01 - La nueva estudiante

22.10.2011 00:31

CAPÍTULO 1

LA NUEVA ESTUDIANTE

 

        Es la cálida mañana del 2 de Abril. Los rayos de sol iluminan un centro educativo, el cual se encuentra ubicado en medio de Tokio, la populosa ciudad de Japón. En una de las aulas una joven profesora dicta la clase de matemáticas, ante la mirada atenta de todos los alumnos, o mejor dicho, casi todos, porque justo en la fila central puede verse una cabeza dorada plácidamente dormida sobre el escritorio. La educadora se percata de ello y se acerca. – ¡SEEEEEEREEEEEEEEENAAAAAAAA!

 

        Serena se levanta perezosamente, restregándose los ojos, bostezando y actuando como si estuviese apenas levantándose de la cama, algo que molesta mucho más a la tutora. La jovencita sólo se limita a observarla, luego observa a sus compañeros y finalmente se percata de que estaba durmiéndose en plena clase, así que su rostro muestra mucha vergüenza y apenas puede tartamudear. – Lo… lo siento, Srta. Takahashi…

– ¡FUEEEEEERAAAAAAA!

– P… pero…

– He dicho: ¡FUERA! – La jovencita se levanta, moviendo lentamente su delgado cuerpo de 1,58m por todo el salón, con sendos lagrimones brotando de sus ojos, cuando antes de abandonar el recinto nota que un hombre muy alto y con expresión seria en su rostro se detiene frente a la puerta: Es el director.

 

        La maestra se acerca al recién llegado, haciendo una reverencia, algo que se acostumbra en el lejano oriente. – Buenos días, Prof. Zuzuki. ¿Qué lo trae por aquí?

– Necesito interrumpir su clase, serán solo 5 minutos.

– Muy bien. – Dirigiéndose a su alumna. – Serena: Vuelve a tu lugar.

– Pero usted dijo que…

– ¡SÓLO SIÉNTATE! – Y de nuevo la pequeña rubia vuelve a su lugar, suspirando, sentándose de manera perezosa. Luego, la tutora vuelve a mirar a su superior. – La clase es suya, Prof. Zuzuki.

– Gracias. – Ahora, el hombre observa detalladamente a los alumnos. – Muy buenos días.

– Buenos días, Prof. Zuzuki.

– Bien, alumnos: He venido a interrumpir su proceso de enseñanza para darles un anuncio especial. – En esto, él mira hacia la puerta. – Ya puedes pasar. – Enseguida, alguien ingresa al aula: Se trata de una joven de 1,68m de estatura; piel pálida contrastada con un largo y semiondulado cabello castaño sujeto en forma de media cola de caballo, con dos largos mechones cubriéndole la cara, cuyos ojos color esperanza muestran algo de timidez. Ella entra, un poco nerviosa, colocándose al lado del director, quien continúa hablando. – Ella es una estudiante perteneciente al programa de intercambio cultural. Viene desde Grecia, y a partir de ahora compartirá las clases con ustedes.

– Bienvenida a nuestro país, jovencita. – Saluda la profesora. – Espero que disfrutes de tu estancia en Japón.

– Gracias. – Contesta la joven, en voz baja y agachando su cabeza.

 

        El director continúa hablando con la tutora. – Bien, Srta. Takahashi: La dejo en sus manos. – Luego, encara a la nueva estudiante. – Si necesitas algo, estaré en mi oficina. – Entonces, se dirige a los demás alumnos. – Trátenla bien y háganla sentir como en su casa. Hasta luego. – Finalmente, él se marcha.

 

        La joven educadora se acerca a la adolescente, parándose a su lado. – Bienvenida a mi clase. Mi nombre es Yuriko Takahashi y seré tu profesora. – La tímida chica sólo sonríe levemente, ya que aún sigue algo nerviosa. – ¿Te gustaría presentarte ante tus compañeros?

– Pues…

– Vamos, no seas tímida. Permítenos conocerte mejor.

– Está bien. – Ella finalmente decide hablar, así que se arma de valor y mira a sus nuevos compañeros. – Mi nombre es PJ Tatopolous, tengo 16 años y nací en Atenas, Grecia. Me gusta mucho conocer todo tipo de cultura y espero poder aprender de su país. Mucho gusto.

– ¿PJ? – Pregunta la Srta. Takahashi – ¿Y cuál es tu nombre completo?

