02 - ¿Quién será el nuevo enemigo?
CAPÍTULO 2
¿QUIÉN SERÁ EL NUEVO ENEMIGO?
Es el día siguiente al ataque, y son las 3:30PM. Las amigas, a excepción de Serena, se encuentran reunidas en el templo Hikawa, donde vive Raye, charlando acerca de su encuentro con la desconocida, siendo Mina la primera en hablar. – ¿Saben chicas? Me gustaría saber quién será esa mujer.
– Todas queremos lo mismo, Mina. – Responde Amy, quien luego empieza a recordar…
*** FLASHBACK ***
Las Sailor Scouts aún están en el parque Nº 10, buscando a la desconocida, mientras Eternal Sailor Moon charla con Tuxedo Mask. Mercury se dirige hacia donde está la víctima del ataque, un hombre mayor quien apenas puede levantarse. – ¿Se encuentra bien?
– Sí. – Responde el hombre, exaltado. – Gracias a Dios ustedes llegaron a tiempo. ¡Esa mujer está loca!
– Dígame: ¿Ella no ha mencionado su nombre o si trabaja para alguien más?
– No. Sólo que anda buscando algo en particular, algo que ella creía que yo tenía. Le dije que era la primera vez que oía hablar de eso, pero no me creyó, y de no ser por ustedes ella me habría matado.
– ¿De qué cosa usted me está hablando?
– Si mal no recuerdo, creo que dijo algo como… una Esencia Pura…
*** FIN DEL FLASHBACK ***
– Quisiera saber qué será esa Esencia Pura y para que ellos la quieren…
– Umm… Tal vez sea una especie de roca, o algo así.
– ¿Tu crees, Mina?
– No lo creo. – Comenta Raye, pensativa. – Tiene que ser algo más… – En ese momento puede oírse a distancia una voz muy conocida, por lo que la joven baja su cabeza, mirando de reojo. Al cabo de unos instantes, Serena se acerca a ellas, acompañada de un chico alto, de unos 21 años de edad, con cabello negro y ojos azules. – Llegas tarde, como siempre.
– Bueno, lo que pasó fue que… este…
– Darien. – Interrumpe Raye, hablándole al joven. – ¿Qué fue lo que ocurrió?
– Bueno, veníamos a tiempo, pero ella quiso comer helados y…
– Serena… – La adolescente muestra mucha ira a través de sus ojos. – Si quieres engordar… ¡Bien! Pero al menos sé puntual en nuestras reuniones…
– Yo no quiero engordar. Sólo fue un helado.
– Yo diría que seis… – Todas miran a Darien, luego a Serena, quien muestra una cara de vergüenza. – Serena, no lo tomes a mal, pero Raye tiene razón: No deberías comer de esa manera.
– Pero Darien… – Los ojos de la rubia empiezan a humedecerse. – Pensé que me amabas…
– Y te amo, pero pienso que al menos deberías tratar de controlar tus hábitos alimenticios.
– P… pero… – En ese instante, ella empieza a llorar, mientras los demás sólo se limitan a observarla, llenos de pena ajena.
***
PJ se encuentra caminando por los alrededores de Tokio, con el objetivo de conocer más sobre esa ciudad. Ella quiere ir al Museo de Historia Natural, pero aunque cuenta con la ayuda de un mapa, prácticamente se encuentra extraviada. – Dios mío… Creo que tomé el camino equivocado. ¿Qué voy a hacer?
– ¿Puedo ayudarte en algo? – La chica da la vuelta: Se trata de un joven quien ya está en sus 20, es alto, tiene cabello rubio y ojos de color marrón.
La joven apenas se queda allí, estática y callada, así que el muchacho se le acerca, por lo que ella simplemente asiente. El muchacho sigue hablando. – ¿A dónde te diriges?
– A… Al Museo de Historia Natural. – Responde, en voz baja. – Pero no sé por dónde ir.
– Ya veo. ¿Me permites el mapa? – Ella le entrega el papel, y el chico empieza a explicarle las rutas que debe tomar, algo que le toma sólo un par de minutos. –… Entonces tomas el autobús y te quedarás en la parada que está frente al Museo. ¿Entendiste?
– Sí. Muchas gracias.
– Mi nombre es Andrew. ¿Y tú eres?
– Yo soy… PJ.
– ¿PJ? – Ella asiente. – Umm… Me imagino que no eres de aquí. ¿Cierto?
– Aja. Soy de Atenas.
– ¿Atenas? Wow, nunca imaginé tener a una diosa griega frente a mis ojos.
– ¿Diosa? – PJ se sonroja con ese comentario, en especial porque quien lo dijo fue un chico sumamente atractivo. – No… no es para tanto.
– Eres tímida. ¿No? – PJ aún sonrojada, oculta su rostro de la mirada de ese chico. – Bueno, recuerda las instrucciones que te di. Sé que lograrás llegar allí. – Ella asiente y hace una reverencia en señal de agradecimiento. – Fue un placer ayudarte. – El joven le guiña un ojo, luego ingresa a su tienda, mientras la adolescente se dispone a ir al Museo.
***
Un auto deportivo rojo se desplaza a gran velocidad por las calles de la populosa ciudad. Dicho auto está conducido por una mujer con cabellos rubios y cortos, haciéndola lucir como hombre. A su lado se encuentra una joven de su misma edad, mucho más femenina, de cabello aguamarina, y atrás se encuentran dos chicas más: Una es una mujer ya en sus 20, con cabello largo y de color verde oscuro, mientras la otra es una niña de unos 13 o 14 años de edad, con cabello negro. Todas sienten la brisa que ondea sus cabellos, cuando de repente el auto frena abruptamente. Ellas observan: Frente al vehículo se encuentra una muy asustada PJ, quien apenas sostiene el mapa entre sus manos
La rubia empieza a hablarle, algo molesta. – Sé más cuidadosa: ¡Pude haberte arrollado!
– Lo… lo siento mucho… yo… no me fijé…
– Cálmate, Haruka – Dice la peliverde, con mucha calma. – Al menos esto no fue a mayores.
– Ya lo sé, Michiru. – Exclama la rubia, tratando de conservar la calma, enfocando nuevamente su mirada en la pelicastaña. – ¿Estás bien? – PJ asiente, así que toma las cosas que se cayeron al suelo, y se aleja de ellas a pasos rápidos.
Haruka nota el trozo de papel que la chica lleva en sus manos. – ¿Es ese un mapa? – la griega se detiene, da vuelta y asiente, tímidamente. – Veo que no eres de por aquí. Sube, yo te llevo: Es lo menos que puedo hacer después de casi atropellarte.
PJ se queda estática, pensando: ¿Será conveniente ir con esas desconocidas?
***
El deportivo rojo recorre las populosas calles de Tokio, ahora con una nueva pasajera a bordo. PJ está callada, observando el paisaje, cuando Haruka le interrumpe sus pensamientos. – No pareces ser de Japón. ¿O me equivoco?
– No… Soy de Grecia. Vine en un programa de intercambio. – A la adolescente le cuesta hablar, pues su timidez se lo impide. Aún así, hace su mejor intento para no ser tan poco comunicativa. – Apenas llegué hace 3 días, y ayer empecé clases.
– Una extranjera viajando sola… Eso me indica que aún no conoces a nadie.
– Cierto… Solo a una chica llamada Serena.
– ¿Serena? – Interrumpe Haruka – ¿Te refieres a cabeza de bombón?
– ¿Cabeza de bombón? ¿Ustedes son sus amigas?
– Sólo somos conocidas… – Responde calmadamente la joven con cabello aguamarina.
El silencio nuevamente se hace presente. Entonces, PJ nota que la niña a su lado la observa detalladamente, concentrada. La mujer de cabello oscuro también percibe esa inusual concentración. – Hotaru: ¿Ocurre algo?
– No, Mamá Setsuna. No es nada.
***
Minutos más tarde, el auto se detiene frente al Museo de Historia Natural. PJ baja del auto y observa el lugar. – ¿Es aquí?
– Así es. – Responde Haruka, apoyada del parabrisas. – Si necesitas volver a casa, pide a algún vigilante que te ayude.
– Bien. – Ella hace una reverencia al grupo de adolescentes. – Muchas gracias por traerme.
– No es nada, y cuando veas a cabeza de bombón, le mandas saludos de nuestra parte.
– Lo haré. Adiós. – Enseguida, el auto arranca y PJ ingresa al museo.
Mientras tanto, Hotaru comenta, muy pensativa. – Esa chica… Pude percibir en ella una gran energía.
– Yo también lo noté. – Concluye Haruka. – Debemos mantenerla muy vigilada… Algo me dice que ella, de alguna forma, está involucrada con el nuevo enemigo que acaba de aparecer.
***
Los amigos aún siguen reunidos en el Templo, y después de un largo rato soportando el llanto de Serena, al fin están hablando de lo que desde un principio debían haber hecho: Su nuevo oponente.
Lita toma la palabra. – Raye: ¿Qué crees que sea esa Esencia Pura?
– No estoy segura, pero quizás sea algo relacionado con nuestros sentimientos, un alma tal vez... – Raye coloca su mano bajo la barbilla, pensativa. – ¿Saben? Quizás ese sujeto, después de todo sí tenía esa Esencia Pura, pero él no lo sabía.
– No lo sé, Raye. – Acota Amy. – Puedes que tengas razón, pero aún así tengo muchas dudas… Las probabilidades de dar con una persona en específica, entre una populosa población, en un primer intento, son muy escasas. Dudo mucho que ellos pudiesen haber encontrado a la persona correcta tan rápidamente.
– Amy. – Interrumpe Serena. – Cuando usas las matemáticas me confundes.
– Tú siempre te confundes, Serena.
– ¿Qué quieres decir, Raye? – Las amigas están a punto de discutir, cuando de repente llega Luna, quien está acompañada por un gato blanco, con ojos azules, y una media luna sobre su frente. – ¡Luna! ¡Artemis!
– Chicas… – Exclama la gata, algo exhausta. – ¡El enemigo ha vuelto a atacar!
– ¿En dónde?
– En una tienda cerca del Museo de Historia Natural – Responde Artemis. – ¡Dense prisa! – Ellas asienten, luego cada quien toma su ítem de transformación, para convertirse en las Sailor Scouts y Tuxedo Mask, quienes en el acto se dirigen hacia el centro de la ciudad.
***
PJ observa el fósil de un Tiranosaurio Rex, admirando su grandiosidad, cuando de repente todo tiembla. Ella mira por todas partes, viendo que los vigilantes del museo se dirigen a la entrada. – ¿Qué ocurre?
– No lo sé, joven, pero sugiero que busque refugio. ¡Rápido!
– Bien… – La adolescente busca algún lugar para esconderse, pero la curiosidad logra vencerla, por lo que ella se dirige a la entrada.
***
La mujer desconocida continúa atacando a la gente que se encuentra en el área. Repentinamente, ella recibe una serie de ataques y, cuando da la vuelta, descubre que se trata de un grupo ya conocido. – ¿Otra vez ustedes?
– Así es. – Responde Serena, quien se ha convertido en Eternal Sailor Moon. – Soy una Sailor Scout que lucha por el amor y la justicia… Soy Sailor Moon, y te castigaré en el nombre de la Luna.
– No me hagas reír, insolente. – Enseguida, la mujer ataca a sus oponentes con múltiples rayos de energía.
***
PJ está estática y maravillada al mismo tiempo, pues en su país se hablaba sobre las Sailor Senshies, y ella siempre había admirado a ese grupo de heroínas. – No puedo creerlo: Son las famosas Sailor Scouts…
***
Sailor Jupiter arroja sus hojas de roble, las cuales lastiman un poco a la mujer. Ella se detiene, observando a las senshies y Tuxedo Mask, siendo Sailor Moon quien rompe el silencio. – ¿Quién eres y qué es lo que quieres?
– Mi nombre es Úrsula – Responde la villana, riendo maliciosamente, algo que enoja mucho a los senshies. – Y estoy en busca de algo muy valioso para nosotros…
– ¿Nosotros? – Pregunta Mercury, cuya mirada expresa algo de temor. – ¿Significa que hay más seres involucrados?
– Así es, niña. – Responde Úrsula en tono burlesco. – Soy sólo una miembro del Imperio de las Sombras.
– ¿Imperio de las Sombras? – Acota Sailor Moon, muy nerviosa. – Eso se oye tenebroso…
– Y lo es. Pero no pienso seguir perdiendo el tiempo en charlas… ¡ACABARÉ CON USTEDES DE UNA VEZ! – Al decir esto, Úrsula arroja un hechizo, el cual provoca que varias ramas negras emerjan del suelo, atrapando a todos los senshies, apretándolos para cortarles el aire. De repente, ella recibe una serie de ataques, luego se da cuenta de que hay más Sailor Scouts: Son Sailor Saturn, Uranus, Neptune y Pluto. La mujer se enfurece mucho más. – ¡ESTO NO PUEDE SER!
– ¡Claro que sí! – En el acto, Sailor Uranus arroja su ataque, lastimando a Úrsula, mientras Sailor Saturn arroja un rayo que destruye las ramas, liberando así a sus compañeras.
Sailor Moon se levanta rápidamente, aprovechando el momento para usar su cetro lunar y así arrojar su Poder del Cristal de la Luna Plateada, pero como en la vez anterior, la mujer se marcha antes de recibirlo.
***
Han pasado unos minutos. Los senshies se levantan una vez que han recuperado el aliento, luego se acercan a sus compañeras, y Venus es quien habla primero. – Han llegado a tiempo, chicas. Muchas gracias.
– Esto no ha terminado… El enemigo está cerca y debemos tener mucho cuidado. – Una vez que Sailor Pluto dijo esas palabras, ella y sus compañeras se marchan silenciosamente, aunque Sailor Uranus dirige una mirada sombría al Museo, justo hacia donde está PJ. La griega se confunde: ¿Por qué esa Scout la habría mirado así?
Ella, aún oculta, trata de decidir si acercarse a los senshies o permanecer allí… por un lado desea seguir en ese lugar, en la seguridad del anonimato, pero por el otro quiere aprovechar esa oportunidad única de conocerlos, así que, al cabo de un rato, y a pesar de sus temores, la griega se acerca a los senshies, lentamente, aún sin creer que está frente a esos seres que tanto admira. – WOW… Las Sailor Scouts y Tuxedo Mask… Nunca creí llegar a verlos en persona… – Ella empieza a caminar a pasos cortos, a la vez que sus ojos se humedecen. – Me siento tan emocionada… En especial porque al fin conozco a mi Sailor favorita… – Ahora, sus pasos son cada vez más rápidos, acercándose a ellos. – De verdad quisiera tan solo estrecharte la mano…
– Ay… no es nada… – Sailor Moon se coloca una mano detrás de la nuca mientras hace una mueca, esperando recibir esa muestra de afecto, cuando se da cuenta de que la adolescente toma la mano de otra Scout.
La joven Tatopolous se llena de emoción, hablando con su Scout favorita. – ¡Me moría por conocerte, Sailor Mercury!
– ¿Soy yo tu favorita?
– ¡Claro que sí! Tú eres muy astuta e inteligente, y por eso te aprecio. – Mientras PJ aún idolatra a Mercury, los demás se ríen para sí mismos, observando a una sorprendida Sailor Moon.
***
Al cabo de media hora, Serena y las demás vuelven a la normalidad y se acercan nuevamente al Museo de Historia Natural, pero la griega se había marchado. – Cielos… ¿Dónde estará PJ? – Ellos buscan, preguntando a los vigilantes del museo, hasta que uno de ellos les dice que la adolescente se había ido hace como 5 minutos, pues le había pedido el favor de indicarle el camino de vuelta a casa.
Serena se entristece un poco: ¿Por qué esa chica será tan tímida y huidiza? ¿Por qué no pueden ser amigas? Pero lo más intrigante es… ¿Por qué ella siente un apego muy especial por PJ? Es como si algún lazo las uniera…
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