tengo un mal presentimiento…
– ¡POR ALLÍ! – Todas miran en la dirección que apunta Sailor Jupiter, viendo una silueta que salta sobre las azoteas de los edificios. Ellas miran con atención, entonces: – ¡Es Astianacte!
– ¡HAY QUE SEGUIRLO! – Al decir esto, Sailor Moon empieza a correr. Las demás mueven sus cabezas afirmativamente y se disponen a seguir a su líder.
***
PJ aún observa el vestido, meditando sobre lo que le acababa de decir Hermócrates: ¿Cenar con Lord Inferno? Para empezar, ese hombre es su enemigo, su captor, el líder de una organización que sólo le ha creado problemas a ella y las demás Sailor Scouts, una organización que busca destruir al mundo… Ir a cenar con él sería como ir a la cueva del lobo. Por otro lado, esa cena podría ser una buena oportunidad para conocer un poco más sobre un ser tan misterioso como Inferno, aparte de eso, sería imposible que él comiese usando ese casco, así que se vería obligado a revelar su rostro, algo que ella siempre ha querido ver. – ¿Qué debo hacer? – pensó.
***
Las Sailor Scouts siguen en su faena, tratando de alcanzar a su enemigo, quien salta sobre las terrazas de los edificios. Al rato notan que él se detiene sobre el edificio de la televisora local, así que las chicas ingresan en su interior, toman el ascensor y suben a la terraza. Una vez allí, observan a Astianacte parado justo en medio del área, dándole la espalda a las Scouts.
Sailor Moon rompe el silencio: – No permitiré que uses a los inocentes para atraer nuestra atención: Soy una Sailor Scout que lucha por el amor y la justicia… ¡Soy Sailor Moon! Y te castigaré en el nombre de la Luna. – No hay respuestas, Astianacte sólo se queda callado, algo que confunde a las senshies, ya que él suele ser muy arrogante y hablador. – Chicas: ¿Qué le ocurrirá? No creo que esté asustado… ¿O sí?
– Desde hace un rato percibo cosas muy extrañas… – Comenta Raye, dubitativa. – Hay que tener cuidado.
– Tenemos que investigar… – En esto, la líder Scout empieza a correr hacia donde está Astianacte. Venus y Jupiter la siguen, mientras Mars y Mercury se quedan atrás, la primera confiando en sus instintos, y la segunda utilizando su minicomputadora, pues ninguna de ellas percibe nada bueno de esa situación.
De repente una diabólica y muy conocida risa puede percibirse de un lugar alejado. Todas las Scouts miran en dirección a un edificio vecino y allí pueden ver a… Astianacte. Esto las deja en shock. – ¡JAJAJAJAJAJAJA! ¡Han caído en mi trampa!
– ¿Qué cosa? – Sailor Moon no ha terminado de decir estas palabras cuando el Astianacte que está cerca de ellas empieza a transformarse en una criatura espantosa, a la vez que un remolino de energía oscura rodea el lugar, encerrando a las scouts dentro de él.
El villano levita y se acerca al grupo, notando que solamente hay 3 scouts. ¿Dónde estarán las otras dos?
***
PJ camina lentamente al interior de un salón, vestida con un elegante vestido negro de tipo strapless, ajustado hasta la cintura para luego holgarse, con un bonito detalle plateado sobre el torso; también usa guantes negros hasta el antebrazo y zapatillas plateadas, al igual que sus accesorios. Su cabello está totalmente suelto y su maquillaje es muy discreto, muy natural.
Ella se acerca a una larga mesa, la cual está adornada con un mantel de seda blanca y, en sus cabeceras, puede ver 2 sillones de color vinotinto, y ambos están vacíos, lo cual llena de sorpresa a la joven. – ¿Dónde estará Lord Inferno? – Pensó.
Alguien se acerca tras ella, así que da la vuelta para descubrir que se trata de Hermócrates, muy sonriente, quien le tiende una mano y ella la toma, para llevarla junto a uno de los sillones, lo aparta un poco y la invita a sentarse.