– Bu… bueno… *gulp* – PJ palidece ante esa pregunta. – ¿Tengo que decirlo? – La tutora asiente, por ende, a PJ no le queda más remedio que revelar su nombre, y por alguna razón ella muestra mucha vergüenza, agachando la cabeza, hablando en voz baja. – Proserpina…

 

        El silencio se hace presente en el salón, pues a pesar del tono bajo empleado al revelar su nombre, éste pudo ser escuchado. Empiezan algunos murmullos, culminando el momento en risas, avergonzando mucho más a la jovencita. Entretanto, la educadora trata de poner orden en el aula, hasta que sus alumnos guardan silencio. – Bien, ahora busquemos un lugar para ti. Veamos… – La tutora inspecciona el salón, hasta que consigue un puesto disponible, justo detrás de Serena. – Ese será tu lugar.

– Está bien. – PJ camina lentamente, observando fijamente a sus compañeros, a quienes se les nota la risa, aunque traten de disimularla, hasta que se sienta en su respectivo puesto. Sin que nadie lo note, ella aprieta sus puños, tratando de ignorar los murmullos de los estudiantes, a la vez que sus ojos se humedecen.

 

– Bueno, ahora continuemos con la clase. – Al decir esto, la profesora empieza a explicar las ecuaciones matemáticas.

 

***

 

        Es la hora del descanso. La nueva estudiante camina por el área externa de la institución, buscando un lugar solitario donde poder desayunar, pues quiere evitar el contacto con los demás, así que se sienta a comer debajo de un árbol. Al rato, ella siente la presencia de alguien, así que da la vuelta para descubrir que se trata de Serena, cuyo rostro muestra mucha simpatía. – ¡Hola!

– Ya sé a qué vienes… – Ella huye su mirada de la rubia, llena de pena. – Hazlo… Búrlate.

– Yo no vine a burlarme. Yo sólo quería acompañarte a comer.

– Bueno… – Responde PJ, aún cabizbaja. – Hazlo, si gustas.

– ¡GENIAL! – La rubia trata de sentarse, pero se tropieza con una raíz y cae de frente. Al levantarse revela su cara, la cual está muy roja, a excepción del mar de lágrimas que brota de sus ojos. – Ayyy… ¡Mi nariz! ¡Me duele…!

– ¿Te lastimaste mucho?

– Un poco… – Serena deja de llorar, secándose las lágrimas con la manga de su camisa, y mientras frota su nariz habla con la nueva alumna. – Soy Serena.

– Yo… – Ella vuelve a sentir pena, y apenas susurra. – Ya debes saber mi nombre.

– Sí, pero te llamaré PJ, claro, si no te molesta.

– Como quieras.

– Oye… ¿Cómo es allá?

– ¿Allá? ¿Dónde?

– Allá, de donde vienes.

– Ah, te refieres a Grecia: Es muy bonito. – Una ligera sonrisa aparece en el rostro de la adolescente, pues gusta de hablar sobre el país que ama. – Como cuna de las civilizaciones antiguas, allí encontrarás muchas ruinas, tales como El Partenón y el Templo de Zeus.

– ¿El parte… qué? – Obviamente, Serena muestra mucha confusión. – Jeje… Creo que a Amy le gustaría charlar contigo sobre esas cosas. Y dime: ¿Qué tal es la comida allá?

– ¿Será que algún día dejarás de pensar en comida? – Ambas chicas miran en dirección a la voz, notando la presencia de 4 adolescentes más: Una es una chica cuyos largos cabellos rubios están peinados en forma de media cola de caballo, unidos por un enorme lazo naranja; otra es un poco más alta que Serena, tiene cabello corto y ondulado, de color azul, y en sus manos tiene un par de libros muy gruesos; la que habló tiene largo cabello negro violeta; y la más alta de todas tiene su cabello marrón atado en forma de cola de caballo.

 

        Serena se levanta, algo molesta. – Oye Raye tú sabes que… ­– ella se detiene, mirando a su compañera quien viste un uniforme muy diferente a las demás, ya que estudia en otro colegio, a la vez que una gota recorre su cabeza. ­– ¿Eh? ¿Qué haces aquí?

– Mis profesores convocaron a una reunión entre ellos y tengo el resto del día libre, así que aproveché a visitarlas durante el descanso.

– Qué suerte tienes… – dijo la rubia, con mirada de reojo – así podría aprovechar a comer algo, ya sabes, estoy en pleno proceso de crecimiento.

– Sí, claro: En pleno proceso de crecimiento… hacia los lados.

– ¿ACASO ME ESTÁS LLAMANDO GORDA?

