07 - El despertar de Aurora
CAPÍTULO 7
EL DESPERTAR DE AURORA
Jueves, 27 de septiembre.
En las afueras del Hotel Restaurante Bifrost puede observarse el característico encintado amarillo de “no pase”, ya que el mismo fue temporalmente clausurado mientras se llevan a cabo las investigaciones sobre lo ocurrido en la fiesta de inauguración. Fuera de eso todo lo demás ha sido relativamente normal, pues no ha habido más ataques desde ese entonces, aunque tanto los senshies como las autoridades tienen los ojos muy abiertos y están atentos ante cualquier eventualidad.
Mientras tanto, un grupo de policías recorre la calle paralela atendiendo un llamado de auxilio hecho por uno de sus compañeros, tomando sus armas y preparándose para iniciar cualquier enfrentamiento o persecución, pero entonces ellos se detienen, llenos de sorpresa y horror, por lo que uno de ellos rompe el silencio. – Debemos comunicarnos con la Interpol…
***
PJ se encuentra en el aula de clases, la cual está inusualmente silenciosa, todos muy concentrados escribiendo sobre sus respectivas hojas: Hay una evaluación de matemáticas. En ese momento ella puede sentir las vibraciones de su teléfono móvil, así que ella lo toma, lo observa para saber de quién es la llamada y… – Prof. Harrison.
– ¿Se le ofrece algo, Srta. Tatópolous?
– Disculpe, ¿puedo ir al baño?
– Conoce usted las reglas, jovencita. – Responde la profesora, un poco molesta. – No se permiten salidas durante el examen.
– Lo sé pero en serio, es urgente...
– Hmm... - La tutora lo piensa un poco. - Se lo dejaré pasar por esta vez. Pero dese prisa.
– Está bien. – La adolescente se levanta, abandona el aula y contesta. – Hola oficial O’Conell. ¿Se le ofrece algo?
– PJ, necesito que vengas rápido al Hotel Bifrost.
– Estoy en pleno examen… de hecho no puedo extenderme en la llamada o tendré problemas con la profesora. Si quiere le digo a Chris que se adelante y yo iré apenas salga de clases.
– Muy bien, aquí les espero. Hay algo muy grave que tienen que ver…
***
Apenas han transcurrido unos 20 minutos y ya Dark Knight hace acto de presencia en las instalaciones del Bifrost, lugar donde le espera Katherine. Ellos empiezan a caminar hasta llegar a un callejón y, luego de algunos metros… – ¡Por todos los cielos!
– Eso es precisamente lo que quería mostrarle. – Dice la oficial, señalando hacia donde se encuentra el policía caído, quien está completamente rodeado de una cristalina y gruesa capa de hielo, a excepción de su rostro y algunas partes de su cuerpo, y lo más impactante es que el sujeto aún sigue con vida, aunque inconsciente.
Sus compañeros lo cubren con gruesas mantas, utilizando secadores de cabello para calentar la capa de hielo, pero la misma increíblemente no presenta la más mínima señal de derretimiento.
El senshi se acerca. – ¿Qué fue lo que le sucedió?
– Aún no lo sabemos. – Responde uno de los oficiales. – Ya estaba desmayado cuando lo encontramos.
– Entiendo. Tendremos que esperar a que despierte.
– Tal vez yo pueda responder sus… dudas. – Todos miran en dirección a esa voz femenina, descubriendo que justo sobre ellos flota una mujer de elevada estatura, piel pálida con cierto tono azulado, cabello negro azulado y ojos color azul hielo, quien viste un acogedor traje nórdico, como si fuese un atuendo de invierno.
Todos toman sus armas y las apuntan hacia la intrusa, dispuestos a abrir fuego. La desconocida sólo se ríe con ironía. – Humanos tontos… ustedes sí que me divierten. – Al decir esas palabras ella mueve su mano, lanzando una especie de ráfaga helada que congela la punta de los cañones en todos los revólveres, enfriando el metal de tal manera que los oficiales los sueltan para dar masajes a sus manos congeladas.