Acto seguido aparece su captor, quien usa un traje similar al de siempre, aunque mucho más adornado y elegante. También usa un casco muy diferente, el cual es descubierto bajo la nariz, lo que revela sus labios y mandíbula. Él se sienta en el otro sillón, hace una seña con la mano y algunos sirvientes se le acercan: Ha empezado la velada.
***
Sailor Mercury y Mars se encuentran ocultas tras los motores del sistema de ventilación, observando con horror cómo sus compañeras han sido atrapadas. La doncella del templo no puede soportar tal visión. – Mercury: ¿Puedes hallar una forma de entrar?
– Eso intento, Mars. – Responde la peliazul, mostrando preocupación a través de sus ojos azules. – Es un escudo de energía maligna muy concentrada… Será difícil traspasarlo.
– ¡AJA! ¡Ya las encontré! – Astanacte ríe maliciosamente mientras las Scouts salen de su escondite, parándose en posición de lucha. – Esta vez no escaparán…
Enseguida, el sujeto arroja una esfera de energía oscura, hiriendo ligeramente a Sailor Mercury, mientras Mars responde con su Fuego Sagrado, pero no logra dar con su objetivo. Entonces Astianacte ríe maléficamente. – ¿Es todo lo que tienen? Me dan lástima.
***
La cena continúa. Se trata de un suculento platillo digno de los más famosos restaurantes, el cual es degustado lentamente por Lord Inferno. Sin embargo, PJ observa su plato, compuesto por un enorme trozo de carne bañado en una aromática salsa y una ensalada griega, la que tanto le gusta… aun así, ella no prueba bocado alguno, sólo se queda callada, pensativa y cabizbaja.
Inferno rompe el silencio: – No ha comido nada…
– Yo… No tengo hambre… – Miente: Ella no ha comido nada desde que se encuentra cautiva, y habría desfallecido del hambre de no ser por los sueros y medicinas que le ha estado dando el sátiro para curar sus heridas… Y él lo sabe muy bien…
El regente de las tinieblas sólo se queda callado, tomando lentamente un sorbo de vino, colocando luego la copa dorada a su derecha. – No tiene caso mentir. ¿O acaso quiere morir?
– Estando aquí me siento prácticamente muerta…
–Hmm… – Él queda callado, algo disgustado por la actitud de la joven, pero aun así permanece sereno, hablando con mucha calma. – Como quieras. – En esto, el hombre deja sus cubiertos en su lugar, se levanta y empieza a caminar hacia la oscuridad. Es en ese entonces cuando PJ, aprovechando la soledad, empieza a llorar desconsoladamente, ocultando su rostro entre ambas manos, preguntándose el porqué de todo esto…
Al rato, ella se levanta, secándose las lágrimas, sin saber qué hacer, de hecho ni siquiera sabe qué es lo que quiere, ya que su mente está prácticamente en blanco… de repente puede ver imágenes, muy confusas, como si se tratase de una película que está siendo adelantada a gran velocidad, lo que le provoca un ligero dolor de cabeza.
Todo se vuelve confuso, el mundo empieza a moverse lentamente alrededor de la adolescente, siente mucha debilidad en sus piernas y PJ cae de rodillas, apoyando aún su mano izquierda sobre la mesa. Se le hace un poco difícil respirar, siente que desfallece lentamente, perdiendo las fuerzas en sus extremidades superiores por lo que la jovencita cae de bruces al suelo, casi cerrando los ojos, pudiendo ver un par de pies acercándose a ella… y luego se desmaya.
***
Sailor Moon, Venus y Jupiter se encuentran atrapadas en medio de un vórtice de energía oscura, viendo horrorizadas como la criatura que perseguían multiplicó su tamaño unas 10 veces. En esto, las chicas arrojan sus ataques: – Tiara Lunar… ¡ACCIÓN!
