11 - El misterio de Lord Inferno
CAPÍTULO 11
EL MISTERIO DE LORD INFERNO
PJ se encuentra sobre una cama, en un lugar oscuro y solitario. Ella trata de reincorporarse, pero siente mucho dolor. Luego se percata que tiene un vendaje que rodea su delgada cintura, cubriendo desde la altura del busto hasta las caderas.
Al cabo de un par de minutos la jovencita siente la presencia de alguien, así que mira a esa dirección, observando una pequeña silueta que, al acercarse, revela a un sátiro, quien trata de colocar algo sobre la adolescente. – ¡No me lastimes!
– No voy a lastimarla… – En esto, la criatura revela lo que tiene entre sus manos: Un simple pañuelo húmedo, el cual pasa suavemente sobre las heridas de la joven.
Ella está cada vez más confundida: – ¿Quién eres?
– Mi nombre es Hermócrates, fiel sirviente de Lord Inferno.
– Pero… si eres su sirviente… ¿Por qué eres tan atento conmigo?
– Sólo sigo órdenes de mi señor… – Apenas dijo esto, el sátiro guarda el pañuelo, da la vuelta y se retira.
PJ simplemente está en shock: Francamente no logra entender la actitud de su oponente. ¿Cuál será su verdadero interés en ella?
***
Las inner scouts están cabizbajas, mostrando mucha tristeza en sus rostros, pues acaban de enterarse que su compañera ha desaparecido. – ¿Dónde estará PJ? – Se pregunta Sailor Moon, quien abraza fuertemente a su pareja. Las demás solo permanecen calladas.
– ¡Sailor Moon!
Todos miran en dirección a la voz, viendo que se acerca un niño, y mucho más atrás lo sigue una pequeña niña. Ambos se paran justo frente a la líder scout. – Sailor Moon, mi hermanita tiene algo que contarles.
– ¿Qué cosa?
– Diles, Hitomi, diles lo que me contaste.
– Este… yo… vi a alguien que se llevó a Sailor Earth.
– ¡¿QUÉ?!
Las Scouts muestran un rostro lleno de sorpresa, luego Sailor Jupiter se arrodilla frente a la pequeña. – ¿Es esto cierto? ¿A Sailor Earth se la llevó alguien?
– Sí.
– Es que mi hermana estaba oculta y dice que desde allí lo vio todo.
– Entiendo. Y dime, pequeña: ¿Cómo era esa persona?
– No lo sé. Vestía todo negro.
– ¿Y por dónde se fue?
– Por allí… – Todos miran en la dirección señalada por la niña: Un muro.
Mercury se acerca a la infante, llena de confusión. – ¿Segura que fue por allí?
– Ajá. Pero la puerta ya no está…
– Ya veo… Bueno, gracias por todo pequeñita. – Ambos niños hacen una reverencia y se marchan para volver con sus padres. Entretanto, Mercury analiza la información que acababa de recibir. – Lo que vio esa niña debió ser una especie de portal. No hay otra explicación.
– Y esa persona… – Pregunta Venus – ¿será el enemigo?
– Es posible. – Responde Raye, de manera muy serena y pensativa. – Reunámonos en el templo Hikawa. Debemos buscar la forma de salvar a PJ. – Todos están de acuerdo con la sugerencia, por lo que deciden marcharse.
***
PJ se encuentra sentada sobre la cama, pensativa, cabizbaja, con miles de preguntas rondando su cabeza. En esto, divisa la silueta del sátiro. – ¡Oye!
– ¿Sí? – Hermócrates se acerca, tan servicial como de costumbre. – ¿Desea algo?
– Sólo me gustaría saber: ¿Por qué su amo quiere que me cuides?
– Desconozco sus razones. Como dije, yo sólo sigo sus órdenes.
– Es que no lo entiendo… Al principio prácticamente me acosaba, luego me atacó, luego me salvó la vida, después intentó matarme y ahora quiere cuidarme… ¿Qué sucede con él?
– Eso es algo que no puedo responder.
– ¿Por qué no? Lo conoces mejor que yo, deberías, no sé, saber algún motivo, o lo que sea.
– Es cierto, conozco mucho a mi amo, y por eso le soy fiel.