El joven guerrero se adelanta. – ¿Quién eres y qué es lo que quieres?
– Ah, cierto, mis modales. – La villana vuela un poco más bajo, ante lo cual el joven desenfunda su espada y se interpone entre ella y Katherine. – Mi nombre es Niflheim, una de los Guardianes de Hela, y vengo a divertirme un poco, para luego absorber su energía vital.
– Ni creas que lo tendrás sencillo.
– Hmm… supongo que eres Dark Knight, ¿o no? – Ella mira al joven con detalle, sin perder su irónica sonrisa de su rostro. – He oído cosas muy interesantes de ti… – Ahora ella mira por todas partes, como buscando a alguien. – Aunque sé también que hay una Sailor Scout… Por cierto, ¿dónde estará? Muero por conocerla.
– Eso no es asunto tuyo.
– Vaya, sólo quería ser amable, en fin… – Ella cierra los ojos, fingiendo indignación, luego los entreabre, de forma muy pícara. – Ya no perderé más tiempo con ustedes. – Dicho esto, Niflheim arroja una fuerte ráfaga hacia los presentes. Katherine, Alan y Dark Knight apenas lograron evadirlo, mientras los demás han sido congelados.
El senshi empieza a dar largos saltos, tratando de alcanzar a su enemiga, pero ella se eleva, moviéndose de un lado a otro, esquivándolo, hasta llegar a la terraza de un edificio. Dark Knight logra llegar un par de segundos después, entonces la mujer sonríe con mucha ironía. – Realmente eres interesante. Veamos si puedes… alcanzarme. – Luego de decir esto, ella empieza a correr y saltar entre terrazas, siendo perseguida por el senshi.
Más abajo, Katherine y Alan deciden seguirlos, así que ellos se dirigen a su automóvil, llaman a emergencias solicitando asistencia médica para sus compañeros y luego abandonan el lugar. Segundos más tarde Managarm hace acto de presencia, observando a los congelados oficiales, extendiendo su mano y allí el hielo empieza a emitir una luz muy tenue, absorbiendo la energía, formando sobre la palma de su mano una esfera blanquecina. – Gracias por su aporte, caballeros. Que tengan un buen día. – En esto él desaparece en una nube de humo, pudiéndose escuchar una macabra risa.
***
El autobús se estaciona en la parada. PJ desciende de allí, volviendo nuevamente sola porque su prima Marina se quedó en el internado de la academia estudiando con Phoebe. En ese instante una lechuza blanca aparece y se posa en el hombro de su dueña, mostrando una mirada llena de preocupación. – Joven PJ, al fin vuelve de clases. Tenemos un problema.
– ¿Qué sucede, Gaia?
– Un nuevo enemigo ha aparecido. Dark Knight está por los momentos encargándose, pero necesita apoyo.
– Cuando la oficial O’Conell me llamó, sospeché que algo así ocurriría. Iré enseguida.
– ¡PJ! – Ambas miran en dirección de la voz: Es Aurora, quien acaba de bajar de otro autobús, así que la lechuza decide permanecer en silencio. – Al fin te alcancé.
– ¿Aurora? – Pregunta la pelicastaña. – ¿No se supone que deberías estar en el internado?
– ¿Qué cosa? Ayer mismo quedamos en que saldríamos hoy. ¿No recuerdas?
– Err… – Es cierto, el día anterior, durante el descanso, la jovencita le había manifestado sus deseos de salir, ya que casi no conocía la ciudad ni tampoco tenía la confianza suficiente con sus compañeros de clases, por lo que ella le pidió a la joven Tatópolous su compañía, la cual aceptó. Debido a la urgencia ella había olvidado ese compromiso, por ende, había olvidado hablar con Aurora para postergar la salida. – Di… disculpa Aurora, yo…
– ¿Qué pasa?
– Bueno… es que surgió una emergencia y olvidé decírtelo. Espero que me disculpes.