– ¡CASCADA DE VENUS!
– ¡Centella Relampagueante de Júpiter!
Nada… Todos los ataques han sido desviados y absorbidos por el efecto del vórtice, a la vez que la criatura arroja un rayo de energía oscura que apenas es eludido por las senshies. Entonces la líder Scout rompe el silencio: – ¿Qué podremos hacer?
– No se me ocurre nada, Sailor Moon. – Responde Venus, con mucha preocupación. Ella entonces mira a Jupiter, quien mueve su cabeza negativamente, lo que la decepciona mucho más. – Pero tenemos que pensar en algo, y rápido.
***
La batalla sigue fuera del vórtice, entre Astianacte y las senshies del agua y el fuego. Aún lastimada, Sailor Mercury responde con su Arpa Acuática, aunque sin éxito, algo que la preocupa. – Es muy rápido. Ni siquiera puedo usar la minicomputadora para detectar su punto débil.
– ¡No hay tiempo para eso! – Se queja Sailor Mars. – ¡Debemos ayudar a las demás!
– Lo sé – Responde la peliazul mientras elude un ataque enemigo. Ella entonces mira en dirección al remolino. – Tenemos que utilizar ese vórtice a nuestro favor.
– ¿Cómo pretendes hacer eso?
– Aún no lo sé…
***
– ¿Quiere que me encargue de ella, señor?
PJ se encuentra acostada sobre la cama, luego de sufrir ese desmayo por causa de la desnutrición. Ella despierta al oír la voz del sátiro Hermócrates, pero luego escucha algo que le llama la atención, lo que la obliga a fingir que aún sigue inconsciente: – Yo me quedaré con ella…
Lord Inferno, se encuentra sentado justo al lado de la cama, en silencio, observando a tan hermosa adolescente. Entonces, y para sorpresa de ella, el regente de las tinieblas empieza a recorrer su mano sobre sus mejillas, acariciándola delicadamente, a la vez que habla con un tono de voz bajo y mucho más dulce de lo usual, aunque también lleno de confusión e intriga: – Sinceramente, ella me tiene confundido… A pesar de que nuestros distintos ideales nos convierten en enemigos, no logro entender por qué he estado sintiendo todo esto, por qué su presencia me hace actuar de esta manera… y veo que con esto la estoy llevando a rastras a mi tan bizarro universo.
– ¿Y qué piensa hacer usted, señor?
– Intentar resolver este misterio… No sé como pero… debo hacerlo.
– Entiendo. ¿Se le ofrece algo más?
– No. Puedes retirarte.
– Como ordene… – En esto, la diminuta criatura hace una reverencia y se retira,
Él deja de acariciarla, se acerca más al rostro de su cautiva, situándose justo sobre su oído y empieza a hablar entre susurros. – No tiene caso que sigas fingiendo: Sé que estás despierta.
– ¿Qué? – Ella abre los ojos súbitamente, y al dar la vuelta sus rostros entran en contacto, tal como aquella vez, cuando estuvieron en plena batalla, cuando sus miradas se cruzaron esa primera vez bajo la luz de la luna llena. Esos ojos, esa mirada tan triste y solitaria y, a la vez, muy penetrante… Ella queda prácticamente en shock, en especial por el hecho de que sus rostros, en esa ocasión, están mucho más cerca. – ¿Cómo supo…?
– Intuición… – En esto, él se reincorpora al asiento, aun mirándola a los ojos, aun siendo prácticamente hechizado por tan delicada joven, quedándose silente, pensativo, confundido, sintiendo un cóctel de sensaciones nunca antes sentidas… Algo que a él desde hacía ya varios días lo ha tenido sumamente preocupado. Sin embargo, en ese instante, las preocupaciones han quedado relegadas a un segundo plano, ya que lo que importa es ese instante, esa cercanía a su cautiva.