– ¿Aún cuando hace cosas… malas?
Hermócrates simplemente sonríe. – Todas las cosas, aún si parecen mal sanas, tienen su razón de ser.
– ¿Y qué razón tendría todo lo que él hace?
– No lo sé, quizás las mismas que salvar a alguien que no comparta sus ideas… – PJ se queda callada, pudiendo percibir que, en realidad, no hay maldad en el sátiro, sólo una enorme fidelidad a su amo, así que decide escuchar y creer. Éste sigue hablando: – Hay muchas cosas que aún desconozco del amo, pero confío mucho en él y sé que todas sus acciones tienen una razón válida. Tal vez usted aún no comprenda todo esto, pero estoy seguro de que si lo llega a conocer, podrá entenderlo mucho mejor.
– Dudo que eso ocurra…
– Cualquier cosa podría suceder, jovencita. Ahora, si me disculpa, debo retirarme. – Acto seguido, el sátiro da la vuelta y se marcha.
***
Al día siguiente, todos se encuentran reunidos en el templo, esperando a Raye, quien realiza una llamada telefónica: – … Sí Sra. Kobayakawa, no se preocupe … Descuide, ella sólo se quedará algunos días … De acuerdo, Adiós. – La joven cuelga el teléfono para luego sentarse junto a los demás. – Listo. Ahora los Sres. Kobayakawa no se preocuparán por PJ.
– Bueno, ¿y ahora qué vamos a hacer?
– No lo sé, Mina…
– Lo que me preocupa – Interrumpe Amy – Es conocer la identidad de esa persona.
– Cliptenestra ha muerto. Quizás sea nuestro próximo oponente.
– Eso es muy cierto Lita. Por eso me preocupa: No sabemos qué clase de habilidades posee. Pero si puede crear portales, sin dudas se trata de alguien con mucho poder.
– Ya sé qué hacer: ¡Debemos ir hasta donde están ellos y rescatar a nuestra amiga!
– Serena – Interrumpe Raye – Esa no es una mala idea pero… ¿Sabes a donde ir?
– Pues… No.
– Chicas. – Interrumpe Lita – Podríamos seguir a ese sujeto. Si es nuestro enemigo, tarde o temprano tendrá que aparecer.
– Luna, Artemis. – Pregunta la líder scout. – ¿Ustedes que opinan?
– Yo apoyo la noción de Lita.
– Yo opino igual que Artemis. Aunque eso será riesgoso. ¿Y tú qué dices, Gaia? – No hay respuestas, así que la gata da la vuelta y nota que su compañera está ausente. – ¿Gaia? ¿Dónde se habrá metido?
***
La lechuza blanca vuela por los alrededores de Tokio, mirando por todas partes, buscando alguna señal de Sailor Earth o del misterioso enemigo “vestido de negro”. Sus ojos muestran preocupación y una cierta desesperación, ya que teme por la vida de su protegida. – Haré todo lo posible por encontrarla, joven PJ…
***
Esa misma noche, una profunda tristeza embarga a la joven Tatopolous, algo que nota el pequeño sátiro. – ¿Sucede algo?
– La verdad, sí. Odio este lugar, está todo oscuro aquí. Yo quisiera sentir la suavidad del viento, admirar el cielo, escuchar a las aves… Por favor, déjame ir.
– No puedo hacerlo, a menos que el amo lo ordene. Además, aún no sanan sus heridas.
– Pero…
– No insista. – Al decir esto, el sátiro se retira.
PJ está cabizbaja, con una lágrima recorriendo su pálida tez, por lo que empieza a llorar. Muy cerca de ella, oculto entre las sombras se encuentra Lord Inferno, mirando fijamente a la deprimida jovencita. Luego se marcha en silencio.
***
Tres días después. PJ está casi recuperada, aunque la tristeza aún está presente en ella. Hermócrates se le acerca para cambiarle el vendaje, percatándose de esa mirada vacía y distante. – ¿Aún triste? – No hay respuestas, sólo se puede percibir la lenta y suave respiración de la adolescente, a la vez que sus ojos enfocan a la nada absoluta. El sátiro trata de animarla un poco: – Si le sirve de consuelo, en un par de días ya no necesitará de los vendajes.