– ¡YO SOLO DIGO QUE DEJES DE PENSAR EN COMIDA! – Esto despierta la ira de Serena, quien empieza a discutir con su amiga, mientras las demás las observan con pena ajena.

 

        Enseguida, la más alta de ellas interrumpe la discusión. – ¡Deténganse! ¿No ven que están frente a una nueva estudiante? – Ambas se detienen, observando a la sorprendida chica. – ¿Y ahora qué pensará ella sobre nuestro país?

– Tienes razón, Lita. – Concluye Raye, mientras mira a la rubia de reojo – Además, no tiene caso discutir con Serena…

– ¿Qué quisiste decir con eso, Raye?

– Quise decir que por más que te lo diga, jamás dejarás de comer. Y si sigues así, te volverás gorda.

– ¡¿GORDA?! – Y una vez más, Serena y Raye inician su ya acostumbrada discusión.

 

        Una enorme gota aparece sobre la cabeza de Lita. – Ellas ya no tienen remedio…

 

***

 

        Es un lugar oscuro, en medio de un lugar desconocido. Allí puede verse un tenue rayo de luz, el cual ilumina parcialmente una especie de trono. Alguien está sentado allí, de quien sólo puede verse su mano derecha, adornada con un gran anillo, tan negro como el ébano. Frente al trono aparece una silueta femenina, delgada y de elevada estatura, quien hace una reverencia. – Heme aquí, mi señor.

– Bien… – Apenas se oye su varonil y joven voz, pueden escucharse muchas voces a su alrededor: Aparentemente el lugar está lleno de seres desconocidos. – ¿La has encontrado?

– Así parece. Hemos detectado un cúmulo de energía en medio de una ciudad llamada Tokio. Sin dudas esa debe ser la Esencia Pura.

– Excelente. Necesito que la recuperes inmediatamente.

– Sí señor.  En estos momentos estoy trabajando en un plan para ir en su búsqueda.

– Excelente. Puedes retirarte. – La figura vuelve a hacer una reverencia y se marcha en una nube de humo. Entonces, el desconocido habla para sí… – Pronto esa Esencia Pura… me pertenecerá…

 

***

 

         Las estudiantes aún siguen discutiendo, mientras que sus amigas tratan de calmarlas y hacerlas entrar en razón. PJ las observa y decide levantarse para aprovechar el momento y huir, pues se siente algo incómoda al estar rodeada de tantas personas, pero Serena se da cuenta de esa acción y, sin prestar atención a los regaños de Raye, ella se le acerca y la detiene. – PJ: ¿No quieres conocer a mis amigas?

– Pues…

– Es cierto – Acota la otra rubia. – Permíteme presentarme: Soy Mina.

– Mi nombre es Amy. – Comenta la peliazul. – Espero que pronto podamos conversar sobre nuestros países y su cultura.

– Yo soy Lita.

– Y yo me llamo Raye… – Luego, la chica señala a su amiga. – Y me imagino que ya debes de conocer a Serena.

– Sí. Bueno… Tengo que irme. – Al decir esto, PJ se retira, corriendo, ante la mirada de asombro de las demás. En esto suena el timbre, así que ellas deciden regresar al salón mientras Raye se despide deseándoles suerte.

 

***

 

        Es mediodía. Las chicas salen de clases y todas empiezan a caminar mientras tienen una amena plática, encontrándose nuevamente con la joven de cabellos negros pues habían quedado en ir a comer helados. De repente ellas notan la presencia de la misteriosa estudiante, quien se dirige rumbo a su hogar. Mina propone seguirla y, a pesar del desacuerdo de Amy, las otras acceden, así que el cuarteto camina tras su compañera mientras Amy las espera.

 

        Ellas siguen con ese plan, tomando la misma ruta que la joven y, al doblar la esquina, se dan cuenta que PJ se encuentra parada en la acera, con los brazos cruzados y mostrando algo de enojo. – ¿Acaso me están siguiendo?

– ¡No! ¿Cómo crees? – A pesar de su respuesta negativa, la expresión en sus rostros demuestra que están mintiendo. La nueva estudiante sólo se limita a observarlas, para luego dar la vuelta y marcharse, ingresando al interior de una residencia que se encuentra en la siguiente cuadra: Aparentemente es allí donde vive. En ese instante se detiene frente a ellas una pequeña gata de color negro, con grandes ojos de color almendra, quien tiene una luna amarilla sobre su frente. Todas exclaman al unísono. – ¡Luna!

– ¡Chicas! – Exclama Luna, exaltada y temerosa. – ¡Un nuevo enemigo!