– Aww. – La chica de cabellos blancos muestra un rostro lleno de decepción. – Será para una próxima vez entonces.
– De verdad lo siento… – Ella mira a la lechuza, respira profundo, sintiéndose un poco culpable por dejar plantada a la jovencita, en especial cuando ella ni siquiera sabe moverse bien por la ciudad. – Hmm… Conozco a alguien quien tal vez podría acompañarte.
– ¿Hablas en serio?
- Ajá. Supongo que mi novio por ahora podrá encargarse de ese asunto, mientras te llevo con ella.
– ¿Y crees que esa persona me llevaría al observatorio?
– ¿Al observatorio dices?
– Sí, es que me encanta la Astronomía.
– Entiendo. Bueno, tal vez Jade lo sepa. Ella trabaja en un museo. Así podrías aprovechar y ver un poco de arte egipcio.
– Suena bien. Vayamos. – En esto se escuchan muchos gritos, para luego observar un grupo de personas corriendo despavoridas ya que son atacadas por alguien desconocido. Un hombre se dirige a las chicas, asustado, hasta que es alcanzado por una esfera de polvo grisáceo y, al despejarse el área, revela al mismo hombre inconsciente, cubierto de una especie de ceniza, ante lo cual la joven coloca ambas manos sobre su boca, en señal de terror. – ¡Dios mío! ¿Qué está ocurriendo?
– No lo sé, ¡lo que sí sé es que debemos huir de aquí cuanto antes! – Aurora mueve la cabeza afirmativamente, y ambas adolescentes empiezan a correr, seguidas por la lechuza.
Momentos más tarde, alguien se cruza en su camino: Se trata de un hombre con un rostro similar al de Niflheim, tiene piel pálida con tono algo naranja, cabello negro rojizo, ojos color rubí y viste un ligero atuendo nórdico. Él sonríe con malicia, mirando a ambas jovencitas, entonces PJ toma la mano de su asustada compañera y empiezan a correr en dirección contraria, pero al rato la chica de ojos celestes se tropieza y cae.
El sujeto se acerca a Aurora, y PJ trata de defenderla. – ¡Déjala en paz!
– No te entrometas… – Dicho esto, el villano arroja una bola cenizosa que es hábilmente esquivada por la adolescente, quien se resguarda tras un contenedor de basura. – Ya me encargaré de ti… – dijo, algo molesto, enfocándose nuevamente en su víctima – Eres una chiquilla preciosa. ¡Tú vendrás conmigo! – dicho esto, él carga a la jovencita sobre su hombro, empezando a volar.
PJ sale de su escondite, horrorizada, y Gaia hace acto de presencia, volando rápidamente para alcanzar al villano y ver hacia dónde se dirige. Entretanto, la adolescente levanta su mano derecha para exclamar su frase: – Poder Elemental de la Tierra… ¡TRANSFORMACIÓN! – Al decir esas palabras una luz surge de su anillo y la rodea en forma de hojas, crenado su body, luego de sus pies sale una ráfaga de muchas más hojas que van formando progresivamente su uniforme, después se crea su báculo y finalmente Sailor Earth es revelada, colocándose en su característica pose.
***
El villano llega hasta un edificio en construcción, cubriendo a todos los trabajadores con su rara ceniza. Una vez llegado al que sería el 7º piso él se detiene y baja a su cautiva. Esta última se llena de temor y empieza a temblar. – ¿Quién eres?
– Soy Múspell, uno de los Guardianes de Hela. Tengo como objetivo absorber la energía vital de los humanos. – Entonces, él mira a la jovencita con algo de morbo. – Pero tú eres un caso muy especial.
– Pues… – Ella siente algo de temor y repulsión, sobre todo al ver cómo su atacante se le acerca, muy lentamente – Yo preferiría… *gulp* que tomases mi energía vital.