– Eso… ya no importa… – PJ suspira, abrazando sus piernas, cerrando sus ojos a la vez que a través de su párpado se revela una lágrima. – Mañana cumpliré 17, y mis padres van a llamarme… No podré estar en casa para recibir su llamada y eso va a preocuparles mucho. Y de verdad, no quiero angustiarlos.
– ¿Es eso lo que la tiene así?
– En parte, sí. También porque odio este lugar, pero… podría soportarlo. Solo quisiera poder hablar con mi familia, para que no se preocupen por mí.
– Entiendo… – Dicho esto, Hermócrates limpia un par de heridas, guarda sus cosas y se marcha, dejando a la adolescente allí, sola, llorando en silencio.
***
Son alrededor de las 10:30 AM. Gaia vuela hacia el tempo a encontrarse con las Sailor Scouts, agotada y llena de frustración. Serena se le acerca: – ¿La has encontrado?
– Temo decirle que no… – Ella se siente muy mal, bajando su cabeza y suspirando, mostrando mucha tristeza a través de sus ojos dorados. – Si algo le pasó a la joven PJ…
– No te angusties, Gaia. – Exclama Amy, tratando de animar a la lechuza. – PJ es una chica muy fuerte y sé que ella estará bien.
– Amy tiene razón. – Concluye Serena. – Ya verás que pronto la encontraremos. ¿Verdad, chicas? – En esto, los demás mueven su cabeza afirmativamente, algo que levanta un poco el ánimo a Gaia, quien muestra una ligera y casi imperceptible sonrisa.
***
PJ está completamente dormida, ya que el lugar es tan monótono, callado y aburrido que le provocó mucho sueño. Ella yace plácidamente sobre la cama, siendo observada por ese ser tan misterioso como lo es Lord Inferno. Al rato aparece Hermócrates, quien se para justo al lado de su líder, contemplando a la adolescente. – Una hermosa joven. ¿No lo cree, amo? – No hay respuesta pues Inferno sólo se queda callado, observando a la cautiva. Momentos después, el sátiro rompe el silencio: – Por cierto, ¿me mando usted a llamar?
– Así es: Ya es tiempo de enviar a nuestro próximo explorador.
– Entiendo. Iré a llamarlo entonces.
– No. Sólo dile que ejecute el plan.
– Como ordene, amo. – La diminuta criatura hace una reverencia a su amo, para luego marcharse; mientras tanto, el regente de las tinieblas permanece parado frente a la cama, aún mirando a la joven con mucha curiosidad y, de hecho, sus ojos plateados pueden mostrar una cierta… nostalgia.
Un par de minutos después él reacciona, pensando en todo lo que ocurre cuando está cerca de esa adolescente: Sus repentinos deseos de protegerla, el hecho de no querer atacarla como debería, el recuerdo de tan bellos ojos que lo miraban con mucha inocencia… Desde hacía mucho tiempo él ha estado sintiéndose físicamente débil, manifestándose tal debilidad por medio de dolores que aparecen de manera repentina, pero desde que comenzó a interactuar con la nueva senshi han llegado ocasiones en que se ha sentido con gran fortaleza. ¿Por qué ocurre todo esto? ¿Cómo esa jovencita puede tener tanta influencia sobre su propio ser? Entonces, decide marcharse…
***
Gaia vuela por los alrededores de Tokio, puesto que decidió realizar una nueva búsqueda. Ella mira por todas partes, pero sin éxito, hasta que divisa algo que le llama la atención: – Debo informarle de esto a las Scouts.
***
Sailor Moon y las demás senshies se dirigen al centro de la ciudad, puesto que Gaia les había avisado sobre un grave problema que ocurre allí. Ellas se acercan, viendo un verdadero caos en el estacionamiento de un centro empresarial. La gente huye despavorida de un misterioso hombre alto, delgado, piel bronceada, cabello con tonalidades rojas y doradas, ojos de color ladrillo y viste un atuendo grecorromano con tonos blancos y negros.
Las chicas quedan en shock: ¿Será él quien secuestró a su amiga? Sailor Moon rompe el silencio: – ¿Cómo te atreves a venir a dañar a esta gente inocente? Eso no te lo vamos a permitir. Soy una Sailor Scout que lucha por el amor y la justicia: ¡Soy Sailor Moon! Y te castigaré en el nombre de la luna.
– ¿Sailor Moon, eh? Vaya… No entiendo cómo Cliptenestra no pudo vencerte. – Él sonríe maliciosamente, enojando así a las senshies. – Soy Astianacte, y quiero que recuerden muy bien mi nombre, pues ese es el nombre de quien las va a derrotar.
– ¡ESO YA LO VEREMOS! – Acto seguido, las Sailor scouts utilizan sus ataques especiales. El nuevo oponente sólo chasquea sus dedos y, repentinamente, frente a él aparece una figura femenina, alta, muy delgada y con piel grisácea, quien recita un conjuro y crea un escudo que bloquea los ataques de las senshies. – Esto será más difícil de lo que imaginaba – pensó Sailor Moon.
***
La joven Tatopolous sigue durmiendo, empezando a soñar…
* SUEÑO *
Es un lugar oscuro. La joven mira por todas partes, pero no logra ver nada, por lo que se asusta. – ¿En dónde estoy? – Entonces ella divisa una hermosa mariposa, brillando con luz dorada, volando lenta pero armoniosamente a su alrededor. – WOW… ¡Qué hermosa es! – Luego, el insecto empieza a alejarse de ella, así que la adolescente empieza a seguirla. – Espera: ¡No te vayas! – Nada: La mariposa sólo se limita a volar. PJ sigue caminando, tratando de alcanzarla…
* FIN DEL SUEÑO *
La joven empieza a hablar entre sueños: – No te vayas… linda mariposa… – En esto, y aún con los ojos cerrados, ella se levanta de la cama y empieza a caminar dormida…
***
Las Sailor scouts eluden un rayo de energía propinado por la enemiga. Esta última recita otro conjuro que le permite levitar trozos de rocas, las cuales arroja contra sus oponentes. – ¡Ella es muy fuerte!
– Lo sé Sailor Venus. – Responde Mercury, mientras saca su minicomputadora. – Veré si tiene alguna debilidad. – Ella se coloca sus visores y empieza a recopilar datos, a la vez que sus compañeras se enfrentan a esa misteriosa villana. Entonces: – ¡Chicas! Puedo ver que la energía irradia desde su… ¿Cuello?
– ¡Eso lo explica! – Todas miran en la dirección que señala Sailor Jupiter: Se trata de una gargantilla con una gran gema en su centro, la cual parece reaccionar cada vez que ella lanza un hechizo. – ¡Debemos quitarle su collar!
– ¿Pero cómo? – Pregunta Sailor Moon, cuando de repente una rosa impacta justo sobre la gema, partiéndola en dos. Todos miran hacia un edificio, encontrando allí a alguien muy conocido por las senshies. – ¡Tuxedo Mask!
– ¡Hazlo ahora, Sailor Moon!
– Si. – En esto, la senshi se dispone a realizar su ataque especial: – ¡POR EL PODER DEL CRISTAL DE LA LUNA PLATEADA! – Al decir estas palabras, una serie de rayos multicolores emergen de su cetro, los cuales impactan directamente en la villana, quien desaparece…
Enseguida, el grupo escucha a alguien que aplaude. Todos observan: Se trata de Astianacte, quien mira a las senshies con mucha ironía. – Felicidades: Lograron vencer a mi asistente. ¡Bravo!
– ¡Tú serás el siguiente, Astianacte! – Responde la líder Scout. – ¡Prepárate!
– Será para la próxima, niña. Ahora me retiro… – Acto seguido el enemigo desaparece en una nube de humo, pudiéndose percibir una maléfica risa.
***
PJ despierta: – Ese sueño otra vez. – Pensó. Luego se percata que está parada en medio de la oscuridad. – Pero… ¿Cómo habré llegado aquí? – En esto, la joven nota una luz de forma cuadrangular justo frente a ella: Al parecer es una puerta, y hay mucha iluminación tras ella: ¿Será la salida?
Ni corta ni perezosa, la pelicastaña se acerca a la puerta, la abre y una brillante luz ilumina su rostro.
¿Qué habrá tras esa puerta? ¿Qué misterio encerrará Lord Inferno?
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