– ¿Qué? – Pregunta Serena. – ¿Un nuevo enemigo?

– Así es. Está atacando en el parque Nº 10. Apenas me enteré y decidí salir a buscarlas.

– Un nuevo enemigo… – Comenta Raye. – Pero… ¿Cómo? Se supone que ya derrotamos a Sailor Galaxia… ¿Quién podría estar detrás de todo esto?

– No lo sé, Raye. – Responde Lita. – Lo que sí sé es que debemos transformarnos… – Las amigas están de acuerdo, y buscan un lugar para poder transformarse.

 

***

 

        En el Parque Nº 10 todos corren llenos de miedo, dado que están sufriendo los ataques de una mujer muy alta, extremadamente delgada, piel grisácea, ojos negros y cortos cabellos ondulados de color negro. De sus manos brotan esferas de energía, las cuales son disparadas hacia la gente. Ella toma a un indefenso hombre por sus ropas, mirándolo fijamente, mostrando furia y prepotencia a través de sus ojos. – ¿Dónde está?

– ¿Do… donde está qué…?

– No se haga el tonto: ¿Dónde está la Esencia Pura?

– No… No sé de qué me habla.

– Si no quieres morir, me dirás dónde está…

– Se… se lo juro… – Exclama el hombre, lleno de temor. – Yo no sé nada: ¡No sé lo que busca!

– ¡DETENTE! – La mujer suelta al hombre, mirando en dirección a un edificio, encontrando allí 5 figuras femeninas: Las Sailor Scouts. Su líder continúa hablando. –  No sé quién seas ni a qué vienes, pero no permitiré que sigas lastimando a los inocentes. Soy una Sailor Scout que lucha por el amor y la justicia… Soy Sailor Moon, y te castigaré en el nombre de la Luna.

– Vaya… Nuevas víctimas que vienen en forma voluntaria. Bien… – Enseguida, la mujer arroja una esfera de energía, la cual es esquivada. Es allí cuando se inicia un enfrentamiento: Sailor Venus usa su cadena de amor, Sailor Mercury su fulgor de agua, Sailor Jupiter usa su centella relampagueante y Sailor Mars su fuego sagrado. Los ataques apenan impactan a la desconocida, quien luego arroja una serie de esferas de energía, lastimando a las Scouts.

 

        Sailor Moon no haya qué hacer, y está a punto de recibir un ataque, cuando una rosa golpea la mano de la mujer. Todas miran hacia un edificio, encontrando allí a un hombre vestido de negro, cuya máscara le cubre el rostro. – Este es un lugar en el que las personas suelen relajarse y disfrutar del hermoso paisaje, y tu corazón sombrío no te permite apreciar sus bondades.

– ¡Es mi Tuxedo Mask! – Exclama la senshi, mostrando un par de corazones en sus ojos.

 

        El joven guerrero sólo se limita a quedarse quieto. – Hazlo ahora, Sailor Moon.

– ¿Pero cómo? Sailor Galaxia destruyó mi Cetro Lunar

– ¿Eso crees? – Interrumpe Luna, quien salió de la nada, y luego de dar un salto y girar en el aire, aparece el arma como nueva. – Aquí lo tienes.

– ¡Mi Cetro! – Exclama la senshi, tomando el objeto. – ¿De dónde…?

– Pues he buscado todas las piezas y logré reconstruirlo. ¿No es genial?

– Luuunaaaaa….

– Está bien, admito que recibí un poco de ayuda.

– ¡Luna!

– Bueno, bueno… – Exclama la gata, mostrando una mirada de reojo. – Sailor Pluto usó sus habilidades con el tiempo para reconstruirlo. ¿Pero qué esperas? ¡Haz tu trabajo!

– Uy, de acuerdo. – Ella accede, un poco molesta por la forma en que su gata le dio esa orden, y usando su arma ejecuta el Poder del Cristal de la Luna Plateada, entonces una serie de rayos cósmicos emergen de dicho cetro, pero justo en ese instante la desconocida desaparece en una nube de humo.

 

        Los senshies se reúnen, mirando a su alrededor, buscando a esa mujer… Ni rastro de ella.

 

        Los chicos están muy preocupados: ¿Quién será ella? ¿Estará involucrada con alguien más? ¿Acaso se tratará de otro enemigo, mucho más poderoso que Sailor Galaxia? ¿Qué estarán buscando?... El grupo de jóvenes guerreros mira al cielo, pensativos y llenos de temor: La Tierra podría estar nuevamente en peligro…

 

 

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