Entonces, PJ interrumpe sus pensamientos. – Definitivamente, no eres como los demás. ¿Por qué? – No hay respuestas, solo ese silencio abrumador reinante en el lugar, ese contacto visual que dice mucho más que las palabras, y luego… – Quisiera… poder ver el rostro de mi captor…
– Mi… ¿Rostro? – Ella asiente, por lo que una serie de dudas rondan dentro de su cabeza: ¿Revelarse ante su prisionera? Ellos pertenecen a bandos distintos, y más bien deberían estar luchando entre sí, pero… por el contrario, hay demasiada cercanía, algo que él realmente no esperaba, pero que, por alguna razón, lo hace incluso sentir a gusto. ¿Tendría que revelar su identidad? ¿Tendría que darle a ella esa confianza como para decirle quién es él en realidad? ¿O sería mejor mantener el misterio? Es su enemiga, pero también es la razón de todas sus dudas, y quizás la llave a todas las respuestas que busca. ¿Qué hacer?
Luego de meditarlo por un momento, él da la vuelta. – Lo siento… No podré complacerte – Entonces Lord Inferno se levanta y desaparece en una nube de humo.
***
Sailor Moon y las demás intentan defenderse ante los ataques de la espantosa criatura, ya que atacarla no sirve de nada porque el vórtice absorbe sus técnicas. La líder scout finalmente exclama: – Tenemos que hacer algo… ¡Y rápido!
– ¿Pero qué podremos hacer? – Pregunta Sailor Jupiter – No podemos atacarle.
– A menos que… – Interrumpe Sailor Venus, quien luego queda callada. – No…
– ¿A menos qué, Venus?
– Sailor Moon – Dice la protectora del amor, dirigiendo una mirada llena de determinación a su líder. – Si nos acercamos lo suficiente y usamos el poder de los planetas Scouts… podríamos tener una oportunidad.
– Pero Venus – Acota Jupiter – Necesitamos a Mars y a Mercury para realizar esta técnica.
– Lo sé… Pero igual hay que intentarlo.
– Mina. – Pregunta Moon – ¿Qué tan cerca debemos estar?
– Muy cerca… – Esta respuesta deja un poco nerviosa a la senshi, ya que emplear sus técnicas estando prácticamente en contacto con un cuerpo podría llegar a ser mortal, tal como lo han experimentado en una oportunidad cuando ellas se encontraban en el Polo Norte, enfrentándose al Negaverso. Al percibir tal temor, Venus trata de calmar a su compañera. – No te preocupes, Serena: Hemos salido de situaciones peores.
– Tienes razón. – Acota Sailor Moon, mostrando una ligera sonrisa de alivio. – ¡Debemos intentarlo! – Las demás asienten, y juntas intentan acercarse a la criatura, eludiendo todos sus ataques, los cuales consisten en esferas de energía oscura arrojadas por doquier. En ocasiones las mismas rozan sus piernas, lo que les provoca muchos rasguños y ciertas caídas, retrasando así su tarea, pero luego de varios intentos al final logran quedar prácticamente pegadas al pegajoso cuerpo de su oponente, algo que las llena de asco, pero tratan de aguantar tal repulsión para cumplir con su cometido, así que todas ellas se aferran a la criatura, y luego…
– ¡POR EL PODER DEL CRISTAL DE VENUS!
– ¡POR EL PODER DEL CRISTAL DE JÚPITER!
– ¡ETERNAL SAILOR MOON!
– ¡POR EL PODER DE LOS PLANETAS SCOUTS! – Al decir estas palabras, auras multicolores rodean a las jóvenes, generando una energía tal que rodea al monstruo, lo que provoca muchos gritos de terror.
***
Afuera, Sailor Mars y Mercury continúan luchando contra Astianacte, cuando de repente algo se ilumina en el interior del vórtice, una luz que se hace cada vez más brillante, llegando al punto de enceguecer a los presentes, para luego escucharse una explosión.
Las scouts simplemente exclaman llenas de temor: – ¡CHICAS!
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