– ¡Ni siquiera lo pienses! – Múspell se detiene, da la vuelta y observa la silueta de una joven guerrera. – ¡No permitiré que le hagas daño a esa inocente jovencita! Soy la Sailor Scout de la Tierra y la Naturaleza, quien lucha en pro de la vida y la biodiversidad. En nombre de la flora y fauna… ¡Prepárate para ser penalizado!
– Déjame adivinar: Eres la famosa Sailor Earth. – Exclama el misterioso hombre, sonriendo con mucha ironía. – Debes ser una hermosura. ¿Por qué no te quitas esa fea máscara?
– Ven y atrévete a quitármela.
– Como gustes. – En esto él arroja una esfera cenizosa hacia su rival, quien la elude con un gran salto, llegando hasta el piso superior. Entonces él mira a su cautiva. – Ahora vuelvo, preciosa. – Finalmente él se eleva para perseguir a la scout, parándose hábilmente en las vigas, exponiéndola a peligros como un paso en falso o una caída desde una gran altura.
Aurora mira hacia arriba, observando esa asombrosa y a la vez peligrosa lucha entre la scout y el villano, ese intercambio entre esferas de color verdoso y bolas cenizosas, cuando súbitamente Sailor Earth pierde el equilibrio y se resbala, aunque logra aguantarse de una viga. En esto ella intenta usar su báculo para creas hiedras y usarlas como soga, pero Múspell arroja una esfera justo a esa mano, provocando que se le caiga su arma, casualmente quedando muy cerca de la adolescente de ojos azules.
Múspell se acerca a la scout, observándola con ironía y desprecio, colocando el pie sobre su mano, empezando a ejercer presión para que ella se suelte y caiga. – No eres tan valiente sin tu báculo. Pero te propongo algo: Si te quitas esa máscara y me dejas ver ese lindo rostro que debes tener, te dejaré vivir.
– Prefiero morir antes que revelarte mi identidad.
– Hmm… es una pena la verdad. – El sujeto empieza a pisar con más fuerza, tratando de presionar a su víctima para que acceda a dicha petición.
La adolescente mira con horror esa escena, escuchando los gritos de la scout, luego se enfoca en el Báculo Elemental: Sailor Earth la necesita, debe entregársela. Así que se dispone a tomarlo pero, apenas coloca una mano encima, ella puede sentir una especie de descarga, por eso la suelta. Gaia aparece enseguida. – ¡No lo hagas! ¡Es peligroso!
– ¿Eh? – Aurora está en shock. – Acaso esa lechuza… ¿hablo?
– No tuve alternativa, jovencita. – Responde el ave, posándose frente a la sorprendida muchacha. – Debía advertirle sobre ese peligro: Nadie, excepto Sailor Earth, puede tomar el Báculo Elemental.
– Sólo quería ayudar… – Apenas terminó de hablar se puede escuchar un grito de dolor: Es Sailor Earth, quien no puede aguantar más y está a punto de caer. Esto obliga a la joven a tomar una seria decisión. – No puedo quedarme de brazos cruzados mientras Sailor Earth sufre… ella siempre ayuda a los demás… ¿Por qué no habría de ayudarla a ella? Gracias a Sailor Earth, todos podemos estar más tranquilos, porque podemos gozar de algo muy valioso… ¡SER LIBRES! – En esto ella toma nuevamente el báculo, recibiendo muchas descargas, pero ella intenta soportarlas con el fin de ayudar a la scout, sin embargo el esfuerzo es muy grande y, como puede, arroja el arma hacia los pisos superiores.
Al mismo tiempo Sailor Earth se cae, pero milagrosamente ella logra asir el arma y crea sus hiedras venenosas, salvándose de una muerte segura. Luego la scout regresa al piso donde se encuentra la adolescente, quedándose en shock, al igual que Gaia…
Aurora se encuentra de rodillas, algo debilitada, rodeada por un aura azulada. Repentinamente aparece un extraño símbolo sobre su frente: Son dos curvas de diferentes tamaños, situadas una al lado de la otra, semejando así la forma de un ave.
Sailor Earth se acerca a la joven, aún sorprendida. – Eres… una Sailor Scout